Desde la
Comisión de Carteles de la NEL
invitamos con mucho gusto a leer
esta nueva edición de a-ritmo
propio,
nuestro Boletín de Carteles.
Como hemos
tenido algunas preguntas sobre
cómo acceder al mismo, les
contamos que hay dos formas muy
fáciles de hacerlo:
1.- Pueden
dar click sobre cada título para
leer el texto seleccionado desde
este correo (están subrayados y en
color azul) o bien,
2.- Dar click donde dice “a-ritmo
propio. Boletín de Carteles de la
NEL #11” (justo debajo del logo
que nos distingue) para encontrar
el índice de esta edición
directamente en la página Web.
No hay excusas para no
leer!!!
Entonces… buena lectura!
Nota editorial: -Extra, extra! Noches de carteles en el top ten de asistencia! por Ana Viganó Reseña de presentación a cielo abierto del cartel “La formación del analista en la Escuela” por Darío Calderón El pase y la Escuela por María Hortensia Cárdenas Devenir analista: La Escuela y sus efectos de formación por Mackling Limache Devenir analista: formación y producción Darío Calderón |
28 de diciembre de 2013
a-ritmo propio - Boletín de Carteles de la NEL # 11
What’s up! n°10 - Escribe Ana Vigano "Un real que (nos) cambia"
What’s up! n°10
El tema del IXº Congreso de la AMP : Un real para el siglo XXI.
En este What’s up! n°10, les proponemos un texto de Ana Vigano (NEL) que retoma las consecuencias que, según ella, han resultado del cambio de título del Congreso. Partiendo de la elección de una escritura particular —UnReal— como título del Boletín de la NEL, recorre el camino riguroso que va del “inconsciente a lo real” para concluir con esta decidida posición: nada de “caducidad” para el psicoanálisis lacaniano en el siglo XXI. Lean su trabajo…
Un real que (nos) cambia
por Ana Vigano
La modificación en el título para el próximo Congreso ha sido una sutileza que no pasó inadvertida. Sus coordenadas refirieron un golpe, un cincel, un atrevimiento incluso que apunta a dos direcciones sobre las que quisiera detenerme:
- Un real separa lo que de lo real valdría para todos, destacando que el encuentro con Un real es contingente y por ello mismo singular, cada vez que sucede. Un real, cada vez. Un uno, que no adiciona.
- Para el siglo XXI evoca una oferta algo incierta. El siglo XXI no es solo una referencia temporal: es un aquí y ahora que conjuga modalidades muy diversas de habitarlo. Es también, para los herederos del siglo XX, un modo de nombrar lo que vendrá aunque vivamos en él. Cambio en la preposición que transforma una afirmación en una proposición abierta; una presencia, a futuro.
Este Congreso, el tercero de una serie que ha abierto sus puertas a no-miembros de la AMP, se inscribe en un devenir que ha incluido la creación de otras instancias que si bien no pertenecen a la AMP ni a la Escuela Una, tienen con ellas una articulación que se presume estrecha, pero cuya forma exige aún elucidación e invención [1].
El siglo XXI como noción, se multiplica en el para preposicional del Un real:
- para los analistas y su formación, pregunta esencial y esfuerzo de la Escuela;
- para los analizantes cuyos análisis estos analistas conduzcan;
- para aquellos quienes aún sin devenir necesariamente analizantes puedan beneficiarse de una experiencia con un analista;
- para la civilización en la que los analistas se insertan y en la que su acto y/o su acción –lacaniana- pueda tener alguna incidencia.
Un real no unreal [2]
Tomaré la vía que nuestros colegas de la NEL eligieron para su boletín preparatorio, porque me permite jugar con estas cuestiones. UnReal todo junto, con el matiz de las mayúsculas y las minúsculas, es la elección para el nombre de ese boletín. "Decimos UnReal para acercarnos a un significante rígido que inscribe un goce opaco al sentido"[3] ¿Cómo no evocar -para oponerlo-, el sentimiento unreal de la época, cuyo paradigma se arrulla en la industria del entretenimiento pero cuya propiedad no le es exclusiva?
Unreal es el nombre de un videojuego de disparos en primera persona, cuya aparición a finales del siglo pasado significó un intrépido avance debido a calidad de la inteligencia artificial de los enemigos y a los gráficos de los que hacía gala. Hace un par de semanas asistimos al debate público y a las voces de alarma -especialmente sobre el acceso de los niños y adolescentes a determinados videojuegos y sus efectos nocivos en la construcción, por ejemplo, de lo que es la realidad- a propósito del lanzamiento del Grand Theft Auto V, juego de acción-aventura de mundo abierto cuya calidad fue elogiosamente criticada por dar la sensación realística de un mundo viviente. Sólo que aquí no se trata únicamente de disparos: drogas, torturas, elementos de necrofilia, prostitución, narcotráfico, armas de electrochoque y una renovada amoralidad posible como opción de juego acompañaron el regreso de este atrapante entretenimiento interactivo en el que los jugadores son criminales en acción, sin elección, pero con paradójica libertad. Nada es más humano que el crimen[4] nos recordaba inteligentemente Miller poniendo de relieve el límite de los humanismos en tensión con lo inhumano y el deseo del analista. Los creadores de videojuegos parecen saberlo y los publicistas transforman ese saber en estrategia de marketing. Si el psicoanálisis sobrevive, es muy probable que los analizantes pero también los analistas del siglo XXI por venir estén ahora mismo, jugando estos juegos.
El juego, el azar, la determinación, la elección, la libertad son objeto de reiterados análisis por parte de Lacan a lo largo de su obra y tiene las mejores razones para ello puesto que son formas de acercarse a lo que se repite, lo que retorna, lo que insiste, lo que resiste, lo que cambia y lo que no es posible cambiar, para afinar su diferencia entre resistencia y defensa puesta sobre el tapete a partir de la indicación de Miller "para entrar en el siglo XXI nuestra clínica deberá centrarse sobre el desbaratar la defensa contra lo real".[5]
La relación causa-efecto no vale para lo real lacaniano sino como ruptura. Nuevos mundos abiertos se están conformando, no solo en los videojuegos.
¿Cómo ofrecer algo que en sí mismo es contingente? ¿Qué margen de libertad, de intervención, permite un programa –de videojuego, de planificación, de evaluación, de goce…?
Cambiemos de lugar
"¿Acaso hay una memoria?"[6] Miller recupera esta pregunta del Seminario XXIII en tanto la memoria implica un saber que está allí presente, es una instancia del saber y en ese sentido hay que colocarla del lado del Otro. El acontecimiento Freud renovó esta instancia del saber a partir del inconsciente, pero esta perspectiva no supone necesariamente lo real; el vector va de lo inconsciente a lo real.
Lacan se pregunta una y otra vez por la memoria porque está pensando en su relación con el lugar del Otro y la lengua común, pero también con cualquier idea de retorno y de causa. Miller lo sigue, precisando sus preguntas: ¿Nuestra memoria nos precede? ¿Podría hablarse sin memoria? Y contesta -siguiendo a Lacan- que hablar no tiene absolutamente nada que ver con ningún tipo de memoria. Al hablar, dice, uno crea la lengua. "Uno solamente habla su propia lengua y la recrea por retoquecitos […] es decir, se inventa con forzamiento"[7]
Los experimentos sobre la memoria no son ingenuos. El objetivo de recordarlo –archivarlo, guardarlo- todo o la intervención farmacológica sobre la ventana de fijación de los recuerdos –la píldora del olvido- son intentos de controlar la reproducción que anulan la posibilidad de recreación. Ambos apuntan a la evitación del trauma, por un esfuerzo de exclusión de los cuerpos afectados.
Un nombre propio que fuerza
La jugada se revela fuerte.
Lacan que no se vence tanto -dice Miller en ese texto-, escribió lo real y lo nombró como su síntoma. Nosotros a veces nos vencemos al tratar de seguirlo a él. No dejarse vencer no es lo mismo que triunfar. Vencerse en nuestra época es tener fecha de caducidad programada: esto gritan los cuerpos sometidos al imperativo de salud, belleza, autodeterminación, diversión. No caducar, no volverse clasificado, de museo.
Un Real para el siglo XXI es una recreación con nombre propio, de la lengua que los analistas de la Orientación Lacaniana hablamos; entre nuestro made in Germany y lo que del decir se espera: retoquecitos. Es la invención de una escritura con la aspiración de que pueda servir, si recogemos el guante. Un forzamiento al trabajo, como toda sutileza… analítica.
______________________________
1. El Instituto Jacques Lacan y la Universidad Popular Jacques Lacan.
2. Juego con el homónimo en inglés.
3. UnReal Nº 0. Boletín de la NEL hacia el Congreso de la AMP, www.nel-amp.org
4. MILLER, J-A. “Nada es más humano que el crimen”. Virtualia 18, www.eol.org
5. MILLER, J-A. “Presentación del tema del IX Congreso AMP”, www.wapol.org
6. MILLER, J-A. El ultimísimo Lacan. Bs. As: Paidós, 2013
7. MILLER, J-A. Op. cit. p. 86.
26 de diciembre de 2013
UnReal - Boletín de la Nueva Escuela Lacaniana
Lo Real y la Escuela
Miquel Bassols
Los invitamos a observar y escuchar la entrevista de Miquel Bassols titulada Lo Real y la Escuela.
Así mismo, los encargados del blog del CID Lima les deseamos unas felices fiestas y desde luego, un próspero año nuevo.
22 de diciembre de 2013
Entrevista a Miquel Bassols - La vigencia del Psicoanálisis
Revista Noticias
Entrevista a Miquel Bassols por Juan Manuel Bordon
Hace más de un siglo, un médico vienés se
planteaba un tema que todavía tiene en vilo a científicos de todo el planeta,
algo que radiografías, tomógrafos y otros artefactos de observación tampoco han
logrado dilucidar por completo: de qué se habla cuando se habla de la
conciencia, dónde estaría alojada y cómo funcionaría esa suerte de sistema con ribetes
místicos del ser humano.
“Sigmund Freud se planteó la cuestión de la
localización del aparato psíquico y del lenguaje en el sistema nervioso
central, ese tema que ahora investigan las neurociencias.
Su primera idea era que el lenguaje tenía
su sede en el cerebro, pero lo interesante es que abandonó muy pronto esa idea
porque le pareció un delirio científico”, recuerda Miquel Bassols, psicólogo
español que en abril se convertirá en el nuevo presidente de la Asociación
Mundial de Psicoanálisis. Bassols pasó por Buenos Aires para participar del VI
Congreso de ENAPOL (Escuela de Orientación Lacaniana), donde bajo el lema
“hablar con el cuerpo” se debatió acerca de cómo las personas se comunican a través
del mismo. En una charla con NOTICIAS habló sobre el legado del psicoanálisis a
más de un siglo de haber surgido y su relación a veces tirante con las ciencias
y el cientificismo.
También se detuvo en cómo la idea de lo que
son el cuerpo y la mente está cambiado profundamente en una era en la que el
organismo ya no es algo inmutable sino una plataforma que podemos modificar
ensamblándole artefactos tecnológicos, retocándolo en la mesa de cirugías o
merodeando incluso dentro de sus bases genéticas.
Noticias: La idea de que vivimos obsesionados con el
cuerpo es casi un lugar común. ¿Desde el punto de vista de su trabajo, esto es
realmente un signo de época?
Miquel Bassols: Cada época tiene sus ideales sobre el
cuerpo, se han hecho historias de esos ideales a través de la moda o el arte.
Pero quizás el mundo contemporáneo sí se caracteriza por hacernos sentir que
nuestro cuerpo es frágil. Las experiencias traumáticas en relación con el cuerpo son cada
vez más una experiencia posible. Me refiero a explosiones de bombas y episodios
de la civilización actual que atentan contra esa unidad del cuerpo. Otra forma
de entrar al tema es ver cómo la ciencia incide en nuestra forma de vivir el
cuerpo. Yo creo que el hecho de que la ciencia y la medicina se hayan
especializado tanto en los tratamientos sobre partes determinadas ha
contribuido a hacer del cuerpo una serie de pedazos que incluso se pueden
intercambiar. A veces vivimos el cuerpo como un saco de órganos. En ese sentido,
el psicoanálisis distingue entre la existencia de un organismo, que puede ser
entendido como partes organizadas por lo
biológico, y el cuerpo, que para existir requiere de todo un proceso para el
que “el otro” es fundamental.
Noticias: La tecnología hoy nos permite reinventar
nuestra apariencia, cambiar de sexo. ¿Eso hace que el cuerpo sea más inestable
también?
Bassols: Sí, el cuerpo no está dado de entrada. Se
puede construir y se está planteando ya en ámbitos de la ciencia ensamblar el
organismo con aparatos técnicos. Eso siempre ha sido así de cierta manera,
siempre tuvimos incrustadas en el cuerpo partes provenientes de la técnica,
pero ahora se da más y se escucha en fantasías y síntomas de mucha gente. De
hecho interactuamos con artilugios como el teléfono móvil como si fueran parte de
nuestro cuerpo. Además, cada vez aparecen más elementos que permiten vivir de
manera más separada del cuerpo: el espacio virtual de internet es un lugar
donde el cuerpo es cada vez menos necesario
Noticias: De afuera uno tiene la idea de que la
medicina se ocupa de cuerpo y el psicoanálisis de la mente. ¿Cuesta explicar
que esa división no es así?
Bassols: Bueno, es todo un tema actual. Disciplinas
como las neurociencias no tienen nada clara esa relación entre mente y cerebro.
Hay mucha dificultad para articular una cosa con la otra. Para Freud, el
aparato psíquico tenía una ordenación en el cuerpo que no permitía distinguirlo
de él. Cuando decimos “hablar con el cuerpo”, decimos que el cuerpo es el
aparato psíquico también. Pero es un cuerpo que no se reduce al organismo, no
es un conjunto de elementos neuronales sino cuerpo organizado ya por el
lenguaje.
En ese punto psique y cuerpo están en una
continuidad, no hay separación entre una cosa y otra.
Noticias: ¿Entonces no puede haber un cuerpo hasta
que no hay lenguaje?
Bassols: Esa es una buena definición. No puede haber
cuerpo hasta que no hay lenguaje. Y el cuerpo es un producto del lenguaje.
Armamos nuestro cuerpo a partir de las relaciones con los otros,
fundamentalmente con la gente cercana, en nuestra infancia y con nuestros
padres. Pero también en relación con nuestro partenaire, a partir de relaciones
de lenguaje con el otro. Para decirlo de forma clara: ahí es donde el cuerpo se
distingue de un organismo. Si un organismo nos viene dado de entrada, con
limitaciones y posibilidades equis, el cuerpo es algo que construimos a través
de la relación con el otro. Para llegar a tener un cuerpo hay que hacer una
serie de procesos y poder hablar con él: se ve en el arte, la danza o el cine,
donde el cuerpo encarna un discurso dirigido al otro. Hay sujetos, como los
niños autistas, que se rehúsan a eso. No llegan a tener un cuerpo para poder hablar
y poder dirigirse al otro.
Noticias: En las últimas décadas hubo una especie de
carrera espacial hacia el interior del cerebro. ¿Cómo se acomoda el
psicoanálisis a los hallazgos de las neurociencias?
Bassols: Ha habido distintas vías. Primero fue decir
que Freud se planteó el tema de la localización del aparato psíquico y del
lenguaje en el sistema nervioso central, ese tema que ahora las neurociencias
investigan. Su primera idea fue que el lenguaje tenía su sede en el cerebro, pero
abandonó muy pronto esa idea, le pareció un delirio científico.
Se dio cuenta, porque escuchaba y entendía
el lenguaje, que la localización del inconsciente no está en el organismo si
no, tomando la idea de antes, en el cuerpo. Esto es algo difícil de hacer
entender a cierta línea del psicoanálisis que ha virado hacia las neurociencias
y se ha alejado de la idea freudiana de que lenguaje está en la relación con el
otro, en una cierta exterioridad. Igual dos de los mejores neurocientíficos, Gerald
Edelman y Giulio Tononi, terminan su libro sobre la conciencia diciendo que el
problema de la conciencia no se puede entender sin la introduccción de la alteridad
y que en esa medida cada persona es distinta, no hay ningún modelo determinado
para explicar esa operación singular que establece un sujeto con otro.
Noticias: ¿Usted cree que hay disciplinas hostiles al
psicoanálisis?
Bassols: Sí. Hay un movimiento que se puede llamar
“cientificismo”, que no es la ciencia sino uno de los efectos de la ciencia,
que reduce todo lo que es del ámbito subjetivo a algo cuantificable, evaluable
por números y observaciones. Ese discurso siempre va a ser reacio a un discurso
como el psicoanálisis. O a cualquier otro que haga aparecer la singularidad del
sujeto como algo no reducible a un dato empírico. Pero yo estoy atento a los
movimientos actuales de la ciencia y noto que comienza a haber un movimiento de
división interna, con científicos que se plantean la cuestión de lo no
cuantificable del sujeto, lo no evaluable. Hasta en la física está pasando eso.
El psicoanálisis no es una ciencia y debemos partir de eso. No en los términos actuales
de lo que la ciencia considera su método y su funcionamiento. Pero a la vez,
muchas disciplinas que se consideran científicas tampoco cumplen con esos criterios
de “cientificidad”, lo puedo decir de la psicología misma. Hay un movimiento dentro
del psicoanálisis, que yo creo que no es el más productivo, de querer
convertirlo a toda costa un método científico. Me parece que ahí se pierde lo
más sustancial de lo que Freud descubrió y es que el inconsciente no puede ser
un objeto científico en los términos actuales de la ciencia porque escapa a los
métodos de conocimiento objetivo.
Manejo del trauma
Miquel Bassels no duda ni un segundo.
Cuando se le pregunta si cree que la invención del psicoanálisis ha logrado mejorar
en algo el mundo, responde con un “sí” rotundo.
“Creo que es una experiencia que da la
posibilidad a cada sujeto de orientarse ante lo real traumático que nos toca
vivir construyendo un síntoma que será propio de cada sujeto y le permitirá
vivir un poco mejor, pero sin falsas promesas”, dice. En cierta medida, Bassols
cree que el trabajo del psicoanalista ha mejorado el mundo de la misma manera
que el trabajo de quienes se especializan en desarmar bombas.
“Uno de los graves problemas de la
actualidad es que las promesas de felicidad incluyen una bomba de relojería que
estalla a la larga o a la corta. Si el psicoanálisis sabe algo, es que a esa
relojería hay que atenderla con cuidado, sin falsos ideales ni imposiciones”,
dice este hombre que cree –parafraseando a Freud- que el psicoanálisis es “una segunda oportunidad para orientarse en
el vacío, después de haberse dado de cabeza continuamente contra una misma pared”.
17 de diciembre de 2013
UnReal 07
Boletín de la NEL hacia el IX Congreso de la AMP
Nº 7
17 de diciembre de 2013
Editorial
Mercedes Iglesias
En un sentido
muy amplio la noción de real intenta atrapar lo que traspasa los semblantes y
permanece más allá de todo cambio. Por ello Lacan en un primer tiempo lo define
como lo que siempre vuelve al mismo lugar dando la idea de algo
estable.
Luego lo
definirá como lo imposible, dado que como sostiene Miller, no veía la
posibilidad de que se pudiera atrapar algo que estuviera más allá de lo
simbólico. Continuando en esa búsqueda decide admitirlo lógicamente, afirmando
de este modo una existencia que se deduce. Finalmente, en su última enseñanza, va más allá de todas las
categorías que son comprensibles a través de lo que es y se introduce en lo que
sería la existencia del hablanteser. Lo real aquí no puede ser
aprehendido conceptualmente, entra en tanto desorden, desvío, goce. Sin
embargo, este desorden produce un anudamiento que orienta. Anudamiento que
constituye UnReal y que cada uno de nuestros boletines intenta dar algún trazo
del modo en que se presenta.
En este número
contamos con un video de Miquel Bassols en torno a Lo real y la Escuela que logra en un tiempo breve dar una maravillosa visión de la
importancia del concepto de Escuela. Por otra parte, Johnny Gavlovski y Mario
Elkin Ramírez nos ilustran los diferentes modos en que lo real puede emerger
ante nosotros.
Este boletín
constituye el último de este año que retomaremos el 7 de enero. ¡Les deseamos a
todos unas Felices Fiestas!
Miquel Bassols
- Lo Real y la Escuela :
Lo real que el arte
intenta atrapar
Johnny Gavlovski
A Lucio Fontana
lo simbólico del caballete ya no funciona. Entonces busca más allá de la
pintura. Tensa la tela, la perfora con punzón. Hace una topología del agujero
confrontándonos con el goce de la repetición, de la destrucción, con nuestra propia
muerte. Pregunta: ¿qué es lo que está destinado a perecer? ¿Acaso la
inquietante presencia de esa rasgadura que sin velo sugiere de eclosión
de una interioridad? Agujero por el cual pudiera asomar lo intangible de la
causa de nuestro deseo, desde un vacío que solo subraya la imposibilidad de su
representación.
Brousse
escribe: “el objeto es el efecto producido por lo que no puede verse, sobre el
público que mira la imagen”. (1) La rasgadura, el agujero serán “eso que lo
mira” (2) y lo confronta. “Este objeto que mira al público… es un índice de lo
real, provoca realmente el horror o el escándalo”. (3)
Fontana, busca
allende el agujero. Agujereando el lienzo, aguijonea al espectador. (4)
¿Encuentro con lo real? ¿Cuál real? Dirá Bassols: “Lo real del psicoanálisis es
también un real distinto a lo real que el arte intenta atrapar con su saber
hacer, con el saber hacer de la letra especialmente…”. (5)
Entonces:
¿dónde están los índices de real y ese “saber hacer con la letra”?
1.- En el
manejo topológico del espacio, en lo intangible del más allá del lienzo
2.- El acto de
perforar puede leerse a partir de un efecto de goce: saber hacer con la letra.
3.- Lacan dice
la letra es ruptura. También dice: al borde de lo simbólico, la letra es
«efecto de un discurso», participa de una pérdida y una condición de goce.
¿Todo esto nos
conduce a UNReal?
________________________________
1. Brousse,
M.-H., “Una sublimación a riesgo del psicoanálisis”, Las tres estéticas de Lacan, Editorial Del Cifrado, Buenos Aires,
2006, p. 89.
2. Como lo enseña Lacan en el Seminario 11 a propósito del brillo de la lata de sardinas.
3. Brousse, M.-H., op. cit.
4. “No soy yo que va cerca de él (il puctum) pero es él que, partiendo de la escena, como una flecha, me atraviesa”. Cf. Barthes, R., La camera chiara, Torino, Einaudi, 1980, p. 28.
5. Bassols, M., “Lo real del psicoanálisis”, Virtualia Nº 25, Revista digital dela Escuela de la Orientación
Lacaniana , noviembre 2012.
2. Como lo enseña Lacan en el Seminario 11 a propósito del brillo de la lata de sardinas.
3. Brousse, M.-H., op. cit.
4. “No soy yo que va cerca de él (il puctum) pero es él que, partiendo de la escena, como una flecha, me atraviesa”. Cf. Barthes, R., La camera chiara, Torino, Einaudi, 1980, p. 28.
5. Bassols, M., “Lo real del psicoanálisis”, Virtualia Nº 25, Revista digital de
El goce, lo Real y el Caos
Mario Elkin Ramírez
Los griegos
oponían el orden Cosmos al caos Kaos. El cosmos, para expresar su ordenamiento,
requiere de lo simbólico y pretende hacer entrar el caos en dicho ordenamiento,
dando lugar al saber sobre el orden de los astros, llamado cosmología. Caos, en
cambio, no es simbólico ni imaginario. Podemos hacerlo coincidir, en nuestras
categorías, con lo real sin ley.
El monoteísmo
coloca en el principio el verbo, eleva lo simbólico a la dignidad del principio
ordenador del mundo. Pero Freud termina su Tótem y Tabú diciendo: “en el
principio era la acción”. Y la lógica moderna hizo posible pensar el cero, el
conjunto vacío o la nada.
Bajo esta luz,
¿qué es ahora la ciencia que deducía y formulaba las leyes del universo? Un
juicio atributivo de ordenamientos simbólicos e imaginarios, matemáticos y
geométricos de lo real. Los científicos reconocen la incertidumbre y lo
aproximativo de estas construcciones.
Lo real en
nuestro ámbito lo atribuimos a un goce. ¿Cuál? Aquel que no entra en ningún
ordenamiento ¿el goce Otro? ¿El suplementario femenino? ¿Al que se le piensa
como caprichoso? ¿Es el mismo del das Ding? ¿La acción?
IX CONGRESO DE LA AMP
¡URGENTE
INSCRIPCIONES!
AL FINAL DE ESTE
MES LA TARIFA DE LAS INSCRIPCIONES AUMENTA.
INSCRÍBANSE
AHORA.
Comisión Editorial Boletín UnReal
María Hortensia Cárdenas
Mercedes Iglesias
Ana Viganó
15 de diciembre de 2013
Entrevista a Silvia Salman -Segunda parte
Finalizamos con esta segunda parte de compartir la entrevista realizada a Silvia Salman. ¡Buena lectura!
Para un psicoanalista en formación, ¿qué
coordenadas pueden orientarle hacia un bien decir?, o, un poco, parafraseando
lo que usted decía hoy día, ¿cómo decir para hacer surgir el silencio?
¿Cómo poder orientarse a la hora de
presentar un texto?, considerando que no siempre se da una cierta enunciación,
no siempre se da una significación de lo que uno habla…
Pero
es lo mismo, una enunciación surge de una experiencia de análisis. O sea, me
parece que es justamente en la propia experiencia donde si uno hace la
experiencia analítica, como decíamos hoy, de ir en contra del sentido, y no se
queda en las elucubraciones del goce-sentido, entonces uno puede hacer la
experiencia de lo que es la propia enunciación, que no es lo que uno dice, sino
lo que se dice tras lo que se dice, es decir, lo que no tiene que ver con el
sentido. La enunciación, cuando uno habla con una enunciación es porque habla
atravesado por ese sinsentido, por ese no-todo, por ese fuera de sentido. Y eso
se alcanza en un análisis. En un análisis uno hace la experiencia de, aun dejándose enredar por el sentido, como
dice Lacan, para resolver el síntoma, o para llegar a lo real del síntoma,
dejándose enredar pero para ir más allá de eso. Entonces, si nosotros hablamos
desde el sentido, estamos siempre en el plano del enunciado, no de la
enunciación. Entonces, lo que nos da la posibilidad de salirnos de los
enunciados es eso, es lo que revela una posición subjetiva, una posición; cuando
uno habla, cuando uno dice, cuando uno lee incluso, es hacer escuchar otra cosa
que lo que dice, es cuando uno hace escuchar otra cosa que lo que dice. Si yo
logré hoy transmitir, o pasar algo de mi enunciación es porque más allá de todo
lo que dije, que eran páginas y páginas, hice pasar otra cosa, y esa es la
enunciación, que es la posición que cada uno tiene respecto del no-hay,
respecto del vacío. Ese consentimiento, cuando vos escuchás a alguien sin
enunciación, se ve claramente que no hay un consentimiento a ese no-hay, porque
uno escucha una serie de citas, o repeticiones, ¿no?, ahí uno no escucha la
enunciación, algo no pasa por eso.
Baco (San Juan Bautista) -Leonardo Da Vinci Este es uno de los cuadros en el que Da Vinci representó a San Juan, esta vez con un dedo apuntando hacia un lado y el otro hacia abajo. |
Habría que producirse una pregunta
Sí,
hay eso, hay un descentramiento entre el yo y el sujeto, para decirlo de alguna
manera. El yo es el que habla, el de los enunciados, el sujeto es el sujeto de
la enunciación; entonces hay un desdoblamiento ahí, uno se pregunta, uno
avanza, uno sigue, uno transmite eso, esa hiancia, eso.
¿Qué nos puede decir del control en la
formación del analista? ¿Cuál es la importancia del control?
Que
es fundamental. Por ejemplo, hoy hablaba con María Hortensia y le decía que
todo el desafío del espacio de Casuística, por lo menos para nosotros, para mí
que estoy allí, es no trasformar ese espacio en un espacio de control, porque
no es un espacio de control. Casuística no es un ateneo clínico, no es un
espacio de control, es un espacio de discusión de casos pero antes que eso,
inclusive, le decía a María Hortensia, es un espacio donde intentamos trasmitir
lo que es la construcción del caso, más allá del caso en sí mismo. Pero no es
un espacio de control, yo especialmente tengo esa prudencia. Lo que no impide
que para los participantes que presentan sus casos los oriente en algo respecto
de su práctica, pero es distinto al control. Cuando uno hace un control lo que
controla es a él mismo, no controla el caso clínico, controla el propio acto,
el acto del analista, y si bien se dirime algunas cuestiones del caso está
fundamentalmente la posición del analista, y eso en Casuística no se toca,
porque justamente no es un espacio de control.
Pero
me parece fundamental para la práctica el control, inclusive cuando uno ha
terminado el análisis, inclusive cuando uno es AE, porque uno no está exento de
que en el acto se interpongan cuestiones subjetivas, fantasmáticas, en fin,
transferenciales; entonces es importante esa interlocución que uno mantiene con
otro a partir de sus propios casos.
Por
el otro lado, también para hacer un ejercicio de la construcción del caso; cada
vez que vos vas a controlar un caso te ves obligado a construir el caso, que si
no uno no lo construye, uno puede tomar notas, en fin, cada uno tiene su
estilo; pero a mí me pasa que cada vez que controlo eso me obliga a construir
el caso, y lo más probable es que después de ahí pueda hacer una presentación
como lo que hice ayer, de un caso que me estoy interrogando. Es decir que sirve
también, además de lo que hace para la propia práctica y para la formación,
también para la transmisión.
Eso
pienso del control, que es una práctica que para el psicoanálisis de
orientación lacaniana es muy complicada porque no está estandarizada, es algo
que nosotros nos preguntamos también, no es como en la IPA. En la IPA uno tiene que analizarse
cuatro veces por semana con un analista didacta, tiene que controlarse una vez
por semana con tal analista. Nosotros no tenemos ninguna de estas reglas. A la
vez, es un principio de la práctica lacaniana el control, pero no tenemos
ninguna manera de estandarizarlo, ni de controlarlo, y de verificarlo. Es una
pregunta. Hace poquito en Buenos Aires
surgió el tema ¿Se controla? ¿No se controla? ¿Con quién? ¿Cómo la Escuela puede tomar el
relevo de este punto de la formación y hacerse cargo de algo de eso sin imponer
como lo hace la IPA
un estándar del control?
Pero la pregunta por el
control es una pregunta que en estos espacios en común, como es el de las Jornadas, el de ustedes en el CID, o en la transmisión que uno haga, me
parece que surja o que anime eso a ir a un control es lo más importante que
puede desprenderse de la transmisión que uno hace. Aunque uno no les diga
tienes que ir a controlar, pero a partir del caso que presenté ayer y la
diferencia con el caso de Casuística, si es que es una histeria o una psicosis
ordinaria, alguien pueda interrogarse sobre un caso de su propia práctica, y
decir, “bueno, voy a controlar este caso”, es por ejemplo uno de los efectos
que podría producir este tipo de actividades.
¿Se podría
decir del control que, de alguna manera, siempre estaría ligado a algo que le
resuene a uno, a poner un límite o prevenir algo de la contratransferencia? Es decir, ¿siempre es ese el fin del control?
No,
cuando yo digo controlar el acto, no solamente es respecto de la
contratransferencia, sino respecto de las intervenciones, de la orientación. En este caso que yo presentaba –es una histeria, que no es lo mismo una histeria que una psicosis
ordinaria–, ¿cómo me oriento? Conviene reforzar ese recurso, conviene
interrogarlo, y eso no necesariamente tiene que ver con la contratransferencia,
pero sí con el acto analítico; pero también, obvio, con la contratransferencia,
en algunos casos.
Lima,
12 de octubre del 2013.
12 de diciembre de 2013
Están abiertas las inscripciones del ciclo Básico I
Jaques Lacan
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DOCENCIA EN PSICOANÁLISIS
Están abiertas las inscripciones del Nivel BÁSICO I - 2014
Desde el 10 de diciembre de 2013 a febrero de 2014
Al estudiante de Psicología y profesional de disciplinas afines interesados en la práctica psicoanalítica:
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10 de diciembre de 2013
UnReal 06
Boletín de la NEL hacia el IX Congreso de la AMP
Nº 6
10 de diciembre de 2013
Editorial
María Hortensia Cárdenas
UnReal nuevamente –considerado para el siglo XXI– el que intentamos circunscribir cada vez en la experiencia analítica o en nuestra práctica. UnReal diferente al real de la ciencia o al real del malestar contemporáneo que se presenta día a día bajo diferentes formas contingentes.
