15 de julio de 2014

La nueva web de las VIII Jornadas de la NEL



Los invitamos a visitar 

la nueva web de las VIII Jornadas de la NEL

Lo femenino no sólo es asunto de mujeres

El pivote irreductible de un análisis


10 de julio de 2014

La experiencia contemporánea del análisis y lo femenino



La experiencia contemporánea del análisis y lo femenino[1]

Claudia Velásquez

En lo referente al goce de los humanos-vivientes-hablantes, y más allá del ordenamiento fálico de éste, se abre para el goce un campo caracterizado por:

· La potencia de la letra que escribe marcas de goce; frente a la inoperancia de la ley y la dimensión simbólica de la palabra sobre el goce allí presente.

· La existencia de lo Uno del goce; ante la inexistencia del Otro.

· Un cuerpo que se goza; allí donde es imposible la relación, cuando se trata del goce sexual. 
· El saber inconsciente que se (re)itera cada vez como único; en el lugar del sin sentido del saber inconsciente.
· Sinthome constatable; allí donde los síntomas son indescifrables.

· Campo no-todo, de trozos de goce, de acontecimientos de cuerpo, de encuentros contingentes…

· Es pues un campo de ex – sistencia,  es decir, “fuera de”, caracterizado por un “hay” propio del goce positivado, que no se deja castrar, limitar, prohibir, restar. Es también  un campo del “no hay”, del “sin”, del “im-”, del “in-” cuando se le mira desde el campo que permanece “dentro de” (de la ley, del falo, del NP, etc.)

· Lo dicho hasta aquí, para proponer un campo donde situar el goce femenino.

Entonces,
¿Qué análisis, para un analizante, puede ser aquel de una experiencia tal de este campo del goce? ¿En qué consiste, para un analista, esta práctica analítica que se orienta, en dicho campo, por  lo real del goce?

En esta experiencia,  ¿De qué manera se entra en análisis? ¿Cómo entender ahora el síntoma analítico? ¿Qué transitar para los síntomas y el sinthome? ¿Cómo termina un análisis? ¿Qué destino para el goce? …

En esta práctica, ¿De qué manera se implica el analista? ¿Qué lugar para la interpretación del síntoma y la constatación del sinthome? ¿De qué transferencia se trata? ¿Qué es lo que sí opera en esta práctica?...

Los invitamos a proponer elaboraciones sobre estas cuestiones y en Lima encontrarnos para avanzar en la investigación de este campo del que ¡apenas si tenemos idea![2]

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Para mayor información, Usted puede acceder a:
Twitter:  @JornadasNELima

Hoteles para las VIII Jornadas de la NEL


HOTELES  VIII  Jornadas de la NEL

Flying Dog Backpackers (a 10 minutos a pie del Hotel Sol de Oro)
Diez Canseco 117, Miraflores
(511) 445-6745
Habitación  doble S/. 99.00 (US$ 35)
Habitación doble S/. 120.00 (US$ 42)
Incluye desayuno continental

Hotel La Casa de los Sánchez (a 10 minutos a pie del hotel Sol de Oro)
Av. Diagonal 354, Miraflores
(511)  444-117
Habitación simple S/. 90.00 (US$ 35)
Habitación doble S/. 120.00 (US$ 42)
Habitación triple S/. 160.00 (56U$)
Incluye desayuno continental

Hostal Angiolina  (a 15 minutos a pie del Hotel Sol de Oro)
Boulevard Tarata 250, Miraflores
(511) 444-3000
Habitación simple US$ 62.00
Habitación doble US$ 83.00
Habitación familiar US$ 110.00

Hostal Pukará (a 15 minutos a pie al hotel Sol de Oro)
Gonzáles Larrañaga 130, San Antonio, Miraflores
(511) 445-4203
Habitation simple US$ 40.00
Habitación doble US$ 50.00
Habitación triple US$ 60.00
Incluye desayuno continental – caja fuerte

Hostal Buena Vista (a 10 minutos a pie del hotel Sol de Oro)
Grimaldo del solar 202, Miraflores
(511) 447-3178
Habitación simple US$ 50.00
Habitación doble US$ 60.00
Habitación triple US$ 70.00
Incluye desayuno continental

Hostal Porta (a 5 minutos del hotel Sol de Oro) a pie
Porta 686, Miraflores
(511) 242-0505
Habitación simple S/. 110.00 (US$ 39)
Habitación doble S/. 130.00 (US$ 46)
Habitación triple S/. 150.00 (US$ 53)
Incluye desayuno continental

