Viktor Hajer
BORDES
No. 28
17 de Octubre de 2013
Boletín de la NEL hacia el VI
Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana
XVIII Encuentro Internacional del
Campo Freudiano
HABLAR CON EL CUERPO
LAS CRISIS DE LAS
NORMAS Y LA AGITACIÓN DE LO REAL
Buenos Aires, 22 y 23 de noviembre de 2013
PARTE 1
- Editorial.-
Johnny Gavlovski
- ¿Los
latinos son menos inteligentes?.- Ana Viganó
EDITORIAL
Johnny Gavlovski E
NEL Caracas
Algo de neo
surrealismo. Por aquello del malestar de la cultura. Por aquello de las
mutaciones contemporáneas. No es el de Dalí, menos el de Breton diciendo “la
belleza será convulsa o no será” en ocasión de sus estudios con Charcot en la
Salpetriere. No. Acá tiene que ver con el arrebato, con la letra rasgada de
Marguerite Duras y lo que la literatura del París de Lacan dio por llamar noveau
romance. Cambios en la letra, en la lengua, en el decir, en el saber-decir.
Neo
surrealismo, pero sin lucha por la libertad de control racional o automatismo
psíquico. Aquí la lucha es otra, es digital, gráfica, fotográfica. Es la palabra
contra la segregación y de eso nos habla Ana Viganó. Genética y
segregación. La segregación, en tanto tiene por foco al goce será siempre
una segregación que afecte a los cuerpos, sedes de ese goce, siempre Otros.
Es la era digital, gráfica, fotográfica, las modernas
tecnologías de informática, las mutaciones corporales, el fin de la privacidad,
el reality, la cámara que capta, el ojo omnipresente que ofrece su objeto
instantáneo en twitter. Cuerpos capturados, cuerpos construidos, cuerpos con
género, sin género, multigénero. Ángela Fisher dijo de esto. Hoy también Alfaro
y Cantor comentan.
En fin, los
dejo con esto, con la foto de Marilyn sin belleza, con el poema honesto y
sencillo de Ruth Hernández, con la producción de “neo”, de “su”, de
“realistas”, digitales, adictos, modernos, postmodernos, hipermodernos… eteros,
finitos.
Nuevo uso
del orden del discurso, dice Viganó. Preguntas contundentes que nos trae, en
ocasión de ENAPOL; en ocasión de su oficio como analista; en ocasión de vivir,
este mundo líquido llamado….
Alex Nabaum
¿Los latinos son menos inteligentes?
Ana Viganó
NEL México
Así titulaban
algunos medios las noticias que envolvieron al escándalo en torno de la
renuncia de Jason Richwine a la Fundación Heritage, episodio que tiene sus
raíces en las consecuencias que la aplicación de ciertos estudios que presumen
de científicos puede tener. Este cariz es el que despierta nuestro interés.
Richwine es
coautor del controversial estudio que señaló -en medio de la batalla legal,
mediática y política de la ley migratoria en USA- que el plan de legalización
de los 11 millones de indocumentados agregaría 6.3 billones de dólares al
presupuesto del país, en los siguientes años. La Fundación Heritage es un
“think tank” conocidamente conservador y la alarmante cifra tiene ese sesgo,
cuestionado desde otras esquinas por no contabilizar en su cálculo las
aportaciones y beneficios económicos que los inmigrantes proveerían en ese
mismo período. Pero el escándalo surge al darse publicidad a la tesis con la
que Richwine se doctoró en el 2009 titulada “IQ and Immigration Policy”, en la
que afirmó que “los inmigrantes de hoy no son tan inteligentes en promedio como
los nativos blancos. La diferencia del coeficiente intelectual entre ambos
grupos es lo suficientemente grande como para causar efectos negativos
sustanciales en la economía y la sociedad estadounidense”[1] Tales
declaraciones se basan en el altamente cuestionado índice de coeficiente
intelectual tomado de los aportes de la psicología y aplicado a lo que de esta
forma constituye un grupo para Richwine: los inmigrantes de ahora,
mayoritariamente latinos o hispanos. De tal forma, el autor valida una
construcción social que sin ser tradicionalmente una raza, opera en el
imaginario social de su país como tal, para aplicar desde allí criterios de
segregación racial fundados en pruebas supuestamente científicas. No hace falta
enumerar la cantidad de críticas que el índice IQ ha tenido y tiene[2], como
tampoco decir que tales críticas no impiden que se siga usando. Nos lo advertía
Miller hace unos años: “Las razas son efectos de discurso […] Significa que estos
discursos están allí como estructuras y que no alcanza soplarlos para que se
vuelen.”[3]
Antecedente
próximo: el real biológico preferido para el cambio de siglo
En octubre
del 2007, una fugaz pero no por ello menos intensa polémica se desató cuando James
Watson, co-descubridor de la estructura del ADN y cuyo trabajo fue recompensado
con el premio Nobel de Medicina en 1962, declaró su inevitable pesimismo
respecto de África, porque las políticas occidentales se basan en la creencia
de que la “inteligencia de los africanos es como la nuestra, algo que
contradicen todas las pruebas efectuadas”[4] Las alarmas
estallaron su sonar en todas partes, y como corresponde, al día siguiente el
Dr. Watson pidió disculpas, echando mano del equívoco.
El nombre de
Watson está indiscutiblemente asociado a ese trozo de real científico que es el
ADN, cuyo porvenir promete tenerlo por mucho tiempo entre nosotros, abriéndose
caminos. De allí que se genere la ilusión de que “Watson habla y entonces por
su boca habla el ADN, el destino de la humanidad toda. Más que el pensamiento
encarnado, es como si el ADN, su mensaje, estuviera encarnado en el nombre y la
persona de Watson.”[5] Es tomando
este vestigio de subjetividad como los científicos, que vienen detrás
aclarando, intentan deslindar su responsabilidad y lo castigan, suspendiéndolo
en sus tareas en el laboratorio que presidía – Cold Spring Harbor Laboratory.
No hay
basamentos científicos, Watson quedó hablando solo al menos un tiempito y
renunció finalmente a su cargo. Pero convencido de sus palabras, y sin que las
disculpas hicieran alguna mella de angustia aparente: “Siempre he defendido
ferozmente la posición de que debemos basar nuestra visión del mundo en el
estado de nuestro conocimiento, en los hechos, y no en lo que nos gustaría que
ocurriera.” “El abrumador deseo de la sociedad hoy es asumir que las mismas
capacidades de raciocinio son una herencia universal de la humanidad. Podría
ser. Pero simplemente quererlo no basta. Eso no es ciencia.” Efectivamente,
como él dice, la “genética puede ser cruel”[6], y al
parecer, apasionante. Pasión que no excluye su impacto social - ni el
sufrimiento, en su contracara - que él mismo reconoce.[7]
Odio, goce,
segregación
En el texto
citado Miller hace nuestra –de los analistas- su pregunta sobre el racismo:
¿Qué hace que este Otro sea Otro para que se lo pueda odiar en su ser? y
responde: “es el odio al goce del Otro […] Se odia especialmente la manera
particular en que el Otro goza”[8] Y si más
adelante explica claramente por qué la cuestión de la tolerancia o intolerancia
social, o de los Derechos Humanos no alcanza en términos de solución a este
problema, es porque “el Otro es Otro dentro de mí mismo. La raíz del racismo,
desde esta perspectiva, es el odio al propio goce.”[9]
La
segregación, en tanto tiene por foco al goce será siempre una segregación que
afecte a los cuerpos, sedes de ese goce, siempre Otros. El psicoanálisis
propone un tratamiento diferente en tanto se trata de una cierta localización
que haga posible un nuevo uso del goce en el orden de un discurso. ¿Cómo no
tener en cuenta esta orientación del odio al propio goce a la hora de
interrogarnos clínicamente por el tratamiento que los hombres y mujeres de hoy
dan a sus cuerpos? ¿Cómo no servirnos de estas coordenadas para enmarcar, por
ejemplo, la reciente y polémica decisión de dar ciudadanía italiana “sólo a los
muertos” en el naufragio de Lampedusa[10]?
Comité
organizador BORDES:
Piedad Ortega de Spurrier, Marcela
Almanza, Elida Ganoza, Johnny Gavlovski E., Ruth Hernández
[1]
Estudiantes de Harvard
solicitan investigación sobre tesis de J Richwine, en
www.nuestramericanews.com
20/05713
[2]
Destaco tres: que lo que ese
test mida sea inteligencia en algún sentido más amplio
que la capacidad
necesaria para responder a ese test; que ser listo de
una manera que pueda ser
medida mejora a la persona en algún sentido que
beneficie a la sociedad; su
cercanía con criterios eugenésicos.
[3]
MILLER, J.-A- Extimidad.
Paidós, p 58
[4]
Clarin.com - Fuente EFE. El
considerado padre del ADN dice que los negros son
menos inteligentes,
17/10/2007
[5]
Marco Mauas, El hombre piensa
con su objeto: racismo espontáneo de un científico.
Publicado en AMP-Blog
22/10/2007
[6] Cuestionarse la
genética de la inteligencia no es racismo. La
respuesta de Watson a las
críticas, en La Jornada, 19/10/2007 (www.jornada.unam.mx )
[7] Referencia al
título de uno de sus libros: Pasión por el ADN. Genes,
genomas y sociedad,
Editorial Crítica, S. A. Barcelona, 2002.
[10] Italia dará
nacionalidad a los fallecidos en Lampedusa y multará a
los sobrevivientes.
www-libertaddigital.com
9/10/13
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