26 de octubre de 2013

Boletín-10 a-ritmo propio


Nota editorial: Un tratamiento que no es como los demás


Por: Ana Viganó

Los trabajos recogidos en este número 10 del Boletín a-ritmo propio me recordaron, cada uno a su manera, que la diversidad no se lleva mal con el rigor, entendiendo este último, claro está, desde la perspectiva lógica y la ética en que ésta se sostiene. Por eso se me ocurrió parafrasear a Lacan en su “paso atrás que hace las veces de paso de entrada en el problema” al abordar el pleonasmo: Variantes de la cura-tipo. La evocación es justa ya que en algunos casos los colegas nos escriben explícitamente sobre la analogía que puede encontrarse entre el análisis y el cartel en tanto dispositivos de formación analítica. Pero más aún porque si un cartel es un dispositivo funcional a la Escuela es porque no es un grupo –ni siquiera de estudio- pero hace lazo en la comunidad analítica hacia adentro y hacia afuera, en tanto propone un tratamiento peculiar a su pregunta –la que hace Escuela-: ¿Qué es un analista? Tratamiento que, preservando la noción de vacío central que conviene, no nos priva –antes bien, propicia- las vueltas dichas que permitan la apropiación de un decir posible, “menos tonto”.

José Fernando Velásquez inicia la serie con su trabajo El Más Uno y lo real en la experiencia del cartel, donde con sumo cuidado –como deshebrando una textura- va dando cuenta de las relaciones que el dispositivo del cartel implican con los registros. Así, será para Velásquez una forma de tratamiento que dará cuenta de su eficacia para vérselas con lo simbólico en su relación con el saber; con lo imaginario en la telaraña fantasmática, que toda escena grupal suscita –tanto en la relación con los otros como con aquello del Otro que se agita para cada uno en tales escenas-; y finalmente con lo real, tratamiento sin el cual el cartel perdería su orientación y condición. Es allí donde desprende sus conclusiones acerca de la función que pretende explorar, afirmando que “Es tarea del Más Uno hacer el nudo donde se inscriba, se asiente y se trate lo real.” 

Luz Elena Gaviria nos aporta sus reflexiones a partir de la analogía ya mencionada, central en su recorrido y germen del título: Los dispositivos de la Escuela. El Cartel y el analítico. Una vez más, encontramos un cartelizante que ante todo quiere testimoniar de una experiencia, la de haber conseguido efectos-de-formación en la misma, incluso antes de preguntarse y/o poder teorizar acerca de ellos. Es un texto que dialoga bien con el anterior y –hay que decirlo- fueron puestos a dialogar en un espacio de Noches de Carteles en la NEL-Medellín, lo cual nos habla además de la relación que esta sede guarda con el dispositivo, con la puesta a cielo abierto de aquello que se produce en su seno y con la conversación.

Finalmente presentamos el trabajo Risa, comedia, ensayo mínimo e incompleto, escrito por Delia Pin Lavayen que es un producto final de un recorrido de cartel. Se une a esta serie porque nos muestra de un lado aquello que tanto Velásquez como Gaviria acentúan en la línea de que el cartel se orienta a un producto, uno por uno, con todo lo que ello implica. Por otro, porque propone a la risa o la comedia incluso, como formas de tratamiento posibles de lo irrepresentable, a veces; de lo incomunicable, otras; de aquello indecible pero que de todos modos es pasible de ser trasmitido. En todo caso, de aquello tan humano –casi tanto como el crimen diría ahora, parafraseando a Miller- que en nuestra humana condición a veces dudamos que dios mismo pudiera poseer. Y ahora me percato -no sin sonreír- que el escrito freudiano El humor se encuentra ordenado por Strachey entre El fetichismo y Una vivencia religiosa! He aquí algo de lo que Freud llamó lo “grandioso y lo patético” de un tratamiento posible del Superyó, del goce y su imperativo.

Buena lectura!

Índice:





Boletín elaborado por la Comisión de carteles de la Nueva Escuela Lacaniana

24 de octubre de 2013

Próximo Lanzamiento Boletín UnReal


Boletín de la NEL hacia el IX Congreso de la AMP

El próximo Congreso de la AMP está entre nosotros. La inestimable ocasión de reunirnos en París será el corolario de muchos meses de elucidación, trabajo, conversación y elaboración que ya están en marcha. Somos testigos de cómo su página Web se va nutriendo paso a paso de los aportes provenientes de las distintas latitudes en donde palpita la Orientación Lacaniana. El Congreso es algo que será, pero es también algo que va siendo.

En este camino la NEL anuncia el próximo lanzamiento de su nuevo boletín UnReal.

Ya desde el título el boletín propicia un recorte que apunta al corazón mismo de lo que la experiencia analítica puede ofrecer de apuesta para arreglarnos mejor incluso “con los síntomas desconocidos de mañana.”[1]

Daremos vida a este boletín con la alegría de saber que estos espacios nutren de manera muy particular lo más íntimo del Uno de nuestra Escuela, cuya resonancia no escapa al UnReal de la convocatoria.

Invitamos entusiastas a disfrutar de su lectura!

Comisión Editorial Boletín UnReal
María Hortensia Cárdenas
Mercedes Iglesias
Ana Viganó 


[1] Contratapa de Otros escritos

22 de octubre de 2013

Boletín de información del IX Congreso de la AMP Número 7


En tiempo real: El Congreso de la AMPParis 2014Boletín de información del IX Congreso de la AMP
Octubre 2013 /
Número 7

Página Web del Congreso / París, en abril de 2014. ¡Urgente! / Viajar a París /Tema: Éric Laurent: De lo real en un psicoanálisis

La comisión de organización del IX Congreso de la AMP les envía en este mes de octubre el séptimo número de su boletín de información.

De lo real en un psicoanálisis
Éric Laurent

Desde su presentación en Atenas del tema del futuro Congreso de la NLS en Gand en 2014, las presentaciones del Seminario VI que ha hecho Jacques Alain Miller le han permitido desarrollar en qué se convierte la práctica psicoanalítica cuando esta aspira a arreglárselas sin la función del Otro del Otro.

Esta función de la garantía estuvo en un principio ocupada en la enseñanza de Lacan por el Nombre-del-Padre. Una vez marcada con el sello del S(A), esta garantía ha aparecido simplemente como un síntoma. Este desplazamiento ha permitido despejar el lugar de la sustancia gozante como tal, sobre la cual la garantía de lo simbólico se queda sin influencia.

Los intersticios de lo simbólico se convierten entonces en los lugares propicios para que la sustancia gozante pueda deslizarse en los pocillos que pueden acogerla, localizarla. Estos lugares del goce están articulados en el circuito pulsional y en el fantasma.

Bajo este aspecto, el fantasma se presenta como un aparato apropiado para organizar el goce. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿hasta qué punto el fantasma en su uso fundamental consigue organizar efectivamente el goce? […] Para leer el texto cliquear aquí


La Jornada clínica del miércoles 16 de abril de 2014.
 Llamado a Comunicaciones

La Jornada clínica del próximo congreso tendrá lugar el miércoles 16 de abril de 2014. Los miembros de la AMP tendrán la ocasión de presentar sus trabajos en ocho salas simultáneas. Las ponencias deberán inscribirse en uno de los ejes temáticos que la Comisión científica propone a modo de orientación. Ver infra.

Un real para el siglo XXIº, título del Congreso, necesita que nos detengamos en los retos que contiene y los trabajos clínicos se esforzarán en extraer las consecuencias para la cura analítica. Es decir, esperamos de cada ponente que exprese claramente en qué no son únicamente los analizantes los que son de este siglo, sino cómo la práctica de cada uno está en ello implicada.
Los trabajos contendrán por lo tanto una reflexión articulada con la clínica y podrán tener una orientación que insista más sobre un punto: clínico-teórico o teórico-clínico.

Trabajaremos en secuencias de una hora, durante las que serán presentados dos trabajos de 15 minutos cada uno; un presidente de sesión tendrá la responsabilidad de animar la discusión, poniendo en evidencia los puntos clave de las presentaciones, y asegurando el respeto de los tiempos impartidos; estará acompañado por un discutidor que establecerá un intercambio previo con los dos ponentes para afinar la articulación de los trabajos, no solamente con el tema de la secuencia, sino también entre ellos; los ponentes responderán igualmente a las preguntas del público.

Ejes temáticos:
Se les propone elegir uno de los conceptos centrales que se desprenden de las orientaciones dadas por Jacques-Alain Miller en su presentación del tema del Congreso de Paris.

  • La puesta en cuestión de la interpretación;
  • La elaboración de una clínica centrada en el “desmontaje de la defensa”;
  • La redefinición del deseo del analista;
  • La pertinencia del abordaje de lo real mediante el nudo borromeo: ¿qué anudamientos para el parlêtre en el siglo XXI?

Otros conceptos podrán ser integrados en estos ejes como la cuestión del estilo, la creación contemporánea, las adicciones, la soledad, la sexualidad, las remodelaciones sociales [la violencia, el fanatismo, el matrimonio homosexual], el cuerpo tratado por las máquinas [estética, deporte, etc.]…   Para seguir leyendo cliquear aquí…


 Para leer el What's Up! Nº 7 completo:   http://www.congresamp2014.com/e/Whats-up/WhatsUp_007.pdf

Todas los What's up! están disponibles en la web del Congreso: http://www.congresamp2014.comy la preparació del acontecimiento la podrán seguir en Facebook y Twitter.

BORDES No. 28 SEGUNDA PARTE


Viktor Hajer
BORDES
No. 28
17 de Octubre de 2013

Boletín de la NEL hacia el VI Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana
XVIII Encuentro Internacional del Campo Freudiano
HABLAR CON EL CUERPO 
LAS CRISIS DE LAS NORMAS Y LA AGITACIÓN DE LO REAL
Buenos Aires, 22 y 23 de noviembre de 2013

PARTE 2

·       Figuras del arrebato a partir de M. Durás.- Ani Bustamante

Opiniones y Comentarios

·       Comentario al texto de Ángela Fischer.- Sandra Cantor
·       Comentario al texto de Ángela Fischer.- Alba Alfaro


Marilyn Monroe frente a espejo deforme


Figuras del Arrebato, a partir de M. Duras

 Ani Bustamante
Asociada de la NEL Lima

Duras escribe el Arrebato de Lol V. Stein cuando pasaba por una grave crisis debido a la pérdida de un amor y a sus constantes problemas con el alcohol. En esta época se muda sola a una casa cerca al mar, y allí escribe. Sobre esta experiencia dice: “(En Trouville) fijé en locura el devenir de Lola Valérie Stein” allí en medio de la soledad y el borde del abismo: “Hallarse en un agujero, en el fondo de un agujero, en una soledad casi total y descubrir que solo la escritura te salvará. No tener ningún argumento para el libro, ninguna idea de libro. Una inmensidad vacía. Un libro posible. Delante de nada. Delante de algo así como una escritura viva y desnuda, como terrible, terrible de superar”[11]

En este sentido parece ser que es la propia escritura del arrebato la que sirve de apoyo a M.Duras frente a la amenaza de disolución. La escritura desnuda de Duras lugar donde deposita la locura, mientras anuda su cuerpo a la letra. Sin argumento, sin linealidad. Gesto de la mano sobre la “escritura seca y desnuda”.  El arrebato es un texto dos veces clínico, su escritura hace nudo entre el sinthome de Duras y la desnudes de Lol.  (la desnudes de la escritura y la de Lol)

La novela gira alrededor de un baile, lo que en él sucede es que Lol pierde a su novio al caer éste presa de una mujer de elegancia inquietante, flaca, encorvada que “vestía su delgadez con un traje negro”. Ella, Anne-Marie Stretter era la no-mirada, y Michael Richardson fue raptado sin vuelta atrás. Ella, la mujer fatal, vestía el traje que iría a arrebatar a Lol, dejándola desnuda  Lol mira esta escena sin muestras de sufrimiento, lo que le produce el arrebato fue que la pareja se marchara quedando Lol por fuera sin poder mirar cómo es que un hombre desnuda a una mujer. Esta escena faltante la deja anonadada, suspensiva, desnuda. Fuera de la escena, fuera del tiempo, de la angustia y, del cuerpo. Fue reemplazada por la otra mujer quien se llevó su cuerpo. Un tiempo después del baile Lol retoma la vida “normal” apoyada en la estructura burguesa, milimétricamente ordenada, que le ofreció su marido durante 10 años. Luego de ese tiempo, vuelven a su ciudad natal y encuentra a la pareja de amantes compuesta por Jacques Hold y Tatiana Karl (viaja amiga de la infancia y quien sujetó su mano el día del baile cuando el novio se iba con otra) este encuentro pondrá en marcha el nudo.

Podemos puntuar dos escenas separadas por un intervalo, en la estructura de la obra. La segunda escena  (en la que Lol encuentra a la pareja Hold-Tatiana)  no se debe plantear como la repetición del acontecimiento del baile, pues lo que se rehace es un nudo[12]. Es importante, advierte Miller, hablar en términos de nudo que se rehace y no de repetición: “Es necesario darse cuenta de que, cuando se habla de repetición, cuando decimos que eso ocurrió una primera vez, se repite por segunda vez y lo que sigue, se trata de una cronología bien tranquila. Para poder afirmar eso hay que disponer de la flecha del tiempo, de un antes y de un después que se ubican tranquilamente en su lugar, y si miramos desde un punto más cerca, precisamente, no es para nada seguro que estemos en un tiempo donde el antes y el después tengan esta tranquilidad”

Voy a plantear dos ejes en relación a la temporalidad: uno diacrónico y otro sincrónico
    
a)    El diacrónico, tiene que ver con la duración: como aquello que se sostiene imaginariamente en una línea cronológica continua, predecible y sin fisuras

b)    El sincrónico tiene que ver con el instante: como aquello que introduce lo discontinuo, la irrupción de algo que escapa de una lógica causal, aquello que no entra en las conexiones y el cálculo.

En la novela vemos cruzarse esas dos modalidades. El arrebato se localiza del lado del  instante fuera del tiempo, en un goce no calculable ni medible, sin ejes temporales ni espaciales, es pues un goce estático. Lacan lo nombrará como una detención, detención frente a la imagen congelada de Ella “desnuda bajo sus cabellos negros”. Se trata de la construcción de un fantasma con “valor de moción suspendida”, un fantasma cubierto por un vestido. Aquí se marca esta operación de reemplazo constante en la novela: “el sujeto y el cuerpo se reemplazan uno a otro o, si se quiere, un vestido reemplaza al cuerpo”[13]

Duras nos escribe ese instante de detención: “Lol progresa día a día en la reconstrucción de este instante. Incluso llega a captar algo de su fulminante rapidez, a desplegar, a aprisionar los segundos en una inmovilidad de una fragilidad extrema, pero que para ella resulta de una gracia infinita”

Del lado diacrónico es el narrador el que despliega la línea del tiempo, Hold ocupa el lugar del sujeto, por lo tanto es el que sufre la angustia. Podemos decir entonces que, Hold está en la diacronía de las palabras, mientras Lol está del lado de la sincronía de la mirada.

Lacan opta por leer el texto como una topología, en la que Lol no es UNA claramente diferente de los otros DOS (pareja de amantes), sino es, más bien, Una que queda suspendida en el “ser-de-a-tres”.

Podemos acceder al nudo que Lacan “destuerce”,  a partir de la primera escena de la novela en la que Lol es ocultada-desvestida por su amante en el baile al irse con otra mujer, mientras ella mira la escena en un rincón detrás de las plantas.

En la segunda escena, la del encuentro de Lol con la pareja de amantes, vuelve a entrar en función el nudo, pero ¿cómo es este nudo?  Lacan dice que “es lo que el nudo estrecha lo que arrebata”[14]. Es decir, es un nudo que vuelve a cerrarse, “no es algo que se repite sino que se cierra, se hace algo. No se trata de repeticiones significantes, sino más exactamente se presenta un objeto, un goce que se localiza”[15].  En la segunda escena Lol enmarcará, en la ventana del cuarto del hotel donde se encuentran Hold y Tatiana, al fantasma; ella mirará desde el campo de centeno aquella ventana. Lol se ubica en ese goce estático como una mancha gris, el objeto mirada se localiza ahí (como en la primera escena detrás de las plantas). Lol intentará llevar a cabo la escena inconclusa de la noche del baile, buscando tramar su cuerpo real a la imagen del cuerpo de otra mujer desvestida por un hombre, y así encontrar un cuerpo que le dé cuerpo a ella. Lol se realiza en este ser-de-a-tres en el que queda suspendida, como manera de soportar la inexistencia de la mujer. “

Todos arrebatados

El Homenaje hecho por Lacan en 1965 a Marguerite Duras puede verse como una anticipación a los últimos trabajos de Lacan: Litturaterra (1971) y el seminario El Sinthome (1975-1976), al ubicar la escritura como borde que cumpla la función de acotar algo de la locura y operar como cuarto nudo que mantiene unida la estructura terciaria.  Ya en este Homenaje Lacan va articulando la idea de que algo se anuda en el trazo de la escritura, algo del orden de una cifra que, en el caso de Lol V. Stein “debe anudarse de otra manera, ya que para atraparla hay que contarse tres”[16]

El arrebato atraviesa el texto mismo, a cada personaje, a la escritora y a nosotros.  Pienso que esto nos puede servir para poner a funcionar esta última enseñanza de Lacan y repensar el tema de la locura y el más allá del Edipo.

Lacan hace un viraje respecto a Freud cuyo punto de partida era la neurosis, introduciendo la psicosis como paradigma; con lo cual ya no podemos desentendernos y creer que la locura es un accidente en la estructura subjetiva básicamente neurótica.   Lacan hace de la psicosis el paradigma de la estructura, y en la medida que avanza en su enseñanza va pasando de un modelo discontinuo (en el cual las estructuras están demarcadas con mayor claridad) a uno continuo en el que se borran los límites claros de las estructuras clínicas y en el que el ordenamiento será dado por las formas de anudamiento, que tomarán énfasis frente a la declinación del NDP. 

Deleuze diría sobre esto que es un paso de la estructura a la textura. Efectivamente, puede ser muy revelador pensar el arrebato a partir del sexto paradigma del goce de Miller, aquel que se aleja de la idea de estructura para poner el acento en la “no relación sexual” y , más aún, en el “hay goce”. Goce que está en disyunción con el Otro.

En el arrebato nos topamos siempre con un imposible, con ese “no hay relación sexual” tan poéticamente mostrado por Marguerite Duras: “Me gusta creer, como creo, que si Lol es silenciosa en la vida es porque ha creído, durante la brevedad de un relámpago, que esa palabra podía existir. Carente de su existencia, calla. Sería una palabra-ausencia, una palabra-agujero, con un agujero cavado en su centro, ese agujero donde se enterrarían todas las demás palabras. No se habría podido pronunciar, pero se habría podido hacerla resonar... esta palabra, que no existe, está ahí sin embargo: os espera a la vuelta del lenguaje, os desafía, indómita, a levantarla, a hacerla surgir fuera de su reino horadado por todas partes a través del cual fluye el mar, la arena, la eternidad del baile de Lol V. Stein.”[17] No hay palabra, hay goce.

Lol nos dice algo acerca de la condición femenina, en tanto bordea lo indecible. Lol es aquella que no está ahí donde está su cuerpo, que, a la manera histérica, hace de un hombre su testaferro para llegar a una mujer. Lol nos da coordenadas para pensar ese Otro goce por fuera del fálico, sus estragos y nuevos anudamientos, en tanto ella representa la parte no subjetivable del goce.
Podríamos hacer una secuencia: Histeria-Arrebato-Histeria rígida, pensar en una suerte de topología de estas figuras de lo femenino, una banda de moebius que nos lleve de “una-a-otra” de manera continua, por los bordes de un cuerpo que no acaba de sostenerse en el espejo y que delata de manera dramática el naufragio del sentido en la existencia. Si a esto le añadimos la actual feminización del mundo y las teorizaciones contemporáneas sobre la histeria rígida como aquella que no está sostenida por el amor al padre y que prescinde de su partenaire, nos encontramos con un texto necesario para pensar lo femenino en estas épocas de arrebato.


OPINIONES Y COMENTARIOS
Comentario al texto de Ángela Fischer, “Sin diferencia sexual, ni cuerpo”
Sandra Cantor
Asociada NEL Miami

El artículo de Ángela Fischer me resulto sumamente interesante en tanto que plantea la omisión de lo Real en el discurso actual, del mismo modo, me hizo reflexionar mucho  y me movilizó a formularme algunas preguntas acerca de algunas cuestiones vinculadas con los así llamados “problemas de género”.

Así como Lacan ubica en “Televisión” y luego desarrolla en el “Seminario XX” que a la mujer solo se la mal-dice, tal como Ángela lo menciona acertada y detalladamente en su artículo que se trata entonces de un problema lógico. Es decir que no hay decir posible que no sea malo respecto de la mujer.  Esto me llevo a recordar  el artículo de Freud, “Tres  ensayos para una teoría sexual” donde, con sorpresa,  Freud deduce que no hay en las fantasías ninguna diferencia entre hombres y mujeres y que de las mismas se deduce  el desconocimiento de  la función de la vagina y del semen en el acto reproductivo.  Freud lo dirá textualmente de éste modo “Pero como la investigación sexual infantil ignora dos elementos, el papel del semen fecundante y la existencia de la abertura sexual femenina…los esfuerzos del pequeño investigador resultan por lo general infructuosos y terminan en una renuncia que, no rara vez  deja como secuela un deterioro permanente de la pulsión de saber”[18]. De lo antedicho Freud concluye en la polaridad Fálico /Castrado, que aplica tanto para hombres como para mujeres.

Parece ser que toda tentativa de decir, culmina en un mal decir respecto de lo femenino y en esto Freud tampoco es la excepción. No hay saber de lo femenino, y por esta vía, solo queda la relación con el falo/castrado.   Esto me causa la siguiente pregunta: ¿el mal decir actual es mejor o peor que el mal decir de otras épocas?

Si el acceso simbólico a lo propio de lo femenino no es vía el decir, parece entonces dejarnos la vía de la escritura y no la del sentido. En todo caso, parece que lógicamente hablando son tan malas éstas  como sus antecesoras. Pero si diríamos que son tan malas las actuales, ¿qué motivó el cambio? Es claro que, en algún sentido, los mal decires no son iguales. No respecto a la lógica, claro. En ese punto, es cuestión de escritura indudablemente.

Tomo un ejemplo muy ilustrativo mencionado en el artículo de Ángela. Un ejemplo que, evidentemente no tiene las mismas consecuencias en los Estados Unidos, donde se generó el cambio que en el resto del mundo lo cual  me hizo pensar.

Ángela cita a M. Barros quien dice  “El forzamiento de la palabra ‘género’ expulsa el cuerpo, y constituye el paradigma de un proceso de neutralización y desexualización del lenguaje. Se instaura entonces una retórica descafeinada que sustituye ‘negro’ por ‘afroamericanoo impone leyes de cupos”  (el subrayado es mío)

Precisamente sobre el cambio de Negro a Afroamericano, y el efecto “descafeinado que seguramente, en otros lugares del mundo tiene este cambio,  quisiera ejemplificar lo que digo respecto de los mal decires. Sin duda, este cambio, no afecta en nada a aquello que solo se accede ví la letra, sin embargo, como lacan dice “…durante siglos, cuando se tocaba la lengua había que prestar atención…Porque se encontró que cuando se tocaba la lengua tenia efecto, un efecto que no era la diversión. “[19] No sé si puedo transmitir en este pequeño comentario la diferencia que en los Estados Unidos hay entre Black y african-american. Seguramente no es la misma que hay entre negro y afroamericano. Enunciar la una o la otra en los Estados Unidos, tiene consecuencias y repercusiones totalmente diferentes. Es lo que separa a los esclavos, la imposibilidad de acceder a la educación, a la salud a un buen trabajo, con la posibilidad de ser presidente. Claro que en términos de lo particular del goce femenino, y si pensamos en términos de funciones matemáticas, black y african american, son equivalentes. Ambos no alcanzan a cruzar el muro del maldecir.  Pero más allá de eso (o más acá para ser precisos), un maldecir tiene consecuencias distintas que el otro.

Este trabajo me deja con muchas ganas de investigar sobre este tema ya que se abren muchas preguntas que, al menos para mí, no son fáciles de responder. No todos los maldecirse son iguales más allá de compartir el grupo de los malos decires.

Gracias Ángela por tu trabajo que me sirvió de disparador para pensar en estas cosas. 


Alexander Dolgikh


Comentario al texto de Ángela Fischer, “Sin diferencia sexual, ni cuerpo”
Alba Alfaro
NEL Maracay

Ángela Fischer aborda de manera muy acertada un tema sensible y polémico de nuestra época. Más allá de los logros sociales alcanzados por los movimientos feministas basados en la perspectiva de género, el psicoanálisis nos permite ubicar lo que se pone en juego en este tratamiento de lo real sexual y sus consecuencias en la clínica.

La perspectiva de género, inscrita en la época del Otro que no existe, pretende resolver por un universal, por un “para todo x”, la problemática del goce ligada a la sexuación.Tal como lo plantea una autora feminista en un sitio de Internet: “Aunque existen divergencias en su conceptualización, en general la categoría de género es una definición de carácter histórico y social acerca de los roles, identidades y valores que son atribuidos a varones y mujeres e internalizados mediante los procesos de socialización[20]. Ella propone entre otras “características y dimensiones” de la perspectiva de género las siguientes: “[…] es una relación asimétrica; si bien las relaciones entre mujeres y varones admiten distintas posibilidades (dominación masculina, dominación femenina o relaciones igualitarias), en general éstas se configuran como relaciones de dominación masculina y subordinación femenina[…] es una búsqueda de una equidad que sólo será posible si las mujeres conquistan el ejercicio del poder en su sentido más amplio (como poder crear, poder saber, poder dirigir, poder disfrutar, poder elegir, ser elegida, etcétera).”[21]

En efecto se trata de la disimetría estructural, derivada de lo imposible de la relación sexual, que sitúa en términos de poder los vínculos de amor para el ser hablante. Hay sumisión del lado del amante y el amor es un fenómeno de amo” nos dice Miller[22]. Lo femenino sitúa entonces esta disimetría propia del encuentro con el Otro sexo, como algo problemático tanto para los hombres como para las mujeres. El goce aparece para taponar esta dificultad y orientar en cada uno la elección del partenaire sexual.

Intentar entonces absorber esta problemática en términos de género implica forcluir la sexuación, la diferencia sexual. Se trata de una aspiración a eliminar el Otro sexo, en un intento por eludir la dimensión de lo femenino, especialmente en las mujeres.

Miller hace referencia a las “mujeres de hierro” de la política, explicando esta posición de la manera siguiente: “El que el Otro no exista, asume la forma: si el Otro no existe, ¿por qué no yo en su lugar?[23]

La consecuencia es el retorno de lo ilimitado, de la vuelta al Otro primordial, del odio en la vertiente del amor. Los efectos aparecen no solo en una radicalización de la desigualdad y del malentendido entre los sexos, sino también en un retorno de lo real en fenómenos de violencia sexual, tal como lo señala Ángela Fischer.

El psicoanálisis, afirma Miller “transforma el Otro que no existe en sujeto supuesto saber[24] Así, “a falta del Otro que no existe, donde se inscribía su significado aparece el sujeto supuesto saber como efecto de significación engendrado por el dispositivo analítico”.[25]


Comité organizador BORDES:
Piedad Ortega de Spurrier, Marcela Almanza, Elida Ganoza, Johnny Gavlovski E., Ruth Hernández



[11] Duras, Marguerite, Escribir, p. 22. Tusquets editores.
[12] Lacan, Homenaje a M. Duras, p.210. Ed. Paidós
[13]Laurent, Éric: El sofisma de Lol V. Stein, en: Miller, Jaques Alain; Los usos del Lapso, p. 401
[14] Lacan, J, Homenaje a M. Duras.
[15] Laurent, Éric, op cit, p.404
[16] Lacan, J; op.cit. p. 209
[17] Duras, Marguerite; El Arrebato de Lol V. Stein, p.40
[18] Sigmund Freud. Tres ensayos de teoría sexual. 1905. Amorrortu Editores Tomo VII pág. 179.
[19] Jacques Lacan. El seminario 19… o peor. Paidos, pág. 81
 [20] Susana Gamba, ¿Qué es la perspectiva de género y los estudios de género?http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1395
[21] Ibídem, se trata de las categorías enumeradas por esta autora, como 4 y 8 respectivamente.
[22]J.-A. Miller, Sobre fenómenos de amor y odio en psicoanálisis, 1992, en Introducción a la clínica lacaniana, ELP-RBA, Barcelona 2007, p. 302.
[23] J.-A. Miller, El Otro que no existe y sus comités de ética, Paidós, Ob. Cit., p. 109.
[24] Ibídem, p. 91.
[25] Ibídem, p. 92.