2 de febrero de 2022

LA FORCLUSIÓN DEL NOMBRE-DEL-PADRE por Albor Debernardi

 

  ¿Qué quiere decir Lacan cuando plantea que el mecanismo que explica la psicosis es la forclusión del Nombre-del-Padre?


Para comenzar es importante señalar que, a diferencia de Freud, que comienza su elaboración a partir del estudio de la histeria y la práctica con las pacientes que le llegaban, Lacan era psiquiatra y ya tenía una práctica con pacientes psicóticos cuando llegó al psicoanálisis y sentó las bases para los psicoanalistas en el tratamiento de la psicosis. Es así como va a diferenciar a la psicosis de las otras dos estructuras clínicas, la neurosis y la perversión, y se va a interesar por elaborar el mecanismo que la diferencia el cual va a llamar forclusión.

Para abordar el mecanismo de la forclusión, es necesario primero referirnos a la Bejahung y remitirnos al Seminario 3, en donde en un primer momento realiza un recorte del comentario que hace Jean Hyppolite sobre la Verneinung (la negación), “en lo inconsciente, todo no está tan sólo reprimido, es decir desconocido por el sujeto luego de haber sido verbalizado, sino que hay que admitir, detrás del proceso de verbalización, una Bejahung primordial, una admisión en el sentido de lo simbólico, que puede a su vez faltar.”

En función del comentario anterior, es importante resaltar, que, para Lacan, que algo haya sido reprimido “Verdrangung”, primero tiene que haber sido admitido en el registro simbólico. Esta admisión primordial es la Bejahung. Cuando los significantes se admiten primordialmente, después pueden ser reprimidos y reaparecer en forma de síntomas, sueños, lapsus. “Precisamente, el texto de la Verneinung que comentó Hyppolite, permitió articular con precisión que hay un momento que, si puede decirse, es el origen de la simbolización”.

Este origen de la simbolización se puede pensar como un primer momento lógico, en el cual la Bejahung es la afirmación primordial, pero, si hay una afirmación primordial, existe también una expulsión primordial que se opone a la Bejahung, “Ausstossung”, es así como en ese nivel lógico se tiene Bejahung - Ausstossung y después vendría la represión y la negación como fracaso de lo reprimido, en los casos de neurosis.

En el primer nivel lógico en el cual el viviente es bañado por el lenguaje, se admiten, se inscriben significantes y otros se expulsan, Lacan plantea que “en el seno de la Bejahung, ocurren toda clase de accidentes. Nada indica que la primitiva sustracción haya sido realizada de manera adecuada”. Es así como cada sujeto va a construir su propio mundo, va a encontrar sus propias maneras de manejarse en la vida con esos significantes inscritos.

En el primer párrafo que se citó se plantea que existe una admisión en el tiempo de la Bejahung que puede faltar, “Previa a toda simbolización -esta anterioridad es lógica no cronológica- hay una etapa, lo demuestran las psicosis, donde puede suceder que parte de la simbolización no se lleve a cabo”, a partir de lo expuesto por Lacan, podemos afirmar que no es que falte la inscripción primordial de los significantes, sino que hay un significante que puede faltar, es decir, que una parte de la simbolización no se produzca. Y este significante primordial que no se inscribe en la psicosis se llama “Nombre-del-Padre”.

A este mecanismo de no inscripción del significante primordial “Nombre-del-Padre” Lacan lo va a llamar Verwerfung o forclusión, y lo va a plantear como la expulsión primordial, aquello que no se admitió en el registro simbólico.

Con lo cual, el retorno no va a ser del lado de lo simbólico, “todo lo rehusado en el orden simbólico, en el sentido de la Verwerfung, reaparece en lo real”, es así que aquello que es expulsado de lo simbólico retorna en lo real y uno de los efectos de este retorno en la psicosis pueden ser las alucinaciones.

Para finalizar, podríamos preguntarnos, ¿cuál es la función del significante primordial “Nombre-del-Padre”? Cuando el viviente es sumergido en el baño del lenguaje, se encuentra sujetado al deseo de la madre, deseo sin límites, está a merced del poder absoluto materno. El Nombre-del-Padre pone un límite a ese goce sin límites, le pone un nombre a ese goce vía la ley paterna que es hacer de una mujer objeto y causa de su deseo.

Por lo tanto, cuando no se inscribe el Nombre-del-Padre, la metáfora paterna falla, porque ha habido un corte en la cadena significante y ¿qué hace que una psicosis se desencadene? Lacan dice que es necesario que ese significante primordial, forcluido, sea llamado allí en oposición simbólica al sujeto. En “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” Lacan se pregunta ¿cómo puede ser llamado el Nombre-del-Padre por el sujeto a un lugar donde nunca ha estado?, esto es un padre real, por Un-padre. La psicosis se desencadena cuando ese Un-padre es llamado donde nunca antes el sujeto lo pudo llamar, ubicándose en una tercera instancia en el eje imaginario que produce el desencadenamiento, por ejemplo, en Schreber se puede ubicar cuando es nombrado presidente de la corte. Es muy importante, en los casos de psicosis poder ubicar este Un-padre, así cuando el sujeto se estabilice poder mantenerlo de alguna manera alejado de futuros desencadenamientos.

Albor Debernardi (Participante del CID-Lima)

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