9 de octubre de 2014

Eva-Lilith Nº 29


 Boletín de las VIII Jornadas de la NEL 

      Eva-Lilith
     Nº 29
    8 de octubre de 2014

 

"¿Cómo podemos entender esto?”

 

Fernando Gómez Smith
  
“Aquello que (Lacan) llegó a entrever por el sesgo del goce femenino, lo generalizó hasta transformarlo en el régimen de goce como tal”.
Miller, J.-A., Curso de la Orientación Lacaniana “El ser y el Uno”,
Clase V, 2 de marzo de 2011, inédito.

 
Inicialmente tanto en Freud como en Lacan, el goce femenino era lo que escapaba a las leyes del goce masculino. Pero a partir del Seminario 19, se va haciendo más firme la idea de que en realidad el goce femenino no es algo que escapa del goce masculino, sino más bien que es el goce primero del sujeto humano y que el goce masculino se establece sobre el goce femenino. Hasta entonces en el psicoanálisis siempre se había pensado el régimen del goce desde el lado viril. Lo que abre Lacan en su última enseñanza es el goce femenino concebido como principio del régimen del goce y por eso lo define goce como tal.

¿Qué significa, aquí, este goce como tal? El goce como tal es el goce concebido como sustraído de, fuera de la maquinaria del Edipo, reducido al acontecimiento de cuerpo y que se da como conjunto abierto e infinito.
El niño cuando nace es un cuerpo vivo, y en ese cuerpo vivo entra el significante y produce goce, para que exista goce tiene que haber significante y cuerpo vivo, es decir no hay goce sin significante, no hay goce previo al significante.

Pero la vuelta que da Lacan a esta altura de su enseñanza es que es desde el Uno y no desde el Otro. Que ese significante que entra y produce goce no es entendido como proveniente del Otro, es del Uno.

Es un compacto de significante y goce, y de lo cual el ser vivo siente en su cuerpo resonancias, que son de él, no vienen del Otro, el Otro no existe todavía para este hablanteser. En esta concepción del Uno el Otro está elidido, no existe, todo sucede en el Uno, y lo que sucede en el Uno fundamentalmente son resonancias.

La experiencia de satisfacción que trae Freud, especialmente en el Proyecto para neurólogos, es una experiencia del Uno donde coloca al Otro como algo fundamental desde el primer momento, y es verdad sin el Otro el niño no sobrevive, pero el niño no sabe que sobrevive por el Otro, incluso cuando el niño mama, -y eso es una cosa que Lacan insiste, por ejemplo En el Seminario 10-, el pecho no es de la madre sino del niño.

Entonces se van produciendo resonancias de goce que Lacan llama en el Seminario 21 “una sustancia gozante”, se produce una sustancia gozante en movimiento, es como un movimiento en el cuerpo que da vida al cuerpo en el sentido de movimiento.

Y estos S1 compactos, estos significantes Uno de goce conforman, S1, S1, S1,… no son articulados, son pegados uno al otro, es lo que Lacan va a llamar compacidad. Son compactos, no dan espacio de falla, de falta, y esa compacidad es una forma de goce que es lo que llamamos goce femenino. Es un goce sin ley, o que sigue las leyes del puro goce.


  ***
Comisión Editorial Boletín Eva-Lilith
Raquel Cors Ulloa
María Hortensia Cárdenas
José Fernando Velásquez
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario