17 de julio de 2013

Cómo conviene escuchar y qué hacer semblar para sinthomatizar a un parletre psicótico -Extracto


José Fernando Velásquez

Frente al psicótico, desde cualquier disciplina, se tiene el intento automático de querer abordarlo desde la terapéutica. Es fácil caer en intervenciones que toman como fundamento de su trabajo lo adaptativo del sujeto de la necesidad. Se han propuesto métodos de abordaje que asumen que la locura es un déficit, un trastorno cognitivo de base orgánica o psicogenética y que, para tratarlo, se hace necesario realizar un inventario de situaciones de la relación con el entorno, identificar las aptitudes y discapacidades del individuo, identificar las situaciones que puedan ser modificadas. Por esta vía se llega a la psicologización (intentando con modelos de estimulación adecuados y oportunos, fortificar o rectificar al Yo); a una “pedagogía” con la formulación de una enseñanza especial, (como la propuesta por Itard al llamado “el salvaje de l’Aveyron”); y a la medicalización, (por medio de la neurologización y el uso de medicaciones). Ello conduce a un reforzamiento de la condición de objeto, sí el psicoanálisis falta a la cita para implicarlo como sujeto.
En Lacan encuentro una enseñanza sobre lo conveniente en la clínica con los psicóticos. Él se separa de la clínica psiquiátrica, pero de ella conserva ese sentido investigativo del cual hace uso para llamarnos la atención y hacer, con precisión, una clínica diferencial entre fenómenos neuróticos y psicóticos; para ubicar la importancia del desencadenamiento, de la estabilización, dentro de la transferencia y fuera de la transferencia; para trabajar con la psicosis en el niño; para arriesgarse a la clínica de los inclasificables; para encontrar las distintas funciones del síntoma, y para asumir una ética frente al trabajo de acompañamiento e intervención con el sujeto psicótico.


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