Boletín de las VIII Jornadas de la NEL
Eva-Lilith
Nº 11
Eva-Lilith
Nº 11
Respuestas a Eva-Lilith
Por: Marcus André Vieira
Eva-Lilith: ¿Cómo participa
lo femenino, esa otra satisfacción, en la división del sujeto entre fantasma y
síntoma?
Marcus André Vieira: El goce fálico se sustenta en el fantasma
que es un verdadero guión del placer,
ubicando y condensando el goce del viviente. Pero esta ubicación no se ejerce
sobre el goce desde afuera; ella es una conversión. El goce fálico es el goce
del viviente tornado objeto, punto ciego y causa (se entiende que este objeto a sea un punto de contacto para el
infinito de un goce sin ubicación, por eso puede producir angustia). En los
términos de la pregunta: estamos siempre un poco entre el goce del sinthome, que lo entiendo aquí como el
goce del viviente, y el goce del fantasma; pero pondría el énfasis más en el
pasaje posible de uno a otro goce, que sobre la división o separación entre
ellos.
Eva-Lilith: Si el fantasma
es una máquina para transformar el goce en placer por la vía fálica, ¿qué
podemos decir de la participación del goce femenino en la formalización del
síntoma al final del análisis?
M. A. V.: En mi experiencia, lo novedoso del final de análisis fue percibir que
esta conversión suele ocurrir cada vez en cada encuentro con el Otro. Hablo del
Otro en su diferencia absoluta, sin proporciones predefinidas, el Otro que
Lacan llamó en el Seminario 20 “el
Otro del sexo”, de la diferencia sexual. Y uno no sabe jamás si ocurrirá este pasaje
de uno a Otro goce, cómo ocurrirá dicha conversión y cómo harán presencia los
goces en el cuerpo. Solo se sabe que una parte del encuentro, como un
acontecimiento, pasará necesariamente por los caminos del fantasma. Así, decir
que “el Otro del fantasma se vacía” quiere decir que el Otro será Otro a cada
vez. Tal vez sea así: la verdadera contingencia está del lado del Otro.
Eva-Lilith: Lo femenino
hace alusión al no todo significante de la satisfacción, pero, podemos precisar
mejor, ¿cómo lo femenino, aquello que de la satisfacción está a la deriva, se
relaciona con el “UN” significante cualquiera?
M.A.V.: Hay otra contingencia que no es la que acabo de ubicar, que es la
contingencia del fantasma, que es solamente suceso o fracaso, cara o cruz. La
otra, la del sinthome es otra cosa.
Es la contingencia del fantasma (suceso/fracaso) más una "x". Abrir-se
a esta "x" como variable necesaria de la vida es lo que yo llamaría “lo
femenino”, por lo menos en mi caso. El fantasma se subordina así al
significante cualquiera. El goce fálico es posible pero en articulación con el
encuentro.
Eva-Lilith.: ¿Podría
generalizarse la fórmula de “el empuje a La mujer” como una feminización no
solo presente en el paranoico sino presente en toda estructura subjetiva y
también en la estructura social?
M. A. V.: Las mujeres nos enseñan que la castración puede ser incluida como sinthome. Vivir como sinthome de un hombre es hacer de este hombre
un ancla para su goce, es servirse de su modo de gozar (fantasma incluido) para
aislar un poco de su propio goce en el modo fálico.
¿Es posible pensar que la función
de anclaje pueda ser ejercida por otra cosa que no sea el fantasma, que no sea
el eje Edipo/padre/castración? La psicosis siempre nos enseñó sobre eso. Lacan
apunta también para esta posibilidad en un panorama más amplio en el cual la
psicosis es una referencia garantizada, por ejemplo con Lol V. Stein, de
Marguerite Duras.
Nuestros tiempos también
indican que tenemos que explorar estas posibilidades, la de un "no-todo
sin todo", de un no-todo fálico, tal vez con el falo pero sin el padre. Es
tal vez, lo indicaba Miller ya el 98 en su Seminario sobre El Otro que no existe cuando afirmaba que estamos en tiempos de un pastout partout, “no-todo en toda parte”.
***
Comisión Editorial Boletín Eva-Lilith
Raquel Cors Ulloa
María Hortensia Cárdenas
José Fernando Velásquez
Raquel Cors Ulloa
María Hortensia Cárdenas
José Fernando Velásquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario