20 de julio de 2015

Boletín 15 Letras en línea - I Conversación clínica de la NEL

I Conversación Clínica de la NEL
 El analista y su práctica

São Paulo - 3 de septiembre de 2015
Tute
Letras en línea

Boletín Nº 15


Cristina González de Garroni comenta una cita de Jacques-Alain Miller tomando como referencia el escrito de Jacques Lacan “La dirección de la cura y los principios de su poder”. Así contextúa la noción de interpretación en la serie que escribe como interpretación-transferencia-el ser que toca la ética, emparejada con la otra tríada que refiere Lacan: táctica, estrategia, política. Siendo el eje de este escrito la pregunta por el quehacer del analista, el comentario de González sitúa a la interpretación tanto como un movimiento, un salto, un hecho de puntuación, una edición e incluso siguiendo a Miller una pesadilla, orientada a despertar. Muy pronto en Sao Paulo, tendremos valiosos casos clínicos que nos permitirán trabajar estas perspectivas del quehacer de nuestros analistas en la NEL.
  
Acompa
ña esta reflexión una nueva serie de ineludibles referencias bibliográficas.
 
Al final de este boletín encontrarán nuevamente la ficha de inscripción que será necesario presentar para poder recibir los materiales clínicos que se trabajarán en la Conversación, por lo que insistimos en pedirles que por favor la envíen a:: Clara María Holguín: clara.maria.holguin@gmail.com

¡Disfruten la lectura!

Ana Viganó
 


Comentario de Cristina González de Garroni a la cita:

“De tal manera que una interpretación puede ser un simple “sí” dicho por el analista; puede ser, para el analista, el simple hecho de gruñir en un momento dado; puede ser la simple repetición de un enunciado del paciente, que corresponde precisamente a la introducción de un efecto de comillas en la palabra del paciente, decir la misma cosa, pero eso es ponerlo entre comillas; el analista repite una frase del paciente y por el simple hecho de repetirlo es equivalente a ponerlo entre comillas; es citar lo que dijo el paciente. Y la interrupción de la sesión (con los analistas que practican las sesiones de tiempo variable) también puede tener valor de puntuación de lo que ha sido dicho. De tal manera, he dicho que el analista era como un editor de la palabra, no solamente alguien que escucha. Es también alguien que edita.” (1)
 
Lacan en “La dirección de la cura y los principios de su poder” (2) destaca los tres registros de la acción analítica: La interpretación, la transferencia y el ser que toca la ética, cada uno aparejado con elementos militares que se usan en la guerra, a saber la táctica, la estrategia y la política.

Si la interpretación está a nivel de la táctica, entonces podemos decir que la interpretación es el movimiento que hace el analista como una respuesta a la contingencia de lo que sucede en una sesión analítica. Es el salto que hace el analista ante la apertura del inconsciente, es un movimiento de oportunidad. Es por eso que un gruñido, un subrayado, el corte de la sesión pueden tener estatuto de interpretación al introducir una puntuación.

En este párrafo Miller da una orientación acerca de la interpretación analítica, destacando dos acciones: escuchar y editar los dichos del paciente con la finalidad de hacer al inconsciente legible, señala “El psicoanalista agrega al habla una puntuación, y se podría decir que la interpretación analítica es esencialmente un hecho de puntuación”. (3)

Pero esta táctica está orientada por la estrategia y la política, sin las cuales la interpretación no tendría lugar. La interpretación será posible siempre que se dé en el terreno de la transferencia y en la medida en que haya un analista.

En su estrategia el analista dirige la cura, la posición del analista en la transferencia define la estrategia. Y poder ocupar esa posición en la transferencia está a su vez íntimamente ligado a la política. La política define los fines de la cura, orienta la dirección de la cura, un análisis propiamente dicho apunta al final de análisis que tiene que ver con el ser. Y es en este punto donde si volvemos a la interpretación como táctica, en la orientación lacaniana, entendemos que interpretar, puntuar, no solo toca el nivel de lo simbólico sino que apuntaría al goce.
La distinción de la orientación lacaniana es que la interpretación orientada por la política de la cura, no se queda a nivel de la traducción de los dichos del paciente, ese analista que escucha y edita los dichos del paciente va más allá de la interpretación significante, ya que la interpretación eficiente del analista, como dice Miller, es una pesadilla, (4) en la medida que despierta al parlêtre, moviliza la libido, engancha al otro en la transferencia.  Haciendo posible el acceso a lo real, que al fin y al cabo es el hueso más duro de roer de un análisis, pero está en la política de la dirección de la cura. 
_________________________
(1) Miller J-A., “La lectura del inconsciente”, Bitácora Lacaniana N° 1, Grama, Buenos Aires, 2012.
(2) Lacan, J., “La dirección de la cura y los principios de su poder”, Escritos 2. Siglo XXI Editores Argentina, Buenos Aires, 2002.
(3) Miller, .J-A., op. cit.
(4) Miller, J.-A., “La ponencia del ventrílocuo”, Introducción a la clínica psicoanalítica. Conferencias en España, ELP-RBA, Barcelona, 2006.


Referencias bibliográficas sobre la práctica clínica

 Escritos 2, Lacan, J. (1975) Escritos 2. México D. F.: Siglo XXI Editores.

 “Variantes de la cura-tipo” (1953 aparecido en 1955)

“Es que también el psicoanálisis es una práctica subordinada por vocación a lo más particular del sujeto, y cuando Freud pone en ello el acento hasta el punto de decir que la ciencia analítica debe volver a ponerse en tela de juicio en el análisis de cada caso (v. “El hombre de los lobos”, passim; toda la discusión del caso se desarrolla sobre este principio), muestra suficientemente al analizado la vía de su formación. El analista, en efecto, no podría adentrarse ella sino reconociendo en su saber el síntoma de su ignorancia.

La ignorancia en efecto no debe entenderse aquí como una ausencia de saber, sino, al igual que el amor y el odio, como una pasión del ser; pues puede ser, como ellos, una vía en la que el ser se forma”. (p. 125)
 
“Efectivamente allí donde se encuentra la pasión que debe dar su sentido a toda la formación analítica, como resulta evidente con solo abrirse al hecho de que estructura su sitio”. (p. 125)  


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María Hortensia Cárdenas
Ana Viganó 


Boletín 14 Letras en línea - I Conversación clínica de la NEL

I Conversación Clínica de la NEL
 El analista y su práctica
 
São Paulo - 3 de septiembre de 2015
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Letras en línea

Boletín Nº 14


Todo discurso es una defensa contra lo real, contra lo imposible de soportar. Eso se constata en la experiencia analítica: es al paciente, al analizante a quien lo real le resulta imposible de soportar, inaguantable, doloroso, angustioso; por eso pide ayuda y empieza a hablar. Pero Lacan nos advierte del efecto engañoso y de adormecimiento de la palabra. ¿Cómo no encandilarnos con el semblante?

Gloria González nos da la pauta, se pregunta cómo orientar la cura para producir un resultado nuevo, un cambio de posición respecto al goce y la posición en el mundo. Asimismo, cómo afectar el cuerpo, conmoverlo, perturbarlo en su goce. Esto es lo que define en última instancia la práctica analítica.

En cada caso la pregunta por el cómo nos servirá de brújula durante la Conversación en São Paulo a la que cada vez se suman más interesados. 
No dejes de inscribirte para recibir los textos, leerlos, prepararlos.
Solo así podremos estar abiertos a conclusiones y efectos nuevos, a hacer de la Conversación una experiencia inaugural en el sentido de la experiencia analítica en tanto inaugura un nuevo sujeto supuesto saber.

María Hortensia Cárdenas


Comentario de Gloria González a la cita:

“Lacan proponía, como definición de la clínica psicoanalítica, "lo real como lo imposible de soportar". [1] Eso muestra muy bien que las formas clínicas sólo eran para él modos de defensa contra lo real, hasta el caso límite llamado esquizofrénico, en el que el sujeto aparecía sin defensa ante lo imposible de soportar”. [2]

Nos proponemos pensar la práctica clínica en un espacio de conversación, poner en común los problemas que el ejercicio del psicoanálisis nos hace enfrentar permanentemente. La cita de Miller nos pone en la vía de permanecer advertidos: toda forma de discurso es una manera de tramitar, de defendernos de lo real. Es lo que nos permite poner bajo un mismo estatuto el discurso, las ficciones, la realidad psíquica freudiana y el fantasma; formaciones del lenguaje con las que algo de lo real intenta tramitarse otorgándole sentido. La defensa de lo real a través del lenguaje, muestra un punto de falla radical en el esquizofrénico puesto que para este sujeto todo lo simbólico es real.

Saber que todo discurso es de semblante, que es defensa, advierte sobre una doble necesidad en la práctica, servirnos de los dichos de los pacientes, de sus elucubraciones, de la construcción de sus historias, pero, sin olvidar  que son al mismo tiempo los medios engañosos para aproximarnos paulatinamente a  ese algo que se satisface y que es nuestro punto de orientación.

Ahora bien, ¿cómo? ¿De qué manera orientar una cura para que no se convierta en el sin fin de las anécdotas y los desciframientos, en la acumulación de una serie de “verdades” que no conducen a un cambio de posición respecto al goce y a la vida? ¿Cómo tocar, conmover el cuerpo del paciente y el goce que lo habita, cuando sabemos que ni el sentido ni el equívoco son suficientes?

Sabemos que en un análisis que dura es preciso soportar el estancamiento, atravesarlo y explorar sus límites hasta que pueda producirse una cesión de libido. Contamos con la indicación del corte como el acto propio del analista, con la necesidad de guardar silencio para que “algo” tome consistencia. No obstante, en cada caso surge la pregunta por el ¿cómo? Esperamos que en la conversación podamos abordar este y otros asuntos que contribuyen a que no sea posible cerrar la pregunta ¿qué es un analista? 
 _____________________________
[1] Lacan, J., "Ouverture de la Section Clinique", Ornicar? nº 9, abril de 1977.
[2] Miller, J.-A., “Ironía”, Consecuencias Nº 7, Revista digital de psicoanálisis, arte y pensamiento,http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/007/template.php?file=arts/alcances/Ironia.html


Referencias bibliográficas sobre la práctica analítica
  
Jacques Lacan, “La dirección de la cura y los principios de su poder” (1958), Escritos 2, Siglo XXI Editores Argentina, 2005, p. 272.

•          “¿A dónde va pues la dirección de la cura? Tal vez baste con interrogar a sus medios para definirla en su rectitud. Observemos:

1.  Que la palabra tiene en ella todos los poderes, los poderes especiales de la cura;
2.  Que estamos bien lejos en regla general de dirigir al sujeto hacia la palabra plena, ni hacia el discurso coherente, pero que lo dejamos libre de intentarlo;
3.  Que esa libertad es lo que más le cuesta tolerar;
4.  Que la demanda es propiamente lo que se pone entre paréntesis en el análisis, puesto que está excluido que el analista satisfaga ninguna de ellas;
5.  Que puesto que no se pone ningún obstáculo a la confesión del deseo, es hacia eso donde el sujeto es dirigido e incluso canalizado;
6.  Que la resistencia a esa confesión, en último análisis, no puede consistir aquí en nada sino en la incompatibilidad del deseo con la palabra.”

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8 de julio de 2015

Boletín 13 Letras en línea - I Conversación clínica de la NEL

I Conversación Clínica de la NEL 

 El analista y su práctica 

São Paulo - 3 de septiembre de 2015

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Letras en línea

Boletín Nº 13

En el comentario de Ángela Fischer que hoy compartimos podemos ubicar una proposición que no por conocida ha dado aún cabalmente sus frutos en cuanto a su valor clínico. Se trata de la indicación de Lacan de hacer Witz del sinthome por un lado, en tensión con la idea de un uso posible del sinthome -una vez producido en su máxima reducción de sentido-. Porque son justamente la poesía y el Witz expresiones del ser hablante que no se avienen rápidamente a emparejarse con la noción de uso, que la proposición de Lacan nos fuerza a seguir explorando sus consecuencias.

Acompaña esta reflexión una nueva serie de referencias bibliográficas, enmarcadas bajo el título: ¿Con qué cuenta el analista? -y agregamos, ¿para qué un análisis con esta orientación sea posible?

Al final de este boletín encontrarán nuevamente la ficha de inscripción. Es de gran utilidad para la organización saber quiénes podrán concurrir, por lo que insistimos en pedirles que por favor la envíen a Clara María Holguín:
 clara.maria.holguin@gmail.com 

La ficha de inscripción es condición necesaria para poder recibir el material clínico que será discutido y trabajado durante la Conversación. 

¡Disfruten la lectura!

Ana Viganó


Comentario de Ángela Fischer a la cita:

 “Para él (Joyce), la lengua no consiguió ordenarse dentro del régimen  del padre, y entonces se puso a murmurar ecos. La hipótesis de Lacan es que ése era el sinthome de Joyce y que él supo convertirlo en producto de su arte. Acogió su sinthome para hacer uso de él. A este título, Lacan da Joyce como ejemplo de que el síntoma no debe interpretarse sino reducirse, que el síntoma no debe curarse sino que está para que hagamos uso de él”.
Lacan dice en el seminario 23: Joyce tiene un síntoma que parte de que su padre era carente…que por querer hacerse un nombre Joyce compensó la carencia paterna. [2] La operación joyceana le permite a Lacan formular que no se trata del síntoma, cuya operación permite dar un sentido, vía el nombre del padre, sino que con el sinthome hay  nueva relación con el síntoma y el goce, y Joyce da cuenta que su sinthome le permite  una estabilización y una invención. Podemos ubicar el uso del síntoma de Joyce: se pone a  murmurar ecos, destroza la lengua y las letras, sobre todo la inglesa, evitando su devastación a través de la escritura.
La interpretación se orientará de manera tal que se trata de dar cuenta de la relación del sujeto con el impacto traumático de la lengua. Se tratará mediante la operación analítica lograr lo que Joyce consigue. La buena manera es la que, habiendo reconocido la naturaleza del sinthome, no se priva de usarlo lógicamente, es decir de usarlo hasta alcanzar su real, al cabo de lo cual él apaga su sed. [3]
Lacan que viene tratando lo real, está formulando una interpretación en consonancia con la reducción del sentido. Se tratará de la interpretación que va más allá del fantasma, que  reduce al sentido, que permita al máximo la reducción del sentido y poder vislumbrar la invención sinthomatica de cada uno. En el Seminario 23 dice “La segunda etapa consiste en jugar con ese equívoco que podría liberar el sinthome”. [4]
  “… la una equivocación haría Witz del sinthome aflojando el encadenamiento que estabiliza y adormece ¿Sería esta otra vía para retomar la interpretación propia del inconsciente?  Si lo fuera  la interpretación proveniente  de la una equivocación, como la que quería Lacan para el psicoanalista –se sostendría de la poesía, pero también del chiste…entregaría algún  significante nuevo, uno que no tendría ninguna especie de sentido” [5] 
Y podemos también decir que la posición del analista, es la del analista sinthome.
______________________________ 
[1]  Miller, J.-A., Piezas sueltas, Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 38.
[2] Lacan, J., El Seminario, Libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 92.
[3] Ibíd., p. 153.
[4] Ibíd., p. 184.
[5] Schejtman, F., Sinthome: Ensayos de clínica psicoanalítica nodal, Grama, Buenos Aires, 2013, p. 124.


Referencias bibliográficas sobre la práctica clínica

De: Escritos 1: Lacan, J. (1971). Escritos 1. México D. F.: Siglo XXI Editores. 
“Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis” (1953) 

¿Con qué cuenta el analista?
“… solo la palabra da testimonio de esa parte de los poderes del pasado que ha sido apartado en cada encrucijada en que el acontecimiento ha escogido. […] Es que no se trata para Freud ni de memoria biológica, ni de su mistificación intuicionista, ni de la paramnesia del síntoma, sino de rememoración, es decir, de historia, que hace descansar sobre el único fiel de las certidumbres de fecha la balanza en la que las conjeturas sobre el pasado hacen oscilar las promesas del futuro. Seamos categóricos, no se trata de la anamnesia psicoanalítica de realidad, sino de verdad, porque es el efecto de una palabra plena reordenar las contingencias pasadas dándoles el sentido de las necesidades por venir, tales como las constituye la poca libertad por medio de la cual el sujeto las hace presentes”. (p. 77) 
 “Sus medios son los de la palabra en cuanto que confiere a las funciones del individuo un sentido; su dominio es el del discurso concreto en cuanto campo de la realidad transindividual del sujeto; sus operaciones son las de la historia en cuanto que constituye la emergencia de la verdad en lo real.” (p. 78)
 “Lo que enseñamos al sujeto a reconocer como su inconsciente es su historia; es decir que le ayudamos a perfeccionar la historización actual de los hechos que determinaron ya en su existencia cierto número de “vuelcos” históricos. Pero si han tenido ese papel ha sido ya en cuanto a hecho en cuantos hechos de historia, es decir en cuanto reconocidos en cierto sentido o censurado en cierto orden.” (p. 82)
 “No cabe pues dudar de que el analista pueda jugar con el poder del símbolo evocándolo de una manera calculada en las resonancias semánticas de sus expresiones. Esta sería la vía de un retorno al uso de los efectos simbólicos, en una técnica renovada de la interpretación”. (p. 113) 


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7 de julio de 2015

Ciclo Básico 2015

Jacques Lacan
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DOCENCIA EN PSICOANÁLISIS


Están abiertas las inscripciones del CICLO  BÁSICO I - 2015



Al estudiante de Psicología y profesional de disciplinas afines interesados en la práctica psicoanalítica:

· ¿Quieres estudiar psicoanálisis?
· ¿Estás interesado en el campo de la salud mental?
· ¿Te preocupa mejorar tu práctica profesional?

EL CIDLima ofrece a todos aquellos interesados en enriquecer su trabajo:
Una opción diferente, una mirada crítica a los problemas de la época.

Un espacio dinámico donde plantear sus preguntas y sus dudas


NIVEL BÁSICO


· Duración: 16 semanas de clases
También pueden participar en:

· Videoconferencias con psicoanalistas docentes de otros Institutos del Campo Freudiano.

· Material bibliográfico virtual incluido.
· Participación en las actividades de la NEL-Lima, como Noches de Escuela, Noches de Biblioteca, -   Grupos de investigación y de Lectura.
· Seminarios Internacionales.
· Uso de la biblioteca, préstamo de libros, CDs y fotocopias.


Informes e inscripciones:

CIDLima:   Av. Ricardo Palma 734 San Antonio, Miraflores    
Teléfono: 243 2831           
CID-Lima@nel-lima.org  
cid-lima-psicoanalisislacaniano.blogspot.com

Proceso de admisión:

- Llenar la ficha de inscripción y enviarla al correo arriba indicado
- Entrevista personal
Agradecemos la difusión

El cuerpo: del fantasma fundamental al sinthome

NUEVA ESCUELA LACANIANA
NEL-Lima
Seminario Internacional
El cuerpo: del fantasma fundamental al sinthome

Girl before a mirror - Pablo Picasso
JOSÉ FERNANDO VELÁSQUEZ
Psicoanalista
Presidente de la Nueva Escuela Lacaniana

La relación entre el fantasma y el sinthome van a examinarse a través de un articulador: el cuerpo.
Las percepciones, la imagen, el deseo, el ideal, la unidad, son establecidas en la relación al Otro y operan tanto como referencia así como de defensa, a la par que constituyen al cuerpo con la marca de la castración, donde el sujeto se hace equivaler al objeto. Es un cuerpo como superficie que permite ser agujereado, recortado, recorrido, deseado, imaginado; es el cuerpo de la inhibición y del acto; el cuerpo del fantasma, del Nombre-del-Padre, del sentido “para todos”.
De otro lado está el cuerpo que rompe con la dialéctica hegeliana, un cuerpo que aparece en la contingencia, y de modo singular y misterioso. En el azar ciertos significantes, ciertas imágenes, ciertos imposibles, se inscriben en el inconsciente real, no como sentido, sino como resonancias en la carne, que se repiten y se vuelven destino, que dan cuenta de un goce más allá del fantasma, más allá de la localización por el falo. “El goce, no el inconsciente”. (Lacan, J. “Joyce el Sinthoma I”) Un goce que nombra lo que hay de singular en cada individuo, al estar condicionado por lalengua propia y desabonado del aparato que le relaciona con el Otro.

Fechas:
Viernes 10 de julio
7:30 - 9:30pm 
Primera parte del seminario 
Sábado 11 de julio
3:00 - 6:00pm Segunda parte del seminario


Lugar:
Hotel Girasoles. Av. Diez Canseco 696, Miraflores.

Inscripciones:
Av. Ricardo Palma 734, Miraflores
243 2831

2 de julio de 2015

Boletín 12 Letras en línea - I Conversación clínica de la NEL

           I Conversación Clínica de la NEL

 El analista y su práctica
 

São Paulo - 3 de septiembre de 2015

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Letras en línea

Boletín Nº 12

Termina junio y faltan solo dos meses para la primera Conversación Clínica de la NEL, el 3 de septiembre en São Paulo, con la participación de Miquel Bassols. Para los que todavía no se han inscrito, no dejen de hacerlo con un clic en el enlace de abajo. Solo así podrán recibir los casos clínicos con anticipación y en la Conversación podremos intercambiar ideas, interrogar lo que queda oscuro, proponer abordajes nuevos, comparar, arribar a nuevas conclusiones. Pero todo esto solo será posible si hay practicantes bien orientados.

En este boletín tenemos dos comentarios notables por su calidad y precisión.
Existe una política del psicoanálisis dice Miller que se orienta por la diferencia absoluta y por eso afirma que la formación del psicoanalista, son las formaciones del inconsciente, y en primer lugar el suyo. [1] Esta política condensa muy bien las dos citas y los comentarios que presentamos aquí.

El texto del analizante tiene su propia lógica articulada al fantasma, a su significación y goce. El analista se cuida de no hacer una observación de comportamiento, aunque a veces tenga la tentación de hacerlo, intentando comprender el sentido. Se comprende mediante el fantasma, explica María Cristina Giraldo y precisa que las coordenadas fantasmáticas que rigen la vida subjetiva son las coordenadas del programa de goce. Lo más importante para el practicante es poder descubrir, en su propio análisis, la regla que rige su modo de goce que le permita, en su práctica, saber no agregar sentido al sinsentido de lo real del analizante.

La autonomía del discurso analítico es el mayor principio de la política del psicoanálisis. Solo así puede mantener su diferencia absoluta con otros discursos. En cuatro puntos justos y rigurosos Gustavo Zapata comenta este principio. Ubica los límites de la experiencia analítica que permiten medir sus obstáculos, alcances y resultados. Esta es una experiencia radicalmente singular que no se aviene ni se conforma con otros discursos, poderes o ideologías. El deseo del analista apunta lo real y a liberar al Otro del sentido.

María Hortensia Cárdenas
________________

[1] Miller, J.-A., “Perspectivas de política lacaniana”, 
Freudiana 55, ELP, Barcelona, 2009. 


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Comentario de María Cristina Giraldo a la cita:

“El analista, por supuesto, no hace esto [una observación del comportamiento], aunque a veces tiene la tentación. El mismo Freud, cuando tenía en tratamiento al famoso “Hombre de los lobos”, tiene tantos hechos y datos, que casi se ve que está a punto de convertirse en observador. Es solamente después, y precisamente por medio de este caso, que Freud ubica la presencia del fantasma: que nunca la observación del comportamiento dará el sentido del fantasma, que ninguna recopilación es tan exacta que sea equivalente al fantasma, y que mientras más y más un sujeto —como ocurre en el caso del Hombre de los lobos—, se acerca a los datos, hasta hacer desear más y más datos, la misma intensidad de la vivencia que él pone en algunos hechos señala, más bien, el carácter fantasmático de esos supuestos recuerdos. A partir de esto, Freud pone en función el tema del recuerdo encubridor, que significa, precisamente, que la intensidad misma del recuerdo, en lugar de señalar la exactitud del hecho, señala que lo más importante no está ahí. Bien, el analista no es un observador del comportamiento”. [1]

La perspectiva del desarrollo conduce a un saber referencial que pretende una verdad a ser verificada por la referencia, con base en correlatos de la realidad: los datos de la historia y de la observación del comportamiento. La afirmación de Lacan “La verdad posee estructura de ficción” nos ubica en otra orientación que es la lógica del texto del analizante, en el cual el axioma del fantasma constituye una articulación esencial. Si “la significación es el fantasma”, [2] es por su conexión entre significación y goce, que constituye el amor pasional de cada uno con la verdad y el sentido. Cuando creemos comprender, lo hacemos mediante el fantasma. Este es el que fija el sentido; de ahí que Lacan nos advierta: en la experiencia analítica “cuídense de comprender”, de escuchar al analizante a través del lente del propio fantasma.

El giro freudiano se operó al advertir en la intensidad del recuerdo encubridor no un dato, sino el carácter fantasmático del mismo. Un axioma es una proposición lógica. Freud lo definía como una frase que se queda congelada para el sujeto en un punto de fijación de la libido. El axioma opera como regla fantasmática que condiciona todas las significaciones. Las coordenadas de la vida subjetiva están regladas en cada uno por su fantasma fundamental; son las coordenadas de su programa de goce. Miller propone que en el axioma se da la conjunción del Uno y del goce, por tanto, es el lugar de lo real, es lo que en los síntomas vuelve siempre al mismo lugar, lo que permanece constante como consistencia lógica, que es la relación del sujeto con el objeto a.

El atravesamiento del fantasma toca aquello mediante lo cual comprendemos. Mientras el practicante no haya descubierto cuál es la regla que rige el goce en juego en su relación con su objeto a, estará lidiando con no agregar un sentido, desde la regla no conocida de su decir, al sinsentido de lo real del analizante. En la experiencia analítica, el analizante no deviene analista sin pasar por esa consecuencia lógica del fin de análisis, que es atravesar su fantasma fundamental.


[1] Miller, J.-A., “Estructura desarrollo e historia”, Seminarios en Caracas y Bogotá, Paidós, Buenos Aires, 2015, p. 310.
[2] Miller, J.-A., Donc, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 92.
Otras referencias en Miller: El ser y el Uno, La psicosis en el texto de Lacan, Iluminaciones profanas.


Comentario de Gustavo Zapata a la cita:

“Existe una política del psicoanálisis: concierne a los fines últimos y los resultados de la operación analítica. Su mayor principio, y posiblemente el único, es la autonomía del discurso analítico, que mantiene su diferencia absoluta con los otros discursos. Es bueno todo lo que preserva y alimenta esta autonomía; es malo todo lo que la mella, la corroe, la arruina”. [1]

1.- Operar según este principio implica fundar en razón los conceptos fundamentales del psicoanálisis, es decir, valorar su pertinencia, medir sus alcances, precisar sus escollos y acotar sus resultados siempre circunscritos a los límites de la experiencia, sin tener que echar mano de una supuesta causa última, que reduciría la operación analítica a las coordenadas de una ciencia pretendida superior.
2.- Es menester entonces que para el analista se haya cernido esa diferencia absoluta entre el I y el a, que haya “circunscrito la causa de su horror, el suyo propio, el de él, separado del de todos, horror de saber” [2], para que sepa ocupar en el dispositivo ese lugar que al final es de desecho.
3.- A partir de eso, el analista entiende que la experiencia analítica es radicalmente singular, por lo tanto no es masificable ni clasificable, no se deja atrapar en otra contabilidad como no sea la del uno por uno, ni acotar por los poderes del estado, por las iniciativas de bienestar o seguridad social de los gobiernos, por ideologías políticas de cualquier signo o color, o por interpretaciones históricas, sociológicas o antropológicas de la realidad.
 4.- Así, el analista verá, como comenta J.-A. Miller [3], que el psicoanálisis es incompatible con el orden totalitario, y no existe si no es posible hablar con libertad y ejercer la ironía. Efectivamente, un analista debe querer las condiciones materiales para su práctica, y si entiende bien que el deseo del analista es “un deseo de alcanzar lo real, de reducir al Otro a su real y liberarlo del sentido” [4], sabrá entonces que el psicoanálisis es subversivo, no revolucionario.
 ____________________________________
[1] Miller, J.-A., “Perspectivas de política lacaniana”, Freudiana 55, ELP, Barcelona, 2009.
[2] Lacan, J.,”Nota Italiana”, Uno por Uno, N° 17, abril 1991, pp. 16-18.
[4] Miller, J.-A.,” Un real para el siglo XXI”, Scilicet. Un real para el siglo XXI, Grama, Buenos Aires, 2013,  pp. 17-27.


Referencias bibliográficas sobre la práctica analítica

Lacan, J., Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis (1953)

·         “Es la tentación que se presenta al analista de abandonar el fundamento de la palabra, y esto precisamente en terrenos donde su uso, por confinar con lo inefable, requeriría más que nunca su examen: a saber la pedagogía materna, la ayuda samaritana y la maestría dialéctica. El peligro se hace grande si le abandona además su lenguaje en beneficio de lenguajes ya instituidos y respecto de los cuales conoce mal las compensaciones que ofrecen a la ignorancia.” (p. 65)

·         “No hay duda de que estos efectos –donde el psicoanalista coincide con el tipo de héroe moderno que ilustra hazañas irrisorias en una situación de extravío- podrían ser corregidos por una justa vuelta al estudio en que el psicoanalista debería ser maestro, el de las funciones de la palabra.” (p. 65)

·         “El único objeto que está al alcance del analista, es la relación imaginaria que le liga al sujeto en cuanto a yo, y, a falta de poderlo eliminar, puede utilizarlo para regular el caudal de sus orejas, según el uso que la fisiología, de acuerdo con el Evangelio, muestra que es normal hacer de ellas: orejas para no oír, dicho de otra manera para hacer la ubicación de lo que debo oír.” (74-75)

·         “Afirmamos por nuestra parte que la técnica no puede ser comprendida, ni por consiguiente correctamente aplicada, si se desconocen los conceptos que la fundan. Nuestra tarea será demostrar que esos conceptos no toman su pleno sentido sino orientándose en un campo de lenguaje, sino ordenándose a la función de la palabra” (p. 68)

·         “… el arte del analista debe ser el de suspender las certidumbres del sujeto, hasta que se consuman los últimos espejismos. Y es en el discurso donde debe escandirse su resolución.” (72-73)

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