29 de mayo de 2014
27 de mayo de 2014
22 de mayo de 2014
Lo irreprimible de la traducción
Por Marie-‐Christine Baillehache
Lacan Cotidiano Nº 397
Lacan Cotidiano Nº 397
Si la traducción interesa al psicoanálisis del
siglo XXI, es porque más allá de la de la significación de un texto, ella es un
obstinado, preciso y alegre trabajo de extracción del enigma de una
enunciación. La concepción lacaniana de la barra saussuriana permite situar la
traducción más allá de su producción de significaciones, al nivel de la
confrontación singular de un traductor con el Otro barrado y con la parte
irresistible de su propia división.
21 de mayo de 2014
O Trauma dos corpos, a violencia nas cidades
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14 de mayo de 2014
El por-venir del órgano base de la Escuela: ¿Nos servimos de él?
Por
Elida Ganoza
A partir de nuestro momento como Escuela, ¿cómo dar un lugar renovado al deseo de trabajo en carteles? ¿Qué política se tiene reservada para el cartel en las sedes de la NEL? ¿Cuál es la política que le conviene al cartel? ¿Es posible anudar la NEL al cartel?
La Escuela nos da su política de orientación para que el cartel tenga un lugar en ella pero no depende sólo de las instancias directivas sino que mucho depende de cómo los miembros y asociados de la NEL subjetiven el trabajo en carteles en sus distintas sedes.
La experiencia del cartel es por supuesto singular, depende de la contingencia del encuentro. Pero, ¿podemos y queremos servirnos de él como instrumento? Es claro que la experiencia del cartel es un lugar muy propicio para plantear las verdaderas cuestiones sobre la formación del analista y la transmisión del psicoanálisis. Representa un lugar de compromiso con la Escuela al sostener un trabajo de elaboración que favorece la transmisión del psicoanálisis. Encontrarle un uso posible y discutirlo con los otros de la Escuela, es algo que se podría hacer si nos lo proponemos.
Todos sabemos que el dispositivo del pase funciona como un cartel, y somos testigos que ese uso del cartel es exitoso en las Escuelas. El Plan Lacan con el pase hace efectivo que el cartel tenga el lugar que conviene a la Escuela y da sus frutos. Como manifiesta Luis Tudanca, “no es lo mismo creer en el cartel que servirse del mismo.
El cartel es un instrumento, se ofrece al uso, es dócil a la elaboración colectiva, pero… ¿cómo sería savoir faire, en un cartel?” (1) El cartel posibilita una elaboración colectiva que pasa de uno en uno al escrito y para que se produzca tal elaboración, es necesario pasar del funcionamiento de grupo a su revés. Para ello, Eric Laurent, siguiendo la dirección de Lacan expresa en su artículo “Discurso y grupo”, que el efecto de grupo se puede calibrar según lo que añade obscenidad imaginaria al efecto de discurso. Más se acentuará la disolución de lo grupal cuanto más cartel hay en un grupo y nos recomienda servirnos del grupo para intentar constituir un cartel. El Cartel es la posibilidad práctica de un trabajo de Escuela que más se adecúa al discurso analítico. Es un instrumento válido para la transmisión de un deseo de saber que puede anudarse a la causa de cada quien.
El aporte y la posición de cada uno surgen de la discusión misma que fomenta el intercambio y estimula la productividad orientada por el Más Uno. Esto da forma y contenido a la transferencia de trabajo redundando directamente en la Escuela que promueve el psicoanálisis; es decir que lo colectivo se sostiene de uno, en uno puesto que el saber no tiene valor en sí mismo, sino en tanto circula y se comparte con otros. Así mismo, como señala Mauricio Tarrab, esta elaboración singular necesita de los otros. "Tú puedes saber pero no sin los otros”. (2)
Jacques Lacan inventó el cartel como una célula de trabajo con una dinámica de funcionamiento que incluye la permutación en su núcleo con el Más Uno que descompleta. Esta dinámica le permitió apostar por este dispositivo y al idearlo como lo hizo trató de poner a buen recaudo los obstáculos y los impases en el trabajo de grupo, permitiendo arreglárselas con los efectos de grupo. En el mismo seno del cartel puso la semilla de su propio resguardo, porque favorece el efecto de discurso por encima de los efectos de grupo.
Si nosotros como Escuela nos ingeniáramos para adoptar la modalidad del trabajo en carteles en cada sección, en cada congreso, encuentro, en cada noche de Escuela, es muy probable que logremos una eficiencia tal al ponerlo a punto que potenciando sus bondades nos apropiemos de su riqueza.
Con su política y orientación la NEL, con sus sedes y grupos asociados, puede provocar funcionando como un Más Uno un efecto multiplicador del trabajo en carteles. El cartel es un dispositivo atravesado por la política del psicoanálisis que si bien no se puede prescribir cómo se causa el deseo, éste puede funcionar como causa cada vez que se recurre a él por ser un significante vacío, anudándose los unos con los otros ya su vez anudándonos a la Escuela.
Lo que mantiene actual al cartel, al poner en el centro de la elaboración de sus cartelizantes “lo que no se sabe”, es lo inédito de su lazo social que se reedita en cada cartel que se establece. Siempre vivo, éxtimo, porque responde a las leyes del deseo alojando en la contingencia de sus encuentros la heterogeneidad, lo diverso, lo diferente y lo singular.
Es por todo esto, que el cartel es una fuerza viva, es una fuerza política del psicoanálisis lacaniano del cual podemos servirnos en la NEL.
Dos dispositivos, el cartel y el pase,
fueron creados por Jacques Lacan para su Escuela, cuyo
esfuerzo estuvo dirigido
a que estos dispositivos permitieran al psicoanálisis de
orientación lacaniana
pasar del saber supuesto al saber expuesto.
El cartel como órgano base y puerta de
entrada a la Escuela en el Plan Lacan tenía un lugar
preeminente. La
orientación de Lacan fue clara y precisa: para él la formación
del analista y lo
más propio del trabajo de Escuela requería de la experiencia
del cartel.
Sabemos que éste plan ya no es lo que era y que los tiempos ya
no son los
mismos.
A partir de nuestro momento como Escuela, ¿cómo dar un lugar renovado al deseo de trabajo en carteles? ¿Qué política se tiene reservada para el cartel en las sedes de la NEL? ¿Cuál es la política que le conviene al cartel? ¿Es posible anudar la NEL al cartel?
La Escuela nos da su política de orientación para que el cartel tenga un lugar en ella pero no depende sólo de las instancias directivas sino que mucho depende de cómo los miembros y asociados de la NEL subjetiven el trabajo en carteles en sus distintas sedes.
La experiencia del cartel es por supuesto singular, depende de la contingencia del encuentro. Pero, ¿podemos y queremos servirnos de él como instrumento? Es claro que la experiencia del cartel es un lugar muy propicio para plantear las verdaderas cuestiones sobre la formación del analista y la transmisión del psicoanálisis. Representa un lugar de compromiso con la Escuela al sostener un trabajo de elaboración que favorece la transmisión del psicoanálisis. Encontrarle un uso posible y discutirlo con los otros de la Escuela, es algo que se podría hacer si nos lo proponemos.
Todos sabemos que el dispositivo del pase funciona como un cartel, y somos testigos que ese uso del cartel es exitoso en las Escuelas. El Plan Lacan con el pase hace efectivo que el cartel tenga el lugar que conviene a la Escuela y da sus frutos. Como manifiesta Luis Tudanca, “no es lo mismo creer en el cartel que servirse del mismo.
El cartel es un instrumento, se ofrece al uso, es dócil a la elaboración colectiva, pero… ¿cómo sería savoir faire, en un cartel?” (1) El cartel posibilita una elaboración colectiva que pasa de uno en uno al escrito y para que se produzca tal elaboración, es necesario pasar del funcionamiento de grupo a su revés. Para ello, Eric Laurent, siguiendo la dirección de Lacan expresa en su artículo “Discurso y grupo”, que el efecto de grupo se puede calibrar según lo que añade obscenidad imaginaria al efecto de discurso. Más se acentuará la disolución de lo grupal cuanto más cartel hay en un grupo y nos recomienda servirnos del grupo para intentar constituir un cartel. El Cartel es la posibilidad práctica de un trabajo de Escuela que más se adecúa al discurso analítico. Es un instrumento válido para la transmisión de un deseo de saber que puede anudarse a la causa de cada quien.
El aporte y la posición de cada uno surgen de la discusión misma que fomenta el intercambio y estimula la productividad orientada por el Más Uno. Esto da forma y contenido a la transferencia de trabajo redundando directamente en la Escuela que promueve el psicoanálisis; es decir que lo colectivo se sostiene de uno, en uno puesto que el saber no tiene valor en sí mismo, sino en tanto circula y se comparte con otros. Así mismo, como señala Mauricio Tarrab, esta elaboración singular necesita de los otros. "Tú puedes saber pero no sin los otros”. (2)
Jacques Lacan inventó el cartel como una célula de trabajo con una dinámica de funcionamiento que incluye la permutación en su núcleo con el Más Uno que descompleta. Esta dinámica le permitió apostar por este dispositivo y al idearlo como lo hizo trató de poner a buen recaudo los obstáculos y los impases en el trabajo de grupo, permitiendo arreglárselas con los efectos de grupo. En el mismo seno del cartel puso la semilla de su propio resguardo, porque favorece el efecto de discurso por encima de los efectos de grupo.
El cartel con su estructura borromea,
bordea el agujero de la no relación sexual manteniendo viva la
causa analítica
y en el esfuerzo por subjetivar ese real. Como prisioneros que
somos,
reconocemos esa condición cuando bordeamos el agujero en el
saber, pudiendo
estar advertidos que es, no sin los otros que tenemos una
chance lógica (3),
por tal motivo la formación del analista y lo más propio de la
inmersión en la
Escuela precisa de la experiencia del cartel.
Si nosotros como Escuela nos ingeniáramos para adoptar la modalidad del trabajo en carteles en cada sección, en cada congreso, encuentro, en cada noche de Escuela, es muy probable que logremos una eficiencia tal al ponerlo a punto que potenciando sus bondades nos apropiemos de su riqueza.
¿Cómo valernos del cartel para la
formación
del analista en la NEL?
Con su política y orientación la NEL, con sus sedes y grupos asociados, puede provocar funcionando como un Más Uno un efecto multiplicador del trabajo en carteles. El cartel es un dispositivo atravesado por la política del psicoanálisis que si bien no se puede prescribir cómo se causa el deseo, éste puede funcionar como causa cada vez que se recurre a él por ser un significante vacío, anudándose los unos con los otros ya su vez anudándonos a la Escuela.
Lo que mantiene actual al cartel, al poner en el centro de la elaboración de sus cartelizantes “lo que no se sabe”, es lo inédito de su lazo social que se reedita en cada cartel que se establece. Siempre vivo, éxtimo, porque responde a las leyes del deseo alojando en la contingencia de sus encuentros la heterogeneidad, lo diverso, lo diferente y lo singular.
Es por todo esto, que el cartel es una fuerza viva, es una fuerza política del psicoanálisis lacaniano del cual podemos servirnos en la NEL.
Referencias:
(1) TUDANCA, Luis. Razones, en El Caldero
de la Escuela Nº 81. Buenos Aires: EOL, Octubre/ 2000. (2)
TARRAB, Mauricio, En
el cartel se puede obtener un camello, en En las huellas del
síntoma.2ª ed.
Buenos Aires: Grama Ediciones/ 2010 (3) TARRAB, M. Ibid.
(2) TARRAB, Mauricio, En el cartel se
puede
obtener un camello, en En las huellas del síntoma.2ª ed.
Buenos Aires: Grama
Ediciones/ 2010.
(3) TARRAB, M. Ibid.
El porvenir de la intimidad
LA VANGUARDIA.Cultura(s)
Dossier
MIQUEL BASSOLS | ENRIC BERENGUER| JOSÉ R. UBIETO
Dossier
MIQUEL BASSOLS | ENRIC BERENGUER| JOSÉ R. UBIETO
La intimidad es una noción que se afianza a lo largo del siglo XIX en
el marco de una cultura burguesa que hace de la vida privada
y del yo su referencia civilizatoria. Se acepta así que cada
uno es conocedor y dueño de sus secretos, tesis que empieza
a desmontarse con el descubrimiento freudiano del
inconsciente. Hay secretos íntimos para nosotros mismos y la
ilusión de ser transparentes sólo se sostiene en ciertos
momentos de la infancia cuando pensamos que los padres leen
nuestros pensamientos.
Hoy esta intimidad sufre una profunda transformación y prueba de ello es la popularidad del concepto de extimidad. Generalmente se usa como si fuera el reverso de la intimidad y se asemeja al hecho de que hoy lo íntimo ha devenido público. Para Lacan, autor del neologismo, extimidad tiene otro significado, alude a aquello más íntimo que sin embargo es irreconocible para el sujeto porque se sitúa en en el exterior, como un cuerpo extraño. Se trata de otra intimidad que a pesar de parecernos ajena, nos es tan familiar por constituir el núcleo de nuestro ser. Es el interior intimo meo de San Agustín o ese odio que imputamos al otro –por su extranjeridad o diferencia- y que sin embargo nos constituye a cada uno.
El porvenir de la intimidad va hoy a la par de las tecnologías digitales, que sostienen la ilusión de que se podría extraer la verdad del sujeto incluso aquello más opaco. La previdencia de Minority Report cada día resulta menos ficción y ya se especula con tecnologías capaces de leer nuestros pensamientos (!) o sistemas de trazabilidad que no dejarían oculto ni un segundo de nuestras vidas, como sucede con los objetos que incorporan un GPS. Tres psicoanalistas analizan en el dossier estas transformaciones.
Hoy esta intimidad sufre una profunda transformación y prueba de ello es la popularidad del concepto de extimidad. Generalmente se usa como si fuera el reverso de la intimidad y se asemeja al hecho de que hoy lo íntimo ha devenido público. Para Lacan, autor del neologismo, extimidad tiene otro significado, alude a aquello más íntimo que sin embargo es irreconocible para el sujeto porque se sitúa en en el exterior, como un cuerpo extraño. Se trata de otra intimidad que a pesar de parecernos ajena, nos es tan familiar por constituir el núcleo de nuestro ser. Es el interior intimo meo de San Agustín o ese odio que imputamos al otro –por su extranjeridad o diferencia- y que sin embargo nos constituye a cada uno.
El porvenir de la intimidad va hoy a la par de las tecnologías digitales, que sostienen la ilusión de que se podría extraer la verdad del sujeto incluso aquello más opaco. La previdencia de Minority Report cada día resulta menos ficción y ya se especula con tecnologías capaces de leer nuestros pensamientos (!) o sistemas de trazabilidad que no dejarían oculto ni un segundo de nuestras vidas, como sucede con los objetos que incorporan un GPS. Tres psicoanalistas analizan en el dossier estas transformaciones.
7 de mayo de 2014
"No creo engañar a mi marido"
PSICOLOGÍA › LO QUE EL OTRO NO SABE
Por Jacques-Alain Miller *
Una joven tiene un amante. Lo explica en el análisis: “De hecho, yo no tengo la impresión de que engaño a mi marido. Lo que él no sabe, para él no existe. Sólo existe para mí”. Dicen que están los hechos, y Lenin agregaba que son tercos. Y bien, no es tan así. Sólo existen los hechos que son dichos. ¿Qué es un hecho que no se dice? Esta joven divide su vida entre dos mundos. En uno, el amante existe. Es un mundo que sólo ella conoce, con el amante y con el analista. Y es un mundo muy estrecho ya que las aventuras son breves y las sesiones de análisis son pocas y cortas. ¿Qué valor tiene este mundo al lado del otro, el de su vida cotidiana, con marido, hijos, padres, compañeros de trabajo? El mundo del amante, si apenas puede existir, existe en un paréntesis, es una balsa bogando en el océano de su vida.
Dirán: tiene mala fe, lo sabe y no quiere saberlo. Pero no. Lo importante no es lo que ella sabe o no. Lo que importa es que el otro, en cambio, no sabe. Porque lo que el otro no sabe, no existe. Para el marido, la familia, el discurso común, el amante es como si no existiera. El otro no es el Dios que examina su mente y su corazón, que lo ve todo, lo sabe todo. Es un otro perforado, con un hueco, un punto ciego. Y es ahí precisamente donde habita el deseo.
Hable usted de cualquier cosa y la hará existir. El problema atormenta a los filósofos desde siempre: el no ser no es, por supuesto, pero al nombrarlo, ¿no se le confiere un ser? Entonces, callar algo es hacerlo desaparecer. Un escritor, un artista, un político lo saben.
Es el principio de Madison Avenue, donde habitan los Mad Men en Nueva York: “La mala publicidad no existe”. Preste atención: cuando hablamos de un producto, bien o mal, lo hacemos existir.
Por lo tanto, el sujeto es sincero cuando miente. Separa los dos mundos y se divide a sí mismo según esté en uno o en otro. Sin embargo, sucede que un personaje del mundo común logra introducirse por efracción en su mundo íntimo. Es un horror. Intenta expulsar al intruso. El insiste. Se instala. Al poco tiempo, usted está obligado a volver al mundo común. Su ontología se desmorona. Lo que no existía es expuesto a todos. El no ser es, absolutamente. El hecho, pasado al dicho, será terco. La marca se quedará. Y su ser quedará atrapado allí.
* Miembro de la Ecole de la Cause Freudienne (ECF). Creador de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Artículo publicado en la revista Enlaces, Psicoanálisis y cultura, Nº 19.
6 de mayo de 2014
Convocatoria de trabajos para las VIII Jornadas de la NEL
VIII JORNADAS NEL
El trabajo conjunto que
se expondrá en las VIII Jornadas de la NEL, LO FEMENINO NO SÓLO ES ASUNTO DE
MUJERES. El pivote irreductible de un análisis, se consolida con
entusiasmo. Varios grupos se ocupan ya de vectores precisos que conformarán las
mesas plenarias, además de las intervenciones de los invitados.
Dispondremos de toda la jornada del sábado 25 de octubre para 64
trabajos individuales, en 4 salas simultáneas, dos por mesa. A continuación encontrarán el desarrollo de los dos grandes ejes
planteados, lo social o lo clínico, y sus agrupamientos.
I.
LO FEMENINO Y EL LAZO SOCIAL CONTEMPORÁNEO:
I. A. El goce femenino y la estructura de la pareja
y la familia.
I. B. El goce femenino y la relación madre – hijo.
I. C. El goce femenino y las sexualidades
contemporáneas.
I. D. El goce femenino y las Comunidades de goce,
nuevas ideologías y nuevas terapias.
II.
LA PRÁCTICA ANALÍTICA Y EL GOCE FEMENINO:
II. A. El goce femenino y las neurosis: Histeria y obsesión.
II. B. El goce femenino y las Psicosis.
II. C. El goce femenino y los síntomas
contemporáneos.
II.
D. El goce femenino y la experiencia
contemporánea del análisis.
Quienes estén
interesados en participar con trabajos individuales deberán presentar antes del 22 de junio próximo una sumilla con los lineamientos gruesos
de la intervención planeada, en una extensión de no más de 500 caracteres,
incluidos los espacios, fuente: Times New Roman, tamaño 12. Dirigirla a José Fernando Velásquez jfvv1916@gmail.com y a María
Hortensia Cárdenas mhcardenas@gmail.com.
