Boletín de las VIII Jornadas de la NEL
Eva-Lilith
Nº 17
Nº 17
Comentario a una cita de Lacan
Ángela
Fischer
“Ese goce que se siente y del que nada se sabe ¿no es acaso lo que nos encamina hacia la ex-sistencia? ¿Y por qué no interpretar una faz del Otro, la faz de Dios, como lo que tiene de soporte al goce femenino?”.
Lacan, J., Seminario 20, Aun, Buenos Aires, Paidós, 1981. pp. 92-93.
Lacan en el Seminario 20 Aun, desarrolla
-la no relación sexual- a partir de sus elaboraciones
sobre la sexualidad femenina, sobre el goce femenino, que le permite afirmar -no hay relación sexual- , porque uno de los términos, -la
mujer- no hay cómo nombrar a la mujer sin que se la
mal-diga, es decir que solo se la puede nombrar desde el
lado masculino, del lado fálico, por lo tanto se la mal-dice .
Lacan, al situar como ejemplo del goce
no todo, no todo articulado a lo fálico a la experiencia de goce de los
místicos, dirá la mayoría mujeres pero no todas, como es el caso de San Juan de
la Cruz, Lacan está tratando de encontrar una lógica, para poder dar cuenta de
este goce que se siente y del que nada se sabe, que no se sepa no significa que
no se presente, como se aprecia en la experiencia de estos místicos. Lo que
podemos resaltar en relación al tema de nuestras Jornadas, es que la
experiencia mística evidencia un Otro como radicalmente Otro en el goce
femenino. Y como muy bien señala M. Barros al respecto del goce místico, dice
”Una instancia que es extima al universo de los dichos, porque su esencia
reside en ser una pura enunciación y no en el valor de su enunciado. Es a eso a
lo que Lacan se refiere varias veces en aun cada vez que habla de la ex
-sistencia. El goce de una mujer se soporta en la fuente de la que
brota la palabra en acto.”
La mujer tiene distintos modos de
abordar el falo “…el ser no toda en la función fálica no quiere decir que no lo
este del todo. No es verdad que no este del todo. Esta de lleno allí. Pero hay
algo más” Lacan S. 20
Hay para una mujer algo más, algo más
allá de ese lugar de objeto a por el que es tomada según
el fantasma de su pareja, algo que aloja su ser femenino y lo cual el hombre
debe consentir, aceptar que sea Otra radicalmente extranjera para él. Es esta
dimensión que se aprecia en la experiencia mística, “esa palabra que viene del
Otro que nos hace gozar porque incide en nuestro cuerpo “ M. Barros.
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Comisión Editorial Boletín Eva-Lilith
Raquel Cors Ulloa
María Hortensia Cárdenas
José Fernando Velásquez
Raquel Cors Ulloa
María Hortensia Cárdenas
José Fernando Velásquez
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