UnReal que, sin
nombrarlo así, Freud dio las pistas para empezar a abordarlo cuando, en el
encuentro inaugural traumático, señala un excedente de sexualidad que no dejará de repetirse en el síntoma. Un encuentro de lo real
de un goce siempre inasimilable, que se conmemora en cada repetición y que
Lacan formulará como el agujero de la ausencia de relación sexual.
¿Cuál es la
posición del analista que conviene, que permitiría al analizante aproximarse a
su UnReal? Lorena Greñas destaca en su texto lo real del tiempo que el analista introduciría para perturbar la defensa. Laura
Arciniegas reflexiona sobre cómo el deseo del analista apunta a reducir al otro a su real y liberarlo del
sentido.
Deseo del analista y tiempo
Lorena Greñas
“A mi entender [dice Miller], Lacan establece en su última
enseñanza que allí donde el analizante busca la verdad, el algoritmo
[real/semblante] lo conduce a encontrar lo real, y que la decepción de la
verdad es correlativa de un acceso a lo real, donde ciertamente se trata menos
de que él encuentre lo real que de que lo real lo alcanza a él”. (1) Al hacer
referencia a la dimensión del encuentro, Miller introduce lo real del tiempo.
Por otro lado señala que “las relaciones entre lo verdadero y el
tiempo siempre fueron difíciles para el pensamiento, como si lo verdadero
tuviese una pretensión natural a un «fuera de tiempo»”, (2) ¿no es acaso el
deseo del analista como “un deseo de alcanzar lo real, de reducir al Otro
a su real y liberarlo del sentido” (3) lo que posibilita este
encuentro? Cabe así intentar elucidar cuál es la posición del analista que
introduce lo real del tiempo para perturbar la defensa… de la buena manera.
_____________________________
1. Miller,
J.-A., La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires, 2003, p. 16.
2. Miller,
J.-A., La erótica del tiempo y otros textos, Tres Haches, Buenos Aires, p. 19.
3. Miller,
J.-A., “Presentación del tema del IXo Congreso de la AMP ”. Disponible en: http://www.congresamp2014.com
Sobre el deseo del analista
Laura Arciniegas S.
“La redefinición del deseo del
analista, que no es un deseo puro como dice Lacan, no es pura metonimia
infinita, sino que se nos aparece como un deseo de llegar a lo real, de reducir
al otro a su real y liberarlo del sentido”.
Los cimientos del deseo del analista,
se hunden en lo más singular del goce de cada uno, en su locura irrepetible,
que se transforma por la experiencia psicoanalítica en un tratamiento distinto
del goce del síntoma, sin la atadura del fantasma. G. Stiglitz (1). Una
invención que no es sin el goce de la pulsión. No es un deseo puro, pero no es
un puro vacío, pues está arraigado en el cuerpo. “Nueva topología del objeto
que pone de manifiesto el lugar de causa y ya no de velo” como lo propone Salman (2) al
enfatizar que dicho deseo surge de un tratamiento y una transformación del
lugar del objeto “a” a partir del trabajo analítico. Dejar de desconocer la
función que tiene el objeto “a” en su deseo para así reintegrarlo a su causa.
Así, el deseo del analista, abordado ahora en su punto de relación con lo real,
como deseo de obtener la diferencia absoluta, apunta a “reducir al otro a su
real y liberarlo del sentido”.
La práctica analítica orientada
ahora bajo la égida de la pregunta ¿qué satisface? que se distingue sensiblemente
de la pregunta ¿qué significa? abre otra dimensión del decir e invita expresamente a buscar
allí donde “eso goza”. La interpretación, como un modo de decir
especial, que acentúa en el significante la materialidad y el sonido, no es ya
solicitada por sus efectos de sentido, sino por sus efectos de goce, “efectos
corporizados”.(3) Sorprender a lo real, ahí donde resuena, y por ese mismo
hecho ubicar la incidencia del traumatismo, es a lo que invita Naveau (4). Para
ello el decir del analista ha de alojar un vacío… ¡que toca a su propio cuerpo!
__________________________________
1. Stiglitz,
G., “Flashes sobre el deseo del psicoanalista”, El orden simbólico en el siglo XXI. No es más lo que era. ¿Qué
consecuencias para la cura?, Grama, Buenos Aires,
2012.
2. Ibíd.
3. Miller,
J.-A., “Sutilezas Analíticas”, Paidós, Buenos Aires, 2011, Caps. 17 y 20.
4. What’s Up! Nº 3.
Jornada clínica
Llamado a Comunicaciones
Nueva fecha tope para presentación de trabajos
Llamado a Comunicaciones
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Mercedes Iglesias
Ana Viganó
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