9 de abril de 2014

Nota sobre el control - La Gran Conversación de la Escuela Una

Flashes
   Hebe Tizio
El control no es una flor aislada de la formación del analista sino que tiene relación directa con el propio análisis en la medida que la autorización a la práctica y los avatares de la misma así como la transferencia escogida para conversar sobre ella son tema del análisis. Por lo tanto hablar de si la práctica del control es o no una realidad en las Escuelas equivale de hecho a preguntar si hay análisis, pregunta que incluye otra, cómo se entiende el control en relación al análisis.

Es interesante ver la relación del control con el análisis ya que a veces puede ser una indicación controlar con el propio analista pero la más de las veces es importante la elección de otra transferencia. Otras veces el control es la puerta de entrada para un análisis.

En mi experiencia puedo decir que los practicantes saben más sobre la función del control que en otro momento. Esto hace que en general traigan ya formulada una pregunta sobre su posición en el caso y una cierta advertencia sobre sus tendencias sintomáticas. Otras situaciones ponen en primer plano problemas de los que se hacen cargo, por ejemplo cortar la sesión, empujar demasiado al paciente o las dificultades con la interpretación mientras que quienes recién comienzan centran más su inquietud en el diagnóstico y en organizar el caso.

A veces aparecen críticas sobre la modalidades y frecuencias de los controles, cada vez tengo más claro que el control necesita frecuencia pero no estándares. Siempre hay que tener tacto en este tema  porque toca de lleno al practicante en la medida que siempre está en juego el horror a su propia singularidad hecha acto. Más allá de la posición de objeto  el analista sinthome encarna un real sin ley y le presta cuerpo en el acto. El cuerpo del analista es lo que permite que haya presencia real en la medida en que puede entrar en escena velada. Claro que el control no puede tocar directamente el horror pero se puede orientar muy bien ubicando al practicante como un instrumento que se ofrece para trata el goce y ver su orientación y el relieve del funcionamiento que causa.

De la misma manera que hay diferentes modalidades del uso del control a veces hay que aclarar ciertas confusiones, el control siempre es individual y esto hay que diferenciarlo de un cierto uso que suele hacerse en los marcos institucionales donde se habla de control o supervisión grupal pero que en realidad se trata de presentación de casos y que sin duda tiene toda su importancia.

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