19 de julio de 2023

TYCHE Y AUTOMATON EN EL SEMIANRIO 11; por Zaida Avendaño

 





Lacan abordó la repetición en distintos momentos a lo largo de su enseñanza. Al igual que Freud, utilizó el término Wiederholungszwang (compulsión a la repetición); para referirse a ella, pero le hizo una traducción distinta: automatismo de repetición. En esa línea, eliminó el factor pulsional que articuló Freud a la repetición, dejando solamente de manifiesto el carácter automático, repetitivo, de la sintaxis significante. En función a lo mencionado, en la primera época de la enseñanza de Lacan, la referencia de la repetición asociada a lo pulsional no fue desarrollada porque se puso el acento en el factor automatismo. Hasta el Seminario 2, Lacan definía a la repetición como la estructura combinatoria del significante (S1-S2)[1]. Su investigación, lo llevó a afirmar que el automatismo de repetición toma su principio en la insistencia de la cadena significante y, por lo tanto, se encuentra más allá del principio de placer.

 

En el Seminario 11 “Los cuatro conceptos fundamentales” [2], Lacan introduce una nueva perspectiva en torno a la repetición. Dice “abordaremos el concepto de repetición, preguntándonos cómo concebirlo, y veremos cómo Freud, mediante la repetición como repetición de la decepción, coordina la experiencia, en tanto que decepcionante, con un real, situado desde entonces en el campo de la ciencia como aquello que el sujeto está condenado a errar, pero que este mismo yerro revela.”[3] En ese sentido, anticipa que examinará  el concepto de repetición a la luz de la teoría propuesta por Freud y, a su vez, a la luz de la experiencia en psicoanálisis.  Es así como articula el concepto de repetición, al igual que los otros tres conceptos fundamentales, desde la perspectiva de lo real.

 

Con el propósito mencionado, Lacan se vale de dos términos empleados por Aristóteles en su investigación de la causa - tyche y automaton - como puntos de referencia para hablar de la repetición y lo real. En primer lugar, traduce tyche como el encuentro con lo real, un encuentro que es siempre fallido. Automaton, por otro lado, es traducido como el retorno, regreso, insistencia de los signos, insistencia a la cual nos somete el principio de placer. Por su parte- advierte -apoyándose en la investigación de Freud, que lo real está más allá del automaton y es aquello que yace siempre tras este. Lo real no se encuentra de forma previsible, ya que se escabulle.

 

 

En función a lo mencionado, lo más resaltante es que Lacan separa repetición de automatismo, y afirma que esta no debe confundirse con el retorno de los signos, ni con la reproducción o la modulación por la conducta de una especie de rememoración actuada. Lo que se repite- dice- es siempre algo que se produce como el azar, lo cual da cuenta de su relación con la tyche. Es así que la función de la tyche, de lo real como encuentro esencialmente fallido, es la que Lacan relaciona al trauma, en tanto determina todo lo que sigue e impone un origen al parecer accidental. En otras palabras, “el trauma es concebido por Lacan como algo que ha de ser taponado por la homeostasis subjetivante que orienta todo el funcionamiento definido por el principio del placer.”[4] En ese sentido, la insistencia del trauma en no dejarse olvidar se conserva en el seno de los procesos primarios. “El sistema de la realidad, por más que se desarrolle, deja presa en las redes del principio del placer una parte esencial de lo que, a pesar de todo, es sin ambages real.”[5] Es decir, lo real se presenta bajo la forma que tiene de inasimilable.

 

Lo anteriormente mencionado es lo que Lacan desarrolla en el capítulo Tyche y automaton del Seminario 11: “el retorno de los significantes no es exhaustivo, sino que, en el retorno, que es comandado por el principio de placer, algo repite y algo se escapa, (…) y lo que se escapa es la causa de lo que se repite.”[6] La causa de la repetición es lo real. Lacan toma lo que vuelve siempre al mismo lugar, lo que no cesa -que se parece a la idea de retorno- pero a diferencia del retorno de los significantes que no cesa de escribirse siempre igual, ahora de lo que habla es de un "no cesa" -se ve el espíritu de la repetición- bajo la forma de lo que no cesa de no poder inscribirse. Tenemos la asociación de la repetición con lo imposible de reabsorberse a nivel de principio de placer, con el núcleo imposible de simbolizarse del que habló en el Seminario 7. “El núcleo está más allá del automatismo de lo que se repite”[7]: es así como Lacan ubica la repetición en relación a lo real, separa la vertiente automaton y se centra en la tyche para poner en mayor relevancia el carácter pulsional de la misma.


Zaida Avendaño, Alumna del CID-Lima


Bibliografía

[1] Véase un mayor desarrollo en Brodsky, G. (2014) Fundamentos 1 Comentario del Seminario 11. Cap. III.

[2] Lacan, J. (1964) Seminario XI. Paidós. Argentina. 1987

[3] Ibid., p. 47

[4] Ibid., p. 63

[5] Ibid., p. 63

[6] Brodsky, G. (2014) Fundamentos 1 Comentario del Seminario 11. Cap. III. p. 58

[7] Ibid., p. 60




Tyche y Automatón

Comentario; por Rodolfo Sánchez


Muchas gracias Zaida por tu ensayo, al leerlo sentí que abordabas abruptamente el tema, pero al conversar contigo entiendo que no lo es para ti, pues es un continuo de eso que te interroga al tratar a pacientes, al observar que continúan repitiendo relatos, sueños, comportamientos y actitudes en la relación contigo como analista, esa repetición de síntomas, y ese querer saber por qué lo siguen haciendo es lo que te motiva a escribir este ensayo.

 

Repetición que también ve Freud y que llama compulsión a la repetición como explicación desde lo pulsional, y después a Lacan que en el seminario 2, le quita lo pulsional al decir que es la repetición es un automatismo, no una compulsión, y que es empujado por la insistencia de la cadena significante, como aquello que no cesa de inscribirse.

 

Y ya en el seminario 11, la tyche como ese encuentro con lo real, encuentro siempre fallido, o desencuentro con aquello inasimilable, por eso real, que escapa. Pero no se le escapa a Lacan, que cuando Freud escribe “la repetición como repetición de la decepción”1 se detiene en esta “decepción”, no hay, y por eso se repite, de quien dice “no cesa de no poder inscribirse” y que ves en la clínica, que se repite una y otra vez.

 

¿Cuál es la función de este invento de Lacan?

 

Gabriela Brodsky en sus comentarios del seminario 11, capítulo 10 titulado “la sesión analítica” página 189 nos orienta:

 

“La repetición tiene dos caras. La cara automaton es la repetición pensada según la alienación (del Otro de los significantes) Y la cara tyche es la repetición pensada según la separación (del Otro como deseante), como el encuentro fallido.

La transferencia como sujeto supuesto saber es la transferencia como alienación. Mientras que la transferencia como cierre del in­consciente, como puesta en acto, es la transferencia pensada de acuer­do con la separación. Es así que se ordena de un modo transparente la coexistencia de la transferencia como cierre junto con la puesta en acto. Porque cuando se produce el "¿qué quiere de mí?"2, al mismo tiempo hay cierre del inconsciente, de la cadena asociativa, y puesta en acto del objeto a” y es algo que quisiera que abramos al diálogo, estos dos modos de la repetición.

 

Rodolfo Sánchez, Alumno del CID-Lima


1. Lacan, J. (1964) Seminario XI. Paidós. Argentina. 1987 p. 47

2. Brodsky, G. (2014) Fundamentos 1 Comentario del Seminario 11. Cap. X. p. 189

 

 




7 de julio de 2023

PRESENTACIÓN: Noche del CID en la Escuela; por Patricia Tagle Barton

Buenas noches a todos.

Esta es una noche muy especial, Noche de Escuela con el CID, noche del CID en la Escuela. Esta “segunda vez”, sanciona la primera, pues no hay primera sin segunda.

Uno de los principios de la política lacaniana enunciados por Miller señala que en una Escuela de psicoanálisis todo es de orden analítico.[i]

Por ende, me interesa mucho que nos detengamos unos minutos para situar las coordenadas analíticas que dan marco al trabajo de esta Noche: ¿Cómo pensar ese cony ese “en” que aloja y anima este encuentro?  

Al respecto, y acerca de la articulación, Instituto /Escuela, traigo para ustedes dos señalamientos de Eric Laurent que encuentro muy esclarecedores.

El primero, concierne a lo que él llama “topología de la vecindad”, cuestión que me parece de sumo interés, pues pone en primer plano la cuestión del agujero topológico.  A veces -indica Laurent – la vecindad de dos cosas no se mide sino mediante el agujero que intentan delimitar.[ii]

Entonces, ninguna compacidad, ninguna consistencia compacta ni para el Instituto, ni para la Escuela; en su lugar, dos imposibles: lo imposible de enseñar -para el Instituto- lo imposible de saber (qué es un analista) para la Escuela.

Y la transferencia de trabajo, o más precisamente al trabajo, como lo señala Miller, como política para el ejercicio de esa buena vecindad[iii]. Es así como les propongo pensar la cuestión. Desde esta perspectiva, la transferencia de/al trabajo deviene tratamiento de un real. Es nuestro principio.

El segundo señalamiento atañe a la lógica que cimenta los Institutos, la enseñanza que se dispensa, y dispensamos, ahí.

El Instituto (el CID es uno de ellos) – nos dice Eric Laurent en su texto “Lo imposible de enseñar” – “es nuestro instrumento de verificación de la manera en que tratamos el saber explícito que se puede extraer de la práctica del análisis. (…) Este instrumento nos permitirá verificar si tratamos este saber con el respeto suficiente.”[iv]

Este señalamiento de Laurent implica, entre otras cosas, la extracción de la episteme analítica -saber explícito extraído de la práctica- del dominio del discurso universitario; es así como entiendo eso de tratar este saber con el respeto suficiente.

¿Hemos estado a la altura?

Esta invitación a exponer a cielo abierto y a viva voz los trabajos de quienes consintieron al ejercicio de la escritura y la formalización se inscribe, justamente, en esta lógica: se trata de verificar si en esta experiencia conjunta que hacemos a la par asistentes y docentes cada vez y en cada cursus algo se pudo transmitir y algo se pudo extraer.

Que quienes nos acompañen en esta ocasión con su lectura, comentarios y preguntas sean a su vez participantes del CID redobla la apuesta.

Esta noche contamos con la presentación de los trabajos de:

Zaida Avendaño: “Tyché y automatón en El Seminario 11” – Con la lectura y comentario de Rodolfo Sánchez.

Iván D´Onadío: “El Inconsciente real” – Con la lectura y comentario de Albor Debernardi.

Raúl Montesinos: “Los sueños y sus devenires en análisis: una orientación por lo real del goce” – Con la lectura y comentario de Jimena Rivas.

Lima, 21 de junio de 2023


Bibliografía

[i] “En una Escuela todo es de orden analítico. Es un axioma y es la condición misma por la que una Escuela es interesante.” MILLER, Jacques-Alain, “Teoría de Turín acerca del sujeto de la Escuela”, recuperado de https://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/021/template.php?file=arts/Alcances/Teoria-de-Turin.html

[ii] LAURENT, Eric, “Lo imposible de enseñar”, en ¿Cómo se enseña la clínica?, Cuadernos del Instituto Clínico de Buenos Aires #13, Bs. As. 2010, p 32

[iii] “Sí, es un verdadero pasante solo aquel que dirige su transferencia a su trabajo, aquel que espera de su propio trabajo el esclarecimiento que piensa que le está faltando, a él y a los otros. La transferencia de trabajo es una transferencia al trabajo.” MILLER, Jacques-Alain, “Una observación acerca del atravesamiento de la transferencia”, en Cómo terminan los análisis, Navarin editeurs– Grama, Buenos Aires, 2022, p. 146

[iv] LAURENT, Eric, op.cit. p. 20



Patricia Tagle Barton (Miembro de la NELcf y la AMP)