Para las referencias y textos con comentarios de
cada uno de los ejes pueden encontrarlos en la Página web de la NEL http://nel-amp.org, haciendo clic
sobre el logo de las Jornadas, en 2 secciones: “Textos”, que
recopilará trabajos y citas comentadas; o en “Videos” en una presentación
realizada por Marita Hamann.
Los trabajos serán
sometidos a un examen previo por los distintos carteles conformados para su
evaluación de pertinencia, extensión, bibliografía. Todos los psicoanalistas Miembros
y Asociados de nuestra comunidad podrán proponer su trabajo, pero se examinarán solo aquellos de quienes se
encuentren inscritos en el momento de selección.
Si usted es miembro
de la AMP, asociado o cercano a una de nuestras Sedes o Delegaciones, lo
invitamos a considerar su participación. Como ven hay una variedad de opciones
y temáticas. Cualquier duda pueden resolverla con uno de los integrantes de la
Comisión Epistémica más cercano.
Saludos,
Comisión
Epistémica, VIII Jornadas NEL: José Fernando
Velásquez, jfvv1916@gmail.com,
Clara María Holguín clara.maria.holguin@gmail.com,
Marita Hamann maritahamann@yahoo.com,
María Hortensia Cárdenas mhcardenas@gmail.com,
Elida Ganoza elidaganoza@gmail.com,
Fernando Schutt fernandoschutt@hotmail.com,
Johnny Gavlovski gavlo7@yahoo.es,
Jimena Contreras, jimenacontrerasb@gmail.com
El deseo del analista
JUEVES 17 DE ABRIL
El deseo del
analista. Lo real del acto
Graciela Brodsky (EOL): El deseo del
analista como deseo impuro. ¿Qué
es esta impureza? ¿Quiere esto decir que
la contratransferencia es
ineliminable? Tal vez la vacilación
calculada de la neutralidad analítica no
es
siempre calculada.
Una vez atravesado
el fantasma, la pulsión se libera de sus
usos fijos y se anuda de otra manera.
La mejor brújula
que tiene el analista, para no
extraviarse en la dirección de la cura
es su sinthome, con
el tratamiento que le dio en el
análisis. El deseo del analista es uno
de sus
destinos posibles.
El analista no
analiza sin su sinthome. Este
último sustituiría al deseo del
analista.
Santiago
Castellanos (ELP): Hay
que curarse para dejarse engañar por la
verdad mentirosa. Uno tiene que
engañarse para escribir un guión que no
se puede escribir. Ésta es una paradoja
de la función del AE.
El analista tiene
un toque de locura: tiene que arriesgar
para que la verdad mentirosa muestre su
lado de locura. Lo que tiene que hacer
no está escrito en ninguna parte.
Éric Laurent (ECF): El deseo del
analista introduce un toque de
locura. Hay que poner esto en
correspondencia con la libertad.
Libertad y
locura son un par lacaniano, que varía a
lo largo de la enseñanza de Lacan,
desde "Acerca de la causalidad psíquica"
hasta su última enseñanza.
En esta última, la libertad es la
posibilidad de anudamiento y, la locura,
de
desanudamiento, con lo cual todos
tenemos un toque de locura.
Cuanto más el
análisis lleva a la elección forzada,
más necesario es conversar con los
otros.
Graciela Brodsky (EOL): No hay manera de
medir el deseo del analista
sin ese lazo con otro, donde se trata de
medir el propio acto respecto al
propio síntoma.
Freud tuvo la
intuición de llamar al control,
análisis: análisis de control. Hay dos
análisis: el personal y el de control,
estando articulado este último con el
analista y no con el diagnóstico, lo que
pone el acento en la vertiente del
acto.
Cuanto más se sitúa
la brújula en el sinthome, más
necesario es el control.
Topes de real en la
dirección de la cura: el control
Félix Rueda (ELP): En el “Discurso
en la EFP”, Lacan habla
de la entrada en control como una
corrección del deseo del analista.
Philippe La Sagna (ECF): La cura produce
el deseo del analista,
pero este deseo tiene que ser madurado,
corregido. El deseo del analista es
algo que avanza, que se mueve, no es
algo fijo, cadaverizado.
Romildo Do Rego
Barros (EBP):
Trípode formado por el análisis
personal, la formación epistémica y el
control.
Este trípode funciona bajo
transferencia.
En la presentación
de PIPOL 5, Miller hizo referencia al
control y señaló que se trata de
producir, a través del control, el deseo
del analista. El control sirve para
lavar las escorias que afectan al
tratamiento.
En su presentación
del tema del IX Congreso, Miller señaló
que el deseo del analista es el deseo
de reducir al otro a su real y liberarlo
del sentido.
Se ha producido un
cambio en la garantía en relación al
saber. Se trata de conjugar dos
dimensiones que, en principio, parecen
separadas: garantía e invención. Esto
exigirá renovar el papel del AME.
En el análisis, si
se produce una reducción del SsS, hay
también una reducción de la demanda de
control.
Habría que pensar
en un control que no se basara en el
querer saber, sino que acentuara más el
deseo del analista. La corrección del
deseo del analista como condición del
ejercicio del acto analítico.
La invención se
apoya en una temporalidad que no tiene
que ver con el saber acumulado sino con
la contingencia. Esto cambia las
relaciones internas entre los tres
elementos
del trípode.
El control no
pertenece a una época de la formación
del analista. Se puede recurrir a él
siempre que uno trabaje como analista.
Antoni Di Ciaccia (SLP): Control como
formación del analista y
deber de Escuela, deseo de la Escuela
Una.
En el control, el
analista afina su estilo. Ha de saber
ocupar el lugar de objeto causa del
analizante pero también mantenerse en
falta, como sujeto deseante en relación
a
un tercero que representa la Escuela
Una.
Presentación X
Congreso AMP, por Jacques-Alain Miller
Desde hace más de
30 años, Miller dice encontrarse al
final de cada congreso ante el muro que
es
anunciar el tema del siguiente. Cada vez
hay que perforar el muro para
aproximar lo real en lo que nos
orientamos en la experiencia analítica.
Nos
hemos comprometido a seguir caminos no
marcados, tomar esos caminos que se han
ido volviendo más oscuros en la medida
que avanza la enseñanza de Lacan. Esos
caminos nos enseñan lo que es el
psicoanálisis, a veces algo distinto de
lo que
pensábamos.
El psicoanálisis
cambia, es un hecho.
Cambia en nuestros
consultorios. Por eso, los dos últimos
congresos se referían en su título mismo
al siglo XXI. Hay algo nuevo y debemos
actualizarnos.
Freud inventó el
psicoanálisis en la época victoriana, es
decir, en la época de la represión
sexual. En el siglo XXI, tenemos la
pornografía, la incitación continua, el
forzamiento a satisfacer los apetitos
perversos. Este "darse" y
"tomarse" de los cuerpos es algo nuevo.
El sexo débil
respecto a la pornografía es el
masculino. Las esposas o amantes varían
en la consideración de esta cuestión:
unas la viven como una traición, otras
como una diversión sin consecuencias.
Esta práctica de la
pornografía contemporánea merece ser
detallada porque existe e insiste desde
hace 15 años. Es distinta de los efectos
que tuvo el cristianismo en el arte
durante el barroco, donde los cuerpos se
exhibían evocando el goce. El barroco,
al igual que la realidad humana, deja de
lado la cópula. Pero en la era de la
técnica, la cópula ya no queda en lo
privado sino que se integra en la
representación, que alcanza una escala
masiva.
La adoración del
falo formaba parte fundamental del
secreto de los Misterios antiguos. Sin
embargo, ahora es central -a excepción
de en la sexualidad lesbiana.
El espectáculo de
la pornografía solo representa que no
hay relación sexual. Solo esta ausencia
da cuenta de esa atracción cuyas
consecuencias vemos en las nuevas
generaciones.
Los oráculos de la
antigüedad ya no existen. Pero nosotros
tenemos nuestro propio oráculo en
el "no hay relación sexual". Lacan lo
formuló antes de que
llegara la pornografía electrónica, y él
nos permite poner a esta última en su
lugar.
No se trata de
rendirse frente a estos síntomas, que
exigen una interpretación del
psicoanálisis.
Lacan dice que lo
imaginario es el cuerpo y da varios
motivos para decirlo. Esto le hizo
estar a punto de elegir como tema del
próximo congreso el tema del cuerpo y
sus
variaciones, pero cuando iba a hacerlo,
pensó en el misterio del cuerpo del parlêtre, en
la
unión del alma y el cuerpo, tal como lo
aborda Descartes en la "Sexta
meditación", como tercera sustancia.
Distinción entre carne y cuerpo. La
carne como unión del alma con el
cuerpo.
Misterio de la
unión de la palabra y el cuerpo, que
pertenece al registro de lo real.
La última enseñanza
de Lacan propone un nuevo nombre para el
inconsciente, el de parlêtre (“Joyce
el
síntoma”). Esta palabra constituye la
brújula para el próximo Congreso. Es
un índice de lo que cambia en el
psicoanálisis lacaniano. El parlêtre, en
tanto
sustituye al inconsciente, es lo que nos
permite atravesar el muro.
En nuestra época
analizamos ya al parlêtre. Por
ejemplo, cuando hablamos del sinthome, que
es
un término de la época del parlêtre. Elsinthome es
un
acontecimiento de cuerpo.
Al lado del
sinthome, Miller coloca el término
escabel (escabeau), también
de la misma época.
El escabel
psicoanalítico es adonde sube el parlêtre para
hacerse bello,
para elevarse a la dignidad de la Cosa.
Este término traduce la sublimación
freudiana en su cruzamiento con el
narcisismo, lo que es propio de la época
del parlêtre, del
"no pienso" del parlêtre, que se
cree un amo bello.
El sinthome es
el parlêtre bajo su aspecto del
goce de la palabra. Depende
del cuerpo del parlêtre, nace de
la palabra que marca el
cuerpo.
Lacan se apasionó
por Joyce, y por su última obra: Finnegans
Wake.
Joyce hizo de su
síntoma,
el sentido ininteligible, su escabel. Es
un fabricante de escabel, como
Schömberg o Duchamp, los tres decididos
a hacer arte con su síntoma, con el
goce opaco del síntoma.
¿No se trata en el
pase de hacer del síntoma un escabel?
Transformamos el síntoma en un escabel
que luego ofrecemos a los aplausos del
grupo analítico. El momento en que el
público está satisfecho con el
testimonio forma parte del pase. En la
época de
Lacan esto no existía: el testimonio era
solo para unos pocos.
Hay dos goces del parlêtre: el
de
la palabra, que lleva al sinthome; y
el del cuerpo, que
lleva al escabel.
La teoría de las
pulsiones es una mitología, el goce, no.
El cuerpo hablante no es una ficción.
La debilidad mental
es la estupidez de lo posible, la única
posibilidad que le queda al parlêtre para
orientarse.
En la época del parlêtre se
analiza
a cualquiera.
Ha habido un
desplazamiento de la verdad al goce.
Cuando se analiza al parlêtre, el
sentido es el goce.
El tema del propio
congreso será: El inconsciente y el
cuerpo que habla o hablante (le
corps parlant), hay que precisar
la traducción.
El X Congreso se
celebrará del 25 al 28 de abril de
2016 en Río de Janeiro, en el Hotel
Sofitel
situado en la playa de Copacabana.
El
director será
Marcus André Vieira.
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