8 de febrero de 2022

LA APROXIMACIÓN AL SÍNTOMA A PARTIR DE FREUD Y SU RELECTURA POR LACAN por Susana Valle

 


Relectura crítica y epistemológica de Freud por parte de Lacan

Freud inventa el psicoanálisis, partiendo del problema de la histeria femenina, donde sus pacientes se valían de su neurosis para huir de la orfandad social en la que se encontraban producto de las estructuras establecidas de la sociedad burguesa del siglo XIX. Sin embargo, su obra es desordenada, según Miller en su seminario dictado en Caracas en 1979 (p. 32) la teoría freudiana tuvo un eje con el libro “La interpretación de los sueños”, pero luego se expandió mucho superando las expectativas del autor. Es así como Lacan se encomendó a la tarea de conceder un orden a la teoría de Freud.[1]

Lacan elabora una lectura epistemológica de la obra freudiana, sin embargo, su deseo no fue mejorarla o sobrepasarla, en su lugar, se propuso ir al fundamento del discurso de Freud, es decir, el sujeto del inconsciente y de la práctica del psicoanálisis. El ejercicio del psicoanálisis era lo que inquietaba a Lacan, de esta manera, lo preocupaba también el texto de Freud, cuyo estilo era muy diferente al suyo. Freud fue descubriendo su teoría de forma progresiva, tuvo muchas dificultades y trabas, siendo neurólogo cambió de orientación lo cual le ocasionó críticas por parte de sus colegas y maestros, sin embargo, debido a su deseo, descubrió el inconsciente, es en este punto donde se aleja de sus alumnos y seguidores pues se quedaron en el “yo” como una manera de institucionalizar el psicoanálisis, a diferencia de Lacan que sí estuvo allí.

Lacan se valió de la lingüística, la topología, la lógica, la matemática, entre otras materias para dar cuenta de la práctica psicoanalítica de Freud, en este sentido la teoría lacaniana evoca a la sencillez pues propone matemas como puntos referenciales para comprender conceptos psicoanalíticos complejos, en su recorrido teórico dichos puntos no dejaron de afinarse. Buscando la precisión, Lacan fue hacía una simplificación progresiva, por ejemplo: el término “discurso universal” – el cual se encontraba en sus primeros textos – fue comprimiéndose hasta llegar a los términos S y S2, de esta manera, reemplaza conceptos que estudian o analizan los acontecimientos que envuelven a un sujeto, por esta minúscula estructura cuya finalidad es capturar lo elemental de las paradojas implicadas.

Es preciso indicar que al igual que Freud, Lacan también avanza y retrocede en cuanto a su teoría, sin embargo, en Lacan la dificultad que presenta el estudio de su discurso es justamente la marcha impasible de una postura a otra, en algunos casos hace modificaciones en puntos esenciales las cuales no se perciben a simple vista, en este sentido, Miller propone que el discurso de Lacan es de tipo topológico.[2] De este modo, Lacan condujo al psicoanálisis a sus cimientos, siendo uno de ellos la comprensión del síntoma al que Freud se aproximó a partir  de sus estudios sobre la histeria.

El binario sentido – goce a partir de las conferencias XVII y XXIII de Freud

Debido a su extensa obra, Freud simplificaba su teoría en sus conferencias de esta manera, exponía con rapidez delimitando sus fundamentos y lineamientos como una estructura, dándoles un carácter compendiado y continuo. En su conferencia XVII, titulada “El sentido de los síntomas” Freud indaga sobre el síntoma y su riqueza en sentido, es decir, cómo el síntoma se va armando con las vivencias del enfermo; para ejemplificar su teoría menciona dos casos de pacientes con neurosis obsesiva.[3] El primer caso corresponde al de una mujer casada con un hombre impotente y el segundo caso se refiere a una joven obsesiva quien realiza un ritual de dos horas para poder dormir, en ambos casos Freud, observó que los síntomas respondían o tenían relación con las vivencias sexuales de las pacientes. En su conferencia XXIII, titulada “Los caminos de la formación del síntoma” Freud aborda el tema de la libido, de la satisfacción pulsional y cómo dichas fuerzas pulsionales vuelven a coincidir en el síntoma, de esta manera, reflexiona sobre la obstinación del síntoma para repetirse una y otra vez.

Es así cómo Freud se dirige del sentido al goce en el síntoma. Por lo tanto, Lacan retoma la obra freudiana para elaborar su teoría de binario sentido – goce, donde se erige lo que abordará el núcleo de su enseñanza. Si el goce carece de sentido porque es pura satisfacción y a su vez esta unido a la repetición ¿cómo se enlazan el sentido y el goce? Para comprender esta aparente contradicción, Miller lo aborda en el seminario sobre las vías de la formación de los síntomas del año 1996, donde toca el punto de partida de Lacan con uno de sus primeros escritos titulado “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, en dicho escrito se enfatiza que el inconsciente al estar estructurado como un lenguaje encuentra sentido a partir de los significantes, lo que determina los fenómenos analíticos freudianos es el eje simbólico, es decir, el mundo del lenguaje, por esta razón la práctica psicoanalítica se da por medio de la palabra, a su vez  la imagen esta subordinada a lo simbólico, en efecto, a la palabra ya que construimos un cuerpo a partir de esta. Finalmente, propone que primero está lo real, pero luego, lo simbólico agujerea ese real para hacerse un lugar en el mundo.  Toda esta elaboración realizada por Lacan se resume en su esquema L, donde lo simbólico y lo imaginario se entrelazan, de esta manera, el sentido está situado en lo simbólico, o sea, en la palabra.

Con todo lo expuesto en el párrafo anterior se puede inferir que Lacan ha ingresado en el psicoanálisis con el binarismo antagónico entre sentido y goce, ha tomado los casos de Freud y les ha otorgado un orden, separando lo imaginario de lo simbólico, por consiguiente, el síntoma estaría situado en el ámbito de lo simbólico, mientras que la libido freudiana estaría ubicada en el ámbito de lo imaginario debido a su carácter narcisista basada en la imagen; entre un sujeto y otro hay libido, es decir, pulsión, es decir, goce. Entonces, las vias de la formacion de los síntomas es un camino esencialmente simbólico donde el síntoma es un sentido reprimido, un enigma. En consecuencia, el síntoma puede alojarse en el cuerpo mediante la histeria o en el pensamiento mediante la neurosis obsesiva. El Otro es quien determina el lenguaje y el deseo, el sintoma es la interpretacion que el sujeto da a la pregunta hacia el Otro ¿Qué quieres de mi?.

El camino de Freud en cuanto al síntoma

A partir de su segundo ciclo de conferencias Freud aborda el psicoanálisis in situ, dando prueba o evidencias de los síntomas neuróticos tales como: la histeria de angustia, la histeria de conversión y la neurosis obsesiva. De esta manera, la conferencia XVII es la apertura al nuevo ciclo freudiano, en esta etapa Freud aplica sus conocimientos previos sobre los sueños y los actos fallidos aplicados a los síntomas de la neurosis ya que tienen un sentido, por lo tanto, son interpretables. De esta manera Freud hace un recorrido y conecta los dos cauces de su teoría, por un lado, el descubrimiento del inconsciente, la interpretación de fenómenos aparentemente carentes de sentido y, por otro lado, el descubrimiento de la sexualidad infantil y su naturaleza perversa polimorfa. Siendo la histeria su punto de partida, donde el agente del retroceso libidinal no es tan claro, como sí lo es en el caso de la neurosis obsesiva ya que se regresa a la etapa previa de la organización sexual. Freud, da cuenta de que existe una adhesión a un goce anterior, de carácter sádico anal, mientras que en el mecanismo de la histeria es la depresión. En este sentido la neurosis obsesiva según Freud, es más compleja pues tiene represión y también regresión.

Freud asevera que el síntoma en el sujeto histérico es honesto, es decir, lo hace sufrir puramente, el paciente llega indicando que sufre, que hay algo que no lo deja vivir, a diferencia del obsesivo que no percibe el sufrimiento de su síntoma, debido a que es parte inherente a su personalidad y esto le causa placer. Entonces se puede inferir que los síntomas obsesivos son placenteros, exacerbando su narcisismo. 

Retomando los casos de la conferencia XVII, Freud los elige debido a que las pacientes presentan síntomas muy marcados en el ámbito sexual y porque están relacionados a las experiencias pasadas de las pacientes, donde la primera paciente repite una y otra vez una escena que la marcó, que fue vívida como un trauma, es así como Freud, conecta el sentido del síntoma con la libido, de cómo la paciente le da un sentido a su vivencia anterior. En suma, Freud a partir de estos casos puede inferir que la formacion de los sintomas suplen algo que está obtaculizado. 

En su conferencia XXIII, Freud insiste constantemente en la Traumbildung es decir formación, ya sea referente a la formación en el sueño y en el síntoma, dejando en claro que un síntoma no es un sueño, siendo la represión el impulsor para la formación de un sueño, es también la condición previa para la formacion de un síntoma. Freud indica que los síntomas sirven siempre a la satisfacción sexual, de ahí su diferencia con los sueños. Por lo tanto, Freud define el síntoma como medio de goce, considerando la existencia del vinculo entre el goce y la defensa, es decir, que a partir del síntoma se procura obtener satisfacción y al mismo tiempo se protege de la misma. Esto es lo que Lacan definirá como plus de goce.

Susana Valle (participante del CID-Lima)

Bibliografía:

  • FREUD, S., “Estudios sobre la histeria” en Obras completas Vol. II, Amorrortu, Buenos Aires, 2001.
  • FREUD, S., “El sentido de los síntomas” (Conferencia 17) y “Los caminos de la formación del síntoma” (Conferencia 23) en Obras completas Vol. XVI, Amorrortu, Buenos Aires, 2001.
  • MILLER, J.-A., “Seminario sobre las vías de formación de los síntomas” en Introducción a la clínica lacaniana, ELP-RBA, Barcelona, 2006.
  • MILLER, J.-A., “La enseñanza de Lacan” en Seminarios en Caracas y Bogotá, Paidós, Buenos Aires, 2015.

[1] “Lacan varias veces volvió a empezar, tratando de hacer de esta teoría lo que él mismo llamó un jardín a la francesa, como por ejemplo Versalles: con caminos rectos, con puntos de referencia precisos que son obras de arte, puntos de vista centrales que permiten dominarlo todo…. Una ubicación impecable y una satisfacción para el espíritu, que está en la simetría y en la armonía”. (Miller, p. 32).

[2] “En topología en cambio nos ocupábamos de las propiedades que permanecen invariables aun cuando el triangulo sea deformado por todos sus lados, en este caso ya no se distingue el triangulo isósceles del triangulo equilátero, ni tampoco se distingue de un círculo, por ejemplo. En lacan entonces la topología no es simplemente un tema entre otros. Les propongo considerar que su discurso mismo tiene una estructura topológica”. (Miller, p. 27).

[3] “Los síntomas neuróticos tienen entonces su sentido, como las operaciones fallidas y los sueños, y, al igual que estos, su nexo con la vida de las personas que los exhiben”. (Freud, p. 2290)

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