XXIII Jornadas Anuales de la EOL
29-30 NOV 2014 "Bordes de los femenino. Sexualidades, maternidad, mujeres de hoy" |
En este número
del Newsletter les acercamos algunos fragmentos de
una entrevista imperdible, realizada a Miquel
Bassols a fines de mayo en “La casa de la Paraula”
de Barcelona.
Se trata de una
conversación extensa en la que el actual presidente
de la AMP recorre, con una claridad ejemplar, muchas
de las problemáticas que hacen a la actualidad de
nuestra práctica. De allí les ofrecemos los párrafos
en los que aborda puntualmente el tema de nuestras
próximas jornadas; la entrevista completa se puede
leer en el siguiente enlace: Miquel Bassols
Buena lectura!!“El propio lugar del psicoanalista fue indicado por Lacan como un lugar más bien femenino”.
Lacan
decía que “las mejores psicoanalistas eran mujeres.
También las peores”. ¿La mujer será importante para
sostener, ya no sólo la práctica analítica, sino
también otros discursos del siglo XXI?
Con respecto al psicoanálisis está clarísimo: el
propio lugar del psicoanalista fue indicado por Lacan
como un lugar más bien femenino. Digamos que los tres
lugares que han sufrido la mayor segregación en nuestra
cultura: la infancia, la locura y la feminidad, han ido
cambiando de lugar. En el siglo XX el lugar de la mujer
ha cambiado no solo en la familia, sino en todo el
ámbito social, en la cultura, en la ciencia. La
feminización del mundo contemporáneo es un tema de
trabajo recurrente para nosotros y es algo que alcanza
todos los ámbitos de la realidad. Hay una feminización
que, leída según la lógica de la sexuación elaborada por
Lacan, da cuenta de este cambio, entendiendo lo femenino
como aquello que introduce en el discurso contemporáneo
una lógica no fálica. La feminización introduce una
nueva lógica que tiene que ver también con lo que
hablábamos ahora sobre lo Uno y lo Múltiple. Es una
forma de reintroducción de lo Múltiple en lo homogéneo.
Y estamos viendo múltiples fenómenos en la actualidad de
la dificultad que tenemos hombres y mujeres para
entender y hacer algo con la feminización del mundo
contemporáneo. Uno de los temas sobre el que últimamente
ha intervenido la
AMP en el marco de la ONU —la AMP es un
órgano consultivo suyo— ha sido el de la violencia
contra las mujeres, un tema que preocupa
internacionalmente como una verdadera epidemia. No hablo
ya de España donde es un tema de primera página de los
periódicos de cada día. Es un fenómeno que toma un
carácter nuevo precisamente por las dificultades que los
vínculos sociales, familiares, y también profesionales,
tienen con la aparición del fenómeno de la feminización
del mundo. Estamos en un momento donde la presencia de
lo femenino y de la mujer cambia los ejes de coordenadas
del sujeto contemporáneo en su relación con el goce. Las
próximas Jornadas de la NEL (Nueva Escuela Lacaniana) en
Lima a las que asistiré tratarán sobre este tema: “Lo
femenino no es solo asunto de mujeres”. Lo femenino no
importa ni está solo en las mujeres, toca los vínculos
entre los sexos y los de la relación de cada sujeto
consigo mismo. En ese sentido, hay que recordar el lugar
que Lacan encontraba en la mujer como Otra, no solo para
el hombre, sino también como Otra para sí misma. Dicho
de otra manera, el lugar de lo femenino se está
revelando como un lugar fundamental donde cada sujeto se
convierte en una alteridad para sí mismo, lo que no
siempre es fácil de soportar.
¿Qué es lo que hay de femenino en cada sujeto que lo
convierte en otro para sí mismo? Del lado masculino las
cosas se plantean de manera distinta. En la historia del
patriarcado, en la tradición más edípica y patriarcal,
lo fálico, lo paterno, lo masculino imperaba con una
homogeneización que implicaba una segregación de ese
lugar de lo femenino. Es el psicoanálisis, en contra de
lo que muchas veces se dice, el primero que se dio
cuenta de eso. Freud entendió enseguida que ahí había
algo que se cruzaba en la tradición patriarcal. Aunque
no supiera muy bien cómo localizarlo, lo llamó “el
continente negro”, dio cuenta ya de esta nueva geografía
que se abría paso en el siglo XX.
¿Cuál sería el mapa de lo femenino en el
siglo XXI?
Con el declive de la imago paterna y con
la pluralización de los Nombres del Padre anunciada por
Lacan más allá del Edipo freudiano, la geografía ha
cambiado y seguirá cambiando. Cada vez existe menos la
figura del padre como representante de la ley y de la
autoridad simbólica, la ley del todo o nada, sostenida
en la lógica binaria del uno y del cero. Si seguimos con
la metáfora geográfica, el “continente negro” se va
revelando hoy como un lugar que descompleta a cada país
en sus fronteras simbólicas, por otro lado cada vez
menos seguras y precisas. Inútil poner puertas al campo.
Lo Otro penetra en lo Uno y el nuevo lugar de la
feminidad y de la mujer, tanto en la familia como en los
distintos ámbitos sociales, se hace absolutamente
imprescindible para entender las nuevas coordenadas de
la cultura contemporánea. La no paridad entre lo sexos
es ya impensable en lo ‘políticamente correcto’. Para
decirlo con los términos de la lógica lacaniana, nos
introducimos en la lógica del no todo más allá de la
lógica del todo. Eso plantea problemas muy nuevos porque
a la vez persiste una inercia donde el discurso de la
homogeneización, el discurso fálico, aprieta por otro
lado de manera persistente. Algunas religiones, también
algunas políticas identitarias, y muy especialmente las
culturas islámicas reaccionan de modo cada vez más
radicalizado. La añoranza del padre, que Freud igualó a
la idea de Dios, no anuncia nada bueno. De modo que este
es ya un tema fundamental, tanto en la clínica como en
la política, y va a serlo cada vez más. Depende de cómo
hombres y mujeres entendamos ese nuevo lugar de lo
femenino en la experiencia subjetiva que podremos darle
un destino u otro. Digamos que un análisis se puede
definir también como la exploración en cada sujeto de
esa zona del no todo, de esa zona de lo femenino en su
vida, en su experiencia y en su vínculo con los otros.
En ese punto la experiencia analítica es un laboratorio
de investigación crucial para situarse frente a estas
nuevas formaciones de la feminización del mundo
contemporáneo. El inconsciente en el siglo XXI es
eminentemente femenino, Eurídice dos veces perdida para
Orfeo, para seguir el mito que Lacan retomó en su
Seminario.
En este punto me gustaría distinguir y
diferenciar qué es lo femenino porque hay muchos
movimientos feministas que parten más de la lógica
fálica o de la homogeneización que de lo femenino.
¿Habría que poner un interrogante para distinguir
desde qué lógica parten fenómenos como las Femen[1] u otros
movimientos feministas, por ejemplo?
Sin duda. Las mujeres mismas han sido
muchas veces las mejores portadoras del discurso fálico,
a veces reivindicando una reciprocidad y una simetría
entre lo sexos que el psicoanálisis siempre ha puesto en
cuestión. Hay que estudiar cada movimiento feminista en
su diferencia porque en el propio feminismo ha habido
corrientes muy diversas. Por otra parte, el discurso de
la igualdad es un discurso muy contemporáneo: “todos
somos iguales”. Es ya una manera de cerrar el problema
cuando, precisamente, se trata de saber de qué manera
cada uno es diferente de los otros. Justamente lo
femenino aparece como la diferencia radical. Hay
discursos del feminismo que han sabido elaborar esta
diferencia pero hay otros, en efecto, que se han quedado
en la reivindicación de la lógica fálica, del “vale y
debe valer para todos”. Nos encontramos aquí con una
paradoja que viene ya de la Ilustración. La Ilustración,
por fortuna por un parte, introdujo el “todos somos
iguales ante la ley, todos tenemos los mismos derechos,
los derechos humanos son universales”, pero a la vez se
encuentra con un problema, con una paradoja ya que con
eso se oblitera también la singularidad y la diferencia
que introduce lo femenino. Es interesante seguir desde
ahí la historia de la mujer y de lo femenino porque
aparece siempre como un contrapunto a la lógica del
“todos somos iguales”. La diferencia sexual es
irreductible, eso es lo que descubrió el psicoanálisis
desde sus orígenes. Cuando se trata ya no del sujeto
representado por la ley civil sino del sujeto en
relación al goce sexual, el problema no es entonces si
somos todos iguales sino de qué manera cada uno se sitúa
de manera singular en relación a la diferencia sexual.
Ahí es donde la cuestión de lo femenino aparece como un
obstáculo a cualquier lógica del todo. Hay que matizar
muy bien esto porque a veces con el discurso de la
reivindicación se reintroduce y refuerza aquello que se
pretendía criticar. Por eso el discurso reivindicativo
no es siempre el más efectivo. Hay que detenerse para
ver en qué está uno implicado y en qué participa de
aquello de lo que se queja. En los conflictos y
malestares de la relación entre los sexos, los
psicoanalistas lo escuchamos cada día.
Entrevista publicada en "La Casa de la Paraula" por Marta Berenguer. Autor de la fotografía: Albert Roig.
[1] Femen es
un grupo radical feminista que ha conseguido fama
mundial a costa de acciones espectaculares,
caracterizadas por presentarse sus miembros desnudas
de cintura para arriba y utilizar sus pechos para
escribir mensajes reivindicativos, forma de
protestar que sus activistas denominan sextremismo.
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27 de agosto de 2014
Entrevista a Miquel Bassols
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