8 de febrero de 2022

LA LIBIDO Y EL SÍNTOMA por Andrea Soto

 El síntoma es rico en sentido y se entrama con el vivenciar del enfermo

– Freud, 2001


A partir de esta frase se podría entender que el síntoma tiene una razón de ser, una explicación, la cual se encuentra vinculada con las experiencias de vida (reales o imaginarias) de la niñez del sujeto que lo presenta. “Los síntomas neuróticos tienen entonces su sentido, como las operaciones fallidas y los sueños, y, al igual que estos, su nexo con la vida de las personas que los exhiben” (Freud, 2001).

El síntoma tiene dos sentidos, uno que lo hace y otro de goce. Es decir, como se ha dicho en el párrafo anterior, es capaz de ser explicado, interpretado, descifrado. Asimismo, no es algo que aparece y desaparece, es permanente y se repite pues encuentra en eso el goce, la satisfacción de un deseo libidinoso inconsciente. A esta búsqueda constante de satisfacción se le conoce como pulsión.

Entonces, para comprenderlo mejor desarrollemos un ejemplo, el sujeto X inicia una nueva relación con el sujeto Y, pero pasados algunos meses sucede algo que empieza a generar angustia en el sujeto X quien desarrolla una respuesta física a la situación (alergia cutánea). En este escenario, la expresión física del malestar del sujeto X sería el síntoma. Sin embargo, el síntoma no viene solo dado que el suceso ocurrido ha conectado con la marca inicial del sujeto X, activando en su inconsciente la experiencia libidinal fijada experimentada en su niñez. Esto ocasiona pulsaciones que buscan satisfacerse para controlar al síntoma, por ejemplo, el sujeto X inicia una demanda de atención, un requerimiento excesivo de muestras de afecto, mensajes, llamadas, entre otros, los cuales demanda una y otra vez.

Es aquí donde entra en relación activa la libido fijada en las vivencias infantiles (no siempre verdaderas). “Juzgamos posible, respecto de cada aspiración sexual separada, que partes de ella queden retrasadas en estadios anteriores del desarrollo, por más que otras puedan haber alcanzado la meta última. Advierten ustedes que nos representamos a cada una de estas aspiraciones como una corriente continuada desde el comienzo de la vida, que descomponemos, en cierta medida artificialmente, en oleadas separadas y sucesivas (…) Pero permítame añadir todavía que una demora así de una aspiración parcial en una etapa anterior debe llamarse fijación (a saber, de la pulsión)” (Freud, 2001). Estas son creadoras de los síntomas y nos sirven para el análisis de los mismos.

Inicialmente, para Freud, la libido era una expresión de la pulsión sexual, la energía que funcionaba como fundamento de las transformaciones de estas pulsiones, pero la transformación de la libido del objeto en narcisismo trajo consigo una inevitable desexualización. Por este motivo, entendemos la libido como aquella energía que se gasta en el síntoma y alimenta las pulsiones repercutiendo en nuestra conducta. El estimulo pulsional (necesidad) no proviene del exterior, sino del interior del propio organismo y solo se cancela con su satisfacción.

La fijación libidinal ha podido surgir por la constitución sexual, que está relacionado al vivenciar previo, histórico del sujeto (lo que estuvo antes de él) y el vivenciar familiar, que se refiere a las experiencias que tuvo durante su desarrollo. “Si a pesar de que la libido está dispuesta a aceptar otro objeto en lugar del denegado (frustrado) la realidad permanece inexorable, aquella se verá finalmente precisada a emprender el camino de la regresión y aspirar a satisfacerse dentro de una de las organizaciones ya superadas o por medio de uno de los objetos que resignó antes. En el camino de la regresión, la libido es cautivada por la fijación que ella ha dejado tras sí en esos lugares de su desarrollo” (Freud, 2001).

Andrea Soto (participante del CID)


Bibliografía

  • BECERRA – FUQUEN, F., “Principios del síntoma:  del desciframiento al goce” en Revista Affectio Societatis 12(22), 105 -112. Medellín, Colombia: Departamento de Psicoanálisis, Universidad de Antioquia, 2015. Recuperado de http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/affectiosocietatis
  • FREUD, S., “El sentido de los síntomas” (Conferencia 17), “Algunas perspectivas sobre el desarrollo y la regresión. Etiología.” (Conferencia 22) y “Los caminos de la formación del síntoma” (Conferencia 23) en Obras completas Vol. XVI, Amorrortu, Buenos Aires, 2001.
  • FREUD, S., “Pulsiones y destinos de la pulsión” en Obras completas Vol. XIV, Amorrortu, Buenos Aires, 2001.
  • ILEYASSOF, R., “El psicoanálisis y la singularidad del modo de goce” en Virtualia #34, 2018.
  • MILLLER, J. – A., “Seminario sobre las vías de la formación de los síntomas” en Introducción a la clínica lacaniana, ELP – RBA, Barcelona, 2006.

No hay comentarios:

Publicar un comentario