The Place Hostal (a 15 minutos a pie del Hotel Sol de Oro)
Av. La Paz 1090, Miraflores
(511) 445-133 / 241-2852
bookit@theplacehostalcom,pe
Habitación simple S/. 120.00 (US$ 42)
Habitación doble S/. 160.00 (US$ 45)
Habitación triple S/. 180.00 (US$ 63)
Pago con tarjeta más el 8%
Incluye desayuno continental

Apart Hotel María Luisa (a 10 minutos a pie del hotel Sol de Oro)
Pasaje Tello 241, Miraflores
(511) 241-7888
Habitación simple S/. 100.00 (US$ 35)
Habitación doble S/. 110.00 (US$ 39)
Habitación triple S/. 150 (US$ 53)
Solo alojamiento - no incluye desayuno

Hostal El Patio (a 15 minutos a pie del hotel Sol de Oro)
Calle Ernesto Diez Canseco 341, Miraflores
(511) 444-2107
Habitación simple S/. 126.00 (US$ 44)
Habitación doble S/. 156.00 (US$ 55)
Incluye desayuno continental

Hoteles tres estrellas

Apart Hotel  La Paz (a 10 minutos a pie del hotel  Sol de Oro)
Calle La Paz 679, Miraflores
Habitación simple  US$ 80
Habitación doble US$ 150
Incluye desayuno bufete
Wifi gratuito.

Hotel Colonial San Agustín ****
Comandante Espinar 310, Miraflores
(511) 241 7471
Habitación simple US$ 105.00
Habitación doble US$ 120.00
Habitación triple US$ 140.00

Hotel San Agustín Exclusive
Calle San Martín 534 – 540 – 550, Miraflores
(511) 319 0060
Habitación simple US$ 135.00
Habitación doble US$ 150.00

Hotel El Farolito ***
Av. 2 de Mayo 321, Miraflores
(511) 241 2942
Habitación simple S/. 176.00 (US$ 62)
Habitación doble S/. 246.00 (US$ 87)
Habitación triple S/. 291.00 (US$ 103)

Hotel Miraflores Park ****
Malecón de la Reserva 1035, Miraflores
(511) 610 8300
Habitación junior suite con vista a la ciudad US$ 220.00
Habitación junior suite con vista al mar US$ 250.00
The Lux con vista a la ciudad US$ 300.00
The lux con vista al mar US$ 320.00

Hotel el Ducado
Calle Juan Fanning 337, Miraflores
(511) 447 1919
Habitación simple S/. 159.00 (US$ 56)
Habitación doble S/. 199.00 (US$ 70)
Habitación triple S/. 249.00 (US$ 88)

Hotel José Antonio Executive
Calle Colón 325, Miraflores
(511) 445 5228
Habitación simple US$ 140.00
Habitación doble US$ 160.00
Habitación Suite US$ 200.00

Hotel La Castellana
Calle Grimaldo del Solar 222, Miraflores
(511) 446 8030 -  444 3530
Habitación simple US$ 68.00
Habitación doble US$ 80.00
Habitación triple US$ 95.00

Hotel Colonial San Agustín
Comandante Espinar 310, Miraflores
(511) 241 7471
Habitación simple US$ 105.00
Habitación doble US$ 120.00
Habitación triple US$ 140.00

Hotel Britania *** (a 15 minutos a pie del hotel Sol de Oro)
Sede de Miraflores 
Calle independencia 211 
Reservasmiraflores@hbritania.com

Hotel Radisson Decapolis  **** (a una cuadra y media del Hotel Sol de Oro).
Av 28 de julio  151 
(511) 625 1200
Habitación simple US$ 150
  
Hotel San Antonio Abad  8 *** (a 10 minutos en taxi)
Ramón Ribeyro # 301 | Miraflores, Lima 18, Perú
(511) 447 6766 o  444 5475
 Habitación simple: $70 (USD)
  
Paginas recomendadas:
Tripadvisor.

Hay muchos apartamentos temporales muy cerca de la sede del hotel, ingresar a las paginas recomendadas

Servicio de transporte del Aeropuerto usar el servicio de taxi verdes, cuyas tarifas y seguridad está garantizada. Todos los hoteles cuentan con traslado, los que deseen pueden pedirlo al momento de su reserva,

El cambio del dólar está por ahora 1 dólar por S/. 2.82 soles.

Todos los establecimientos aceptan dólares para el pago siendo un poco menor el cambio.
  
Comisión de Hoteles a quien dirigirse en caso de alguna duda o dificultad.
Ángela Fischer afischerllanos@yahoo.es

8 de julio de 2014

La estructura de la pareja y la familia hoy, moldeadas por el goce femenino


LA ESTRUCTURA DE LA PAREJA Y LA FAMILIA HOY MOLDEADAS POR EL
GOCE FEMENINO

José Fernando Velásquez

El goce femenino ¿qué es? En primer lugar es el campo donde no hay relación sexual, porque a nivel de lo femenino reina el Uno y no el dos. Es el régimen de goce como tal, primario, cuando el goce no está especializado a través del falo[1]

El goce femenino funda el “hay de lo Uno”[2]. El goce femenino rompe la universalidad del Simbólico, lo agujerea con su iteración, con su insistencia. Acá el significante no es de la serie del dos; es un Uno que se repite de forma singular y válida solo para un Uno. Esa repetición de goce fuera del sentido introduce un disturbio de goce[3] en el régimen de goces que el Otro propone.

De allí el desencuentro, el malentendido de goces. De este goce surgen diversas formaciones, en su andar escurridizo deja huellas, trazos, y en ocasiones cenizas o cadáveres: el acto más que el pensamiento, “lo quiero y así debe ser”, la astucia con su aporte de invención, la movilidad, la creatividad; y también el estrago en sus diversas formas. Es de anotar que este goce tiende a depositarse en el cuerpo como protesta al Amo. Esto lo podemos corroborar en la relación entre el cuerpo del niño y la madre, y entre el cuerpo de la mujer y el hombre.

Con la caída de los semblantes fálicos que universalizan según los postulados el Amo, queda al descubierto y más potenciado el goce femenino que subraya lo singular y lo autista, lo que conlleva en el lazo con el otro, la segregación.
Esta nueva desproporción entre los goces, en las dinámicas de pareja y de familia  contemporáneas abre posibilidades a nuevas formas de parentalidad y/o el reforzamiento de algunos rasgos de la relación entre los goces al interior de las familias, rasgos que han existido siempre en la cultura. De ello da cuenta la literatura:

1.     La exclusión de uno de los miembros de la pareja, generalmente el padre, frente a la consolidación temporal de la posición en la que la madre es el soporte del sistema familiar: Al estilo de Úrsula Iguarán en la novela “100 años de Soledad”.
2.     O la exclusión de ambos padres, porque ellos están cada uno por su lado arreglándoselas con su goce, y los hijos son criados por agentes externos bien sea de la parentela o del ordenamiento social, lo que a veces provoca o fracasa en su función de anudamiento. Joyce en “El Retrato del Artista Adolescente”.
3.     Querer un hijo a como dé lugar, siguiendo los postulados del capricho de un uno cualquiera, soltero, casado, viudo, homosexual, etc. Esto se opone a otro designio: “no deseo hijos”, y muchas veces, en cualquiera de las dos situaciones, se desbarata la pareja.
4.     La tendencia a la debilidad de la posición masculina frente a la fuerza y contundencia de la posición femenina: una pareja al estilo “Macbeth” y Lady Macbeth, Ella lo lidera, lo empuja, lo precipita. Las mujeres tienen una particular disposición para encarnar el superyó de un hombre.
5.     La relación familiar se constituye a partir de un error del destino, de un accidente, de un impulso, de un “encarrete” y una elección que no se sabe, y que dura mientras dure el primer impulso. “No nacimos pa´semilla”.    
6.     La tendencia de la mujer actual a no ser ya la única para un hombre, al estilo de la mujer que Lacan comenta en el Seminario 8[4]En el díptico de Catherine Millet, el primero, llamado “La vida sexual de Catherine M.”, cuenta con detalles todos sus encuentros sexuales con personalidades de la vida francesa y europea; la participación en encuentros por fuera de la forma propuesta por la estructura social; y en el 2008 publica “Celos”, en el que da cuenta de su obsesión angustiada por los amoríos de su esposo. “Habría querido acceder a la totalidad de sus agendas durante años, a su empleo del tiempo hora por hora”. Y concluye: “Es más fácil tirar con mil extraños que tener el corazón en una sola persona”[5]. Es una cita paradigmática para nombrar lo que sucede con algunas de las parejas de hoy. 
7.     La segregación del goce del niño puede dejarlo en el marginamiento del discurso familiar y tomar las vías del síntoma en lo real, como la hiperactividad, la farmacodependencia, la disfunción académica o cualquiera de los síntomas contemporáneos que tachan y cuestionan el sentido y los ideales.
8.     La auto- segregación experimentada como soledad por mujeres cuando han terminado su trabajo y su función materna. No viven su estado como una elección sino como frustración.

Destinos de un real que toma forma de yo ideal como el joven al volante de su pequeño auto deportivo, con los riesgos y con el sentido que cada uno puede darle.

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La experiencia contemporánea del análisis

La experiencia contemporánea del análisis

Claudia Velásquez

La comisión epistémica de las Jornadas de la NEL, ha propuesto abordar como uno de los ejes de trabajo de las mismas, la cuestión de “La experiencia contemporánea del análisis”. Esta expresión ha sido extraída de la clase del 30 de marzo de 2011 del curso de J.-A. Miller El ser y el Uno,[1] texto de apoyo para lo que se plantea a continuación.

Una primera pregunta que cabría plantearse al respecto es ¿qué es lo contemporáneo de la  
experiencia de análisis?

Lo contemporáneo de la experiencia de análisis es su orientación hacia lo real, más precisamente, para cada sujeto, hacia su real como Un real. Un real que es susceptible de ser demarcado, localizado, en tanto su posición está definida por la conexión del significante Uno con el goce. Así, seguir el recorrido de estas dos coordenadas, la del Uno y la del goce en un análisis, conduce al punto donde ellas se encuentran, encuentro que se experimenta como un acontecimiento del cuerpo, como la emergencia de un cuerpo que se goza. 

Hablar de lo contemporáneo de cierta manera impone plantear al menos algo de aquello que le precedió. Al respecto Miller plantea la experiencia contemporánea del análisis como una zona, un campo, que se abre más allá de la experiencia que Freud instauró en su práctica; también Lacan antes de los últimos años de su enseñanza. Por tanto, conviene precisar con respecto a qué se abre ese “más allá”.

Freud, en su práctica, se detuvo en la repetición que es efecto de la represión que recae sobre la fijación de la pulsión; de allí que el análisis se hacía terminable e interminable. Lacan por su parte, alcanza esos puntos de fijación que estaban dados por el objeto a, como fijaciones de goce que se deslizan en la cadena significante y que el sujeto experimenta como lo que vuelve siempre al mismo lugar. Así, el fin del análisis estaría pues en la caída del objeto con la consiguiente separación del sujeto, es decir, atravesamiento del fantasma. Tanto este Lacan como aquel Freud, no quitan todas aquella envolturas que cubren la fijación de la pulsión o conexión del significante Uno y el goce. Pero un Lacan posterior, va más allá y se dirige al campo que se abre hacia lo real.  ¿Y que se encuentra en este nuevo campo que da lugar a una experiencia de análisis diferente, que es aquella que se practica, y se espera se practique, en nuestra época? 

“En adelante, nuestra experiencia pone al analizante en lucha con aquello que de su goce no produce sentido, con lo que permanece más allá de la caída del objeto a, con el Uno del goce.”[2] Se trata entonces de un análisis que conduce al sujeto hacia un campo donde el goce ya no produce sentido, no hace sucesiones al repetirse, no responde a una ley, sino que por el contrario la repetición se hace a la manera de una re-iteración del Uno del goce; dicha experiencia de goce es cada vez única, aislada, imposible de ser enlazada a otra. 

Se plantea aquí una segunda pregunta. ¿Qué de lo femenino se sitúa en esta zona? ¿Es el goce femenino, Uno?

Y una tercera pregunta: ¿cómo llevar a un sujeto contemporáneo a esta zona? Sujetos adictos, desculpabilizados, deprimidos, no engañados, … ¿Acaso, de cierta manera, se encuentran ya allí?

De esta zona que se abre como real, dice Miller, zona experiementada, pero todavía mal conocida y mal pensada,[3] es que nos ocuparemos para poner en claro algo de esta experiencia contemporánea del análisis.

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"La Otra satisfacción" y las comunidades de goce


“La Otra satisfacción” y las comunidades de goce

 Susana Dicker

La última enseñanza de Lacan nos orienta en una lectura de lo contemporáneo que no vela el desplazamiento que se fue produciendo desde una creencia en el Padre, en los ideales de una cultura universalizante, a la admisión de que- por estructura- no hay relación entre los sexos  e, incluso, entre aquellos de un mismo sexo. Al reconocimiento de que si no es posible alcanzar ese goce adecuado, el que tendría que ser, lo que queda es procurar siempre un poco más de goce, uno más, un poco más, tal vez con la ilusión de encontrar el que sería el bueno. Es decir, un empuje a gozar  que Lacan identifica en sus desarrollos sobre el goce femenino, como un goce más allá de lo fálico y, como tal, paradigma del goce.

Esto lleva a un hedonismo contemporáneo, allí donde el parlêtre se cree liberado de las ataduras y los prejuicios sociales, y que deja en el camino a muchos sujetos "desbrujulados" pero, además, enfrentados a lo que E Laurent[1] rescata del descubrimiento freudiano: "No es que la sociedad impida gozar; es que cualquiera fuera el orden del mundo, hay en el goce, hay en el placer, una parte más allá del principio del placer que hace que esto tome inmediatamente otro cariz: quien quiera adentrarse en el gozar sin trabas se encuentra rápidamente en el horror".

Quizás sea esto mismo, esto "desbrujulado" en el parlêtre de la actualidad, lo que empuja a buscar ese ordenamiento que falta en las llamadas "comunidades de goce". Un ordenamiento supuesto a distribuir los goces, los modos singulares de gozar pero, también, supuesto a proporcionar una salida alternativa al aislamiento. Por ello es que podemos pensar estas comunidades como una respuesta a la fisura de los lazos sociales tradicionales en nuestra época. Se trata de inventar un lazo que alcance a negar la heterogeneidad de los goces haciendo del colectivo el lugar de la identificación horizontal: adictos, neuróticos, feministas, emos, tatuados, etc.

El mismo E Laurent, en su texto "Un nuevo amor por el padre" (La lettre en ligne, 31) dice que: "Ninguna norma llega a estabilizar el empuje-a-gozar. La justicia distributiva puede sostener el sueño de fundar la garantía de una distribución igualitaria del goce (...) El ideal de justicia distributiva universal se confronta con las comunidades de goce que de ningún modo quieren asimilarse al bien común. Anhelan simplemente una comunidad de derechos afirmando la diferencia. Cada una quiere definirse a partir de un goce propio y protegerlo como tal". Pero "la comunidad identificatoria en la que prosigue la búsqueda del goce puede funcionar como fundamento imaginario de una neo garantía simbólica. Sin embargo deja intacto ese punto de real. El sujeto está sometido a ese agujero en el universo del sentido sexual en el que quiere vivir".

Esto que señala Laurent podría ser el fundamento del hecho de que dichas comunidades, como soluciones identificatorias, agrupadas a través de semblantes, sean precarias ante la solidez de la concentración de los goces, de lo que no deja de ser el empuje del plus de gozar, del imposible encuentro con la satisfacción que sea la adecuada. Punto que nos acerca a pensar en los conceptos de feminización del mundo y del goce femenino como paradigma del goce. Pero también nos habilita la vía para entender cómo lo que estaría en este orden, en ese un poco más que implica el goce femenino, termine desplazado hacia el imperativo superyoico, ese imperativo que Lacan aísla tan bien en "Kant con Sade" como "empuje al crimen" y que, de alguna manera, se hace evidente en nuestra sociedades latinoamericanas a través de las "maras" centroamericanas, de los grupos armados por el narcotráfico, de los colectivos armados, de los que pretenden instalar un "orden alterno". Pero están también los grupos de niños, de adolescentes o de jóvenes que se unen en el desafío del placer y la transgresión y se internan en ese "un poco más" acerca del cual "La naranja mecánica" de Stanley Kubrick nos da un excelente testimonio.

Estos desarrollos nos permitirían ubicar una paradoja en estos colectivos que nombramos "comunidades de goce". Si ponemos el acento en la búsqueda de una legitimidad, de una comunidad de derechos afirmando la diferencia, lo paradojal estaría en que en esta misma época de declive de las normas y la autoridad, de la extrañeza por los universales, allí donde se busca afirmar el derecho a la singularidad de los goces y al siempre un poco más que lo emparenta con el goce femenino, encontramos un retorno a esos mismos universales. En la medida en que falta el goce de la relación sexual, "tenemos el goce de los universales, el goce de la comunicación, el goce comunitario, el goce grupal, todo lo que nos ocupa para saber cómo nos vamos a situar o no al lado del otro, según qué reglas vamos a obedecer, a dar órdenes, a actuar, etc."[2]. Allí donde se produce la rebeldía hacia el Otro en tanto lo instituido, razón supuesta de esos agrupamientos, retorna en ese "goce sublimatorio" y que, como tal, reenvía a buscar normas que no dejan de ser herencia de lo que ese Otro inscribió en el parlêtre. Paradojas que envuelven una "otra satisfacción" en tanto la relación con el Otro está afectada por el goce.

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