Sabemos que lo femenino es un enigma
tanto para el hombre como para la mujer, que interroga ese mas allá del falo,
goce del que no se sabe nada. ¿Qué relación entre lo femenino y otras
sexualidades? Las distintas formas que la sexualidad ha ido adquiriendo en
relación con el Otro social, que aparecen bajo los nombres de gay, lesbianas, queer,
el tercer sexo, inter-sexo, entre otras, serán retomadas. También es de interés
abordar los efectos de la evolución del abordaje social de la homosexualidad,
que va desde la sanción judicial hasta la ley igualitaria, así como la
diferencia y/o los puntos de encuentro entre la histeria de hoy y la
homosexualidad.
El grupo de trabajo sobre este eje,
conformado por Gloria González, Aliana Santana y Marcela Almanza y Clara M.
Holguin presentará una serie de “notas” sobre el tema que permitirá diferentes
aproximaciones.
Nota 1
La homosexualidad
femenina se dirige a lo femenino
¿De qué habla la homosexualidad
femenina?, ¿qué nos enseña? ¿No es acaso una contradicción en sí mismo hablar
de la conjunción homosexualidad y femenino?
En el texto “Ideas directivas…”,
Lacan habla de la homosexual femenina, como aquella que se dirige a lo
femenino, a lo hétero: “No es propiamente el objeto incestuoso el que esta
escoge a costa de su sexo [….] Lo cual no significa que ella renuncie por ello
al suyo: al contrario, en todas las formas, incluso inconscientes, de
la homosexualidad femenina, es a la feminidad adonde se dirige el interés
supremo”.[i] Ella no renuncia del todo
a su sexo, ya que es a la feminidad a la que se dirige. Y termina Lacan
preguntándose, si “¿no se podría considerar en el movimiento mas accesible de
Las Preciosas el Eros de la homosexualidad femenina, captar la información que
transmite, como contraria a la entropía social?” En otras palabras, Lacan
propone pensar que el Eros de la homosexualidad femenina, del que da cuenta el
movimiento de Las Preciosas, pero también el amor cortés, logra transmitir algo
de ese goce Otro, que es contrario a la homosexualidad masculina, en tanto que,
la homosexual femenina pone en juego un “amor encarnecido en lo real”[ii].
Es el mismo Freud que tomando como
punto de partida el caso de la Joven homosexual, nos hace percatar que el
“desafío reemplazado” al padre, como dice Lacan, es la puesta en juego de la
exigencia de este amor, que toma las formas paradigmáticas del amor cortés: “se
puede divinizar a una mujer dándole lo que no se tiene, investirla de brillo
fálico mediante este instrumento: el falo que falta”.[iii]
Este amor encarnecido en lo real da
cuenta de un amor a lo Otro, lo hétero, es decir, un amor no engañoso, vacío de
objeto, que puede aceptar que no hay objeto que lo complete: Dar lo que no se
tiene, es un amor que intenta transmitir algo de ese Otro goce.
Podemos decir que la “homosexual
femenina” enseña sobre la dirección que propone el Psicoanlisis, ir contra la
versión hommo-sexuada del inconsciente, para apuntar a un mas allá del Edipo,
un amor que se acerca al vacío de significación. Sin embargo, sabemos también,
como Lacan menciona en el Seminario …o peor que ese Eros en
que se sostiene la homosexual, la excluye del discurso psicoanalítico, en tanto
no arriesga a tomar el falo como significante y lo que está en juego para el
psicoanálisis es, más que restituir el objeto en el lugar de la Cosa, restituir
el objeto en el lugar de la causa.[iv]
***
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