11 de agosto de 2023

EL INCONSCIENTE REAL; por Iván D’Onadío Muñoz

 



Creo que se puede decir que Lacan conceptualiza el inconsciente real en El seminario 11, el seminario de los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis, el inconsciente claramente es uno de ellos.

Es un momento especial para él y para el psicoanálisis, ha sido “excomulgado”, como Spinoza, de la comunidad psicoanalítica (Lacan mismo hace esa analogía en su seminario), sus cursos dejan de “contar oficialmente” para los estudiantes que pertenecen a esta. Se dice, entre otras cosas, que fue sobre todo por el “corte” no programado de las sesiones que daba como analista.

El corte, la separación, la ruptura, tiñe y causa este seminario. Si bien en seminarios anteriores se lee este camino. Es a partir de este momento, que se clarifica que el inconsciente freudiano es leído desde otra cara, desde el intervalo, desde fuera de la estructura y la dialéctica, desde la cosa, desde lo real y la causa.

El primer día del seminario Lacan plantea la revisión del deseo de Freud como un cuestionamiento al origen del psicoanálisis. Del deseo como objeto. Aborda el inconsciente freudiano más allá de su estructura como un lenguaje, ¾su más sólida y conocida propuesta de lectura del inconsciente¾ y ahora lo hace desde la función de la causa. Se aleja de lo sistemático y se pone del lado de lo inasimilable, del ombligo del sueño.

Con esta intención, trae a colación el ensayo sobre las magnitudes negativas de Kant para acentuar que en la función de la causa siempre queda esencialmente cierta hiancia[1],  en este escrito se concluye que el concepto de causa es injustificable por la razón.[2] Lacan comenta también cómo este filósofo inscribe la causa como modalidad en las categorías de la razón pura pero que “no por ello queda más racionalizada”[3]. En ese texto, en Crítica a la razón pura, se plantea comprender el concepto de causa como fundado enteramente a priori en el entendimiento o como mera ilusión.[4]

Lacan separa la causa de lo determinado del lenguaje y de la ley, dice su famosa frase: “solo hay causa de lo que cojea”.[5] El inconsciente estaría en ese intervalo, mostrándonos “esa hiancia por donde la neurosis empalma con un real”[6]. Un real tomado desde la función de la causa, el que no estaría determinado. Esa hiancia característica de la causa la ubica en el orden de lo no realizado, de lo no nacido.[7] Esa misma hiancia inasimilable que Freud situó en el ombligo de los sueños.

Aquí Lacan localiza el UNO como ranura, como ruptura, como corte, el uno de la discontinuidad del Unbewusste. Nunca sobre una totalidad encubierta como otros analistas lo han pensado. No es el uno de Parménides, de una totalidad o de una falsa unidad o con el fondo de una ausencia, sino es el uno de la ranura, de la ruptura. En ese sentido Lacan dice que el Unbegriff es el límite del Unbewusste. El Unbegriff como el límite (como incomprensible o no realizado) asociado a la causa.

“El inconsciente se manifiesta siempre como lo que vacila en un corte del sujeto -de donde vuelve a surgir un hallazgo, que Freud asimila al deseo-”[8], este es el sujeto indeterminado que aparece y desaparece en el discurso en algún punto de sorpresa. Para Lacan la hiancia del inconsciente es pre- ontológicaes que no es ni ser ni no-ser, es no-realizado.[9] Lacan da el ejemplo del limbo en donde está la comadrona que hace abortos, de los seres intermediarios y repite la conocida cita de Freud del verso de Virgilio: “Flectere si nequeo superos, Acheronta movebo” / Si no puedo inclinar a los Poderes Superiores, moveré las Regiones Infernales . Lo óntico aquí no sería ese limbo sino la discontinuidad, la ranura por donde eso no realizado se muestra en un instante, la cualidad de evanescente, lo evasivo del mismo inconsciente.[10]

La función del concepto de inconsciente es “estar en relación profunda, inicial, inaugural, con la función del concepto de Unbegriff - o Begriff del Un original, o sea, el corte.[11] Ese corte también se vincularía a la función del sujeto, el cual se constituiría por los efectos del significante.

Lacan dice varias veces que el inconsciente freudiano, tan débil desde lo óntico, es ético. A lo largo del seminario siempre vuelve a poner en vitrina el deseo de Freud, esa sed de verdad, remarcando que no lo dice desde un lado de coraje impresionista sino más bien desde el encuentro con lo real. Ya en el seminario de la ética Lacan había esbozado esta idea: “la cuestión ética, en la medida en que la posición de Freud nos permite progresar en ella, se articula a partir de una orientación de la ubicación del hombre en relación con lo real”[12].

En el seminario se propone que lo más característico del inconsciente freudiano no es una lista de las formas del inconsciente sino la característica de tropiezo, de falla, que las engloba. Ahí hay algo que exige su realización. El estatus del inconsciente es ético. Es en esta “producción” dónde Freud desea ir a ver. Es donde busca y encuentra lo que sobrepasa al sujeto, el hallazgo, la sorpresa: “este hallazgo, en cuanto se presenta, es re-hallazgo y, además, está siempre dispuesto a escabullirse de nuevo, instaurando así la dimensión de la pérdida.[13]

Bastante más adelante en el seminario, poco después de plantear que el psicoanálisis resiste a través del analista, que es el único testigo de la evanescencia del inconsciente. Se vuelve a retomar la idea-palabra que indica la “causa” del inconsciente y también se remarca sutilmente su variable ética: “en este caso la palabra causa debe ser entendida en su ambigüedad, causa que defender, pero también función de la causa a nivel del inconsciente-, esta causa ha de ser concebida intrínsecamente como una causa perdida. Es la única posibilidad que tenemos de ganarla.[14]

Para terminar, creo que, en este seminario, en sincronía con el escenario que vivía el psicoanálisis, Lacan ha tomado partido por lo real más que nunca, por la experiencia evanescente del inconsciente en su clínica, ha mostrado la cara de lo real en cada concepto fundamental y ha sabido leer el deseo de Freud desde su contexto. Creo que está intentando darle a la función de la causa una estructura temporal a partir de lo imposible y a la vez tomar una certeza freudiana del lado de lo real. Una certeza, como lo hizo Descartes, que apunta a un real, pero a diferencia de este, sin la necesidad de una verdad objetiva en el Otro.   

Lacan plantea entender la función de la causa como “una interdicción que trae un ente al ser, pese a su no advenimiento, es una función de lo imposible sobre la cual se funda una certeza[15].


Asociado a la NELcf-Lima


Bibliografía

[1] Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, 1964. p. 29.

[2] Kant, I., Opúsculos de filosofía natural, Alianza Editorial S. A, Madrid, 1992. p. 161.

[3] Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, 1964. p. 29.

[4] Kant, I., Crítica a la razón pura, Titivillus ePub base r1.2, 1781. p. 255 (b124).

[5] Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, 1964. p. 30.

[6] Ibid.

[7] Ibid.

[8] Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, 1964. p. 35.

[9] Ibid., p. 38.

[10] Ibid., p. 39 y 40.

[11] Ibid., p. 51.

[12] Lacan, J., El Seminario, Libro 7, La Ética del psicoanálisis, Paidós, 1959-1960. p. 21.

[13] Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, 1964. p. 33.

[14] Ibid., p. 134.

[15] Ibid.



Comentarios sobre el trabajo de Iván D’Onadío Muñoz, “El Inconsciente Real”

Por Albor Debernardi


Voy a tomar en primer lugar una frase que Iván presenta en el tercer párrafo de su trabajo escrito, donde menciona: El corte, la separación, la ruptura, tiñe y causa este seminario”, refiriéndose al seminario 11. Esta frase no solo orienta su trabajo, sino también el contexto en el que se encontraba Lacan en esta época. Año 1964, desarrolla los cuatro conceptos fundamentales, inconsciente, repetición, transferencia y pulsión. Período en el cual inicia su seminario con una clase en la que relata cómo el Comité Ejecutivo de la IPA lo excomulgó, y unos meses después funda la escuela freudiana de París, instaurándose así, la experiencia de escuela. Es en este seminario, en este contexto, y ahora voy al final del desarrollo del trabajo de Iván, que Lacan toma partido por lo real más que nunca antes, por la experiencia evanescente del inconsciente, mostrando la cara de lo real en cada concepto fundamental”. En otras palabras, cambia la lectura del inconsciente freudiano, y lo aborda desde el corte, la fisura, “lo asemeja desde la función de la causa”1 donde “la causa es la hiancia misma”2.


Continuando con el texto de Iván, menciona que Lacan separa la causa de lo determinado del lenguaje y de la ley. Hace referencia a la frase de Lacan “sólo hay causa de lo que cojea”2, es decir, de lo que no andaría, de lo que no va. Ahora, si hablamos de ley, podemos pensar en lo que se repite siempre de la misma manera, “como la ley de la gravedad, pero si pensamos en las leyes, no queda demasiado lugar para lo nuevo”4. Es por esto, que la causa no es la ley, no es los S1, S2… articulados que determinan la cadena, buscando producir un sentido, esa ley vendría a suturar la dimensión de la causa, a taponarla, la causa es lo que siempre abre. 


Siguiendo el texto de Iván, más adelante menciona la frase de Lacan: “El inconsciente se manifiesta siempre como lo que vacila en un corte del sujeto, de donde vuelve a surgir un hallazgo, que Freud asimila al deseo” Destaca, que este es  el sujeto indeterminado que aparece y desaparece en el discurso en algún punto de sorpresa”. Remarca aquí, el punto de evanescencia del inconsciente lacaniano, donde no hay articulación de los significantes, sino el inconsciente de la pulsación temporal.


Para finalizar, la frase que expone Iván al final de su texto: “Creo que está intentando darle a la función de la causa una estructura temporal a partir de lo imposible y a la vez tomar una certeza freudiana del lado de lo real… sin la necesidad de una verdad objetiva en el Otro”, engloba la conceptualización de inconsciente que Lacan desarrolla en este seminario.

Además en el Prefacio a la edición inglesa del seminario XI, Lacan esclarece un poco más al decir: “Cuando el esp de un laps, el espacio de un lapsus, ya no tiene ningún alcance de sentido (o interpretación), tan sólo entonces puede uno estar seguro de que está en el inconsciente… pero basta con que se le preste atención para que uno salga de él”5. Es decir, en el momento que aparece un S2, un sentido, aparece la cadena, ahí uno ya estaría por fuera del inconsciente.




Participante del CID-Lima


Bibliografia

[1] Gorostiza, L. (2020). Conