“El
lazo social promovido por la experiencia analítica despierta a los sujetos del
sueño de la eternidad”
El psicoanalista argentino Ricardo Seldes será el presidente del
VI Encuentro Americano de Orientación Lacaniana, el próximo 22 y 23, centrado
esta vez en La crisis de las normas y la ¿agitación
de lo real en su relación al cuerpo.
Al encuentro llegarán psicoanalistas de toda América Latina y los franceses Judith Miller y Eric Laurent, que expondrán sobre las nuevas modalidades de tratar al deseo, el goce y la falta de relación sexual en una época caracterizada por la vigilancia policial, la pérdida de la privacidad, la descomposición del lazo social y la hegemonía megalómana de las nuevas tecnologías de la comunicación.
Seldes es analista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL) y presidente de la séptima versión del ENAPOL.
Esta es la conversación que sostuvo con Télam.
T : Hablar con el cuerpo pareciera arrastrar toda esa tradición terapéutica-anglosajona de cierta expresión de la cual las palabras no podrían dar cuenta. Sospecho que no se trata de eso en este encuentro. ¿De qué se trata entonces?
S : El psicoanálisis siempre ha tenido que vérselas con esa zona
de lo no dicho, de lo que se asume como reprimido y luego ignorado y
reconocido, o de lo forcluido que no admite sino un retorno en lo real, lo que
suele ubicarse como algo que en el cuerpo se siente en un más allá de sus
bordes. El sufrimiento, tanto neurótico como el psicótico, implica
siempre ese penar de más que es sentido como
tal en el cuerpo. (Jaques) Lacan debía justificar en su primera enseñanza lo
necesario de la relación del cuerpo en los análisis, cuando se lo acusaba de
intelectualista, apasionado por el significante. Al final retoma el problema al
indicar al sujeto como el que porta el misterio del cuerpo que habla en una
experiencia, la del psicoanálisis que funciona sólo si el cuerpo está en la
experiencia. Entiendo que la pregunta apunta a tratar de especificar de qué
manera el cuerpo está presente en el análisis lacaniano, cuando sabemos que se
trata siempre de palabras y solamente de palabras.
T : Usted habla de presentar al cuerpo. ¿Qué cuerpo habría que presentar?
S : No puedo explicar mi chiste sin revelar que presentar el tema ha implicado de entrada el hecho de poner el cuerpo ante una comunidad investigadora. Así defino yo a los colegas con los que trabajamos en el campo freudiano para quienes la formación es un proceso inagotable. De entrada se trata del encuentro entre dos cuerpos, el del analista y el del analizante en los tiempos de las llamadas entrevistas preliminares. Cuando una primera transformación se produce, el consentimiento a una rectificación subjetiva por el lado del paciente, el cuerpo del analista puede decirse que está más compuesto de objeto a, un semblante de lo que implica ese punto en donde las palabras desfallecen, o donde cada uno puede ir encontrando en cada sesión un trozo de real, su verdad mentirosa acerca del imposible de decir. Presentar el cuerpo es sugerir que al final de su enseñanza, Lacan propone recordar que el cuerpo es lo que le da consistencia al ser hablante, ese cuerpo que habla a veces de un modo muy silencioso, sin palabras, en contra de cualquier efecto de comunicación. Es lo que Freud ubicaba como la dimensión de lo pulsional, un cuerpo que está habitado por un real incomprensible. Presentar el cuerpo es también poner el acento en que éste es el alojamiento del goce, y que la experiencia analítica apunta a que se produzca alguna mutación en el goce. Seguramente eso produce también un cambio en la relación del sujeto con su cuerpo, algo que escucharemos en los trabajos que han investigado la cuestión del final de análisis.
T : ¿Existe alguna relación entre la agitación de lo real, la pérdida de la intimidad y la vigilancia global, o bien ese problema, en la sociedad del espectáculo está mal planteado?
S : Es un planteo muy bien hecho. La manera en la que se vive la
pulsión hoy tiene esas manifestaciones. Los sujetos se exhiben en sus
desgracias, creen que muestran lo insoportable, los adolescentes se cortan por
doquier (me refiero tanto a su cuerpo como en las zonas geográficas de nuestra
América) para ver sangre. Y sin embrago hay un
empuje a mirar por parte el amo que va mucho más allá de estas formas para
saber cómo influir un poco más cada día en los gustos, en las decisiones, en
las maneras de satisfacerse de cada uno y de los que quieren compartir nombres
de goce colectivos. ¿Qué valor tiene el me gusta y no me gusta de Facebook? Se trata de reducir toda la gama enorme de
goces individuales a una lengua unívoca en donde al poner el dedo levantado (o
el otro) ya estuviera todo dicho. La experiencia analítica se
ubica de un modo tan en sus antípodas que la indicación primaria de Freud al
recibir un paciente es que el analista se olvide de todo su saber, que se
interese por lo que el paciente tiene para decir, que se interese realmente en
él.
T : En cualquier caso, ¿cómo pensar al cuerpo del psicoanálisis en relación a la biopolítica contemporánea?
S : Esa biopolítica quiere que las cosas no sean equívocas, y la
interpretación analítica lo es. Considero que se trata de lo que domina en la
influencia que tienen hoy tanto la ciencia como el lenguaje jurídico que se
ubican siempre por detrás de los síntomas, los nuevos, los que van
surgiendo para señalar los malestares en la biocivilización de hoy (si se me
permite el neologismo). Las nuevas formas de los síntomas tienen todo su valor
excepto si se los quiere degradar en trastornos. Doy un ejemplo. No se admite
la tristeza de las personas, pareciera ser un afecto no tolerable. Al medírselo
del 1 al 10 y alguien se autoevalúa con un 8, hay que medicalizar y hacer
desaparecer cualquier vestigio de lo que nosotros consideramos que hay de un
deseo escondido. Tome Alegrol en cápsulas, o en jarabe si es un niño que acaba
de perder a su mascota o si se acaba de mudar a otro barrio. Y si el niño no
marca en los casilleros de las mediciones lo harán sus padres. Esos mismos que
hoy están dispuestos a hacer que un niño de 5 años crea que puede decidir por
su género. A mi hijo le gusta vestirse de mujer. Ah señora
¿y de 1 a 10 cuanto le gusta eso a su hijo? Y 8, quizá 9, especialmente cuando le muestro
con detalles cuanto me gusta mirarme en el espejo delante de él. Durante horas.
Ah entonces su hijo está decidido…Para
Freud, la elección de la neurosis, o de la perversión indica fundamentalmente
que las palabras inciden, que han incidido en cada uno para que algo de un
programa de goce comience a funcionar. Pero no para que quede cristalizado de
una vez y para siempre.
T : Si no entendí mal, este cuerpo actual está desamarrado, es susceptible a cualquier normativa y puede ser atrapado en un discurso. Si el discurso contemporáneo es el de la ciencia, ¿la agitación de lo real implica que hay algo, en esa ferocidad, que no es subsumible? Supongamos que sí. ¿Para qué serviría?
T : Si no entendí mal, este cuerpo actual está desamarrado, es susceptible a cualquier normativa y puede ser atrapado en un discurso. Si el discurso contemporáneo es el de la ciencia, ¿la agitación de lo real implica que hay algo, en esa ferocidad, que no es subsumible? Supongamos que sí. ¿Para qué serviría?
S : Hablar de lo real agitado tiene algo cómico, ya que lo real no quiere nada, no sólo es sin voluntad sino también sin ley. Usamos discursos, usamos nombres para ordenar el lazo social. El discurso contemporáneo sabe igual que el psicoanálisis qué implica la asimetría existente de los sexos de los seres parlantes fundada en la naturaleza. Cuando se cree que un niño que aún no sabe leer ni escribir el alfabeto, y se le hace decidir sobre el semblante que sostendrá, no se concibe ninguna autoridad a la asimetría sexual fundada en la naturaleza. Es evidente que la relación del sujeto con su cuerpo es la imagen confusa que tenemos de nuestro cuerpo. ¿Por que exigirle más y más? ¿Qué hay de la importancia de los afectos? Se piensa que un cuerpo es solamente una representación de ese sentimiento, que se trata sólo de la representación de estar tristes. Eso lleva como justificación tratar de hacer mapeos cerebrales de las emociones para neutralizarlas, descreer de la subjetividad, la que al tocar el cuerpo nos dice algo. Un real agitado podría ser un chiste para mencionar que a diferencia del real que para la ciencia está escrito en fórmulas, o sea leyes, normativas, el real del psicoanálisis es desobediente. Quizás seamos los mismos analistas los que agitamos esas aguas (una mala manera de referirme a lo real, las aguas de lo real), excepto cuando en mi mala metáfora quiero decir eso vivo que está ahí. Lo real es la vida, eso de lo que nada podemos decir excepto preguntarnos que significa gozar de la vida. En psicoanálisis no hacemos ciencia, ¿qué hacemos? Jacques-Alain Miller dice que hacemos cultura, lo que nos hace muy dependientes de la actualidad. Y al seguir a Lacan tratamos de abordar nuestra actualidad de un modo más ajustado y estamos obligados a hacerlo según los gustos actuales, los que pueden resultarnos difíciles de tragar. Quedarnos en la nostalgia de las tradiciones implica la muerte de todo deseo y de cualquier subsistencia posible del psicoanálisis.
T : Bajo condiciones comunitarias fragmentadas, desobradas, impropias, ¿cómo piensa el psicoanálisis hoy al lazo social?
S : Es el gran problema. Si el goce que nos toma es autístico, es más del Uno que del Otro, si el goce de cada uno es lo más opaco y no puede ser puesto en común, si el análisis es un verdadero forzamiento de esto y va a contrapelo por esa lengua que nos habita, la de cada uno y atañe al propio cuerpo, el desafío del análisis es producir un forzamiento que relacione el goce con el sentido para intentar resolverlo. Yo pienso al lazo social promovido por la experiencia analítica como la que despierta a los sujetos del sueño de la eternidad, o de la eternización. Si el cuerpo es el que tiene acontecimientos que le dejan una marca, la de lalengua, se trata de tener el tiempo, mucho, para resolverlos, librarse de los embrollos, lo más posible. El pedirle a alguien que hable de eso, con lo que para cada uno sea, hace que en esa metonimia del decir se ponga de relieve los fenómenos de brillo del sentido. Y es para que cada uno pueda encontrarse con ese tropiezo que permite un lazo diferente al otro, que no es solamente el de la comunidad. Asistir a las elaboraciones de los colegas de toda América en el ENAPOL, cómo cada uno se las ve con su propio imposible es un desafío de dos días en donde casi 300 casos y 14 conversaciones mostrarán que puede hacerse desde el psicoanálisis para producir una diferencia en el significante amo, hacerlo menos tonto y al mismo tiempo incidir en el lazo social sostenido en una comunidad de singularidades que aceptan su modalidad de goce.
Fuente: Telam
No hay comentarios:
Publicar un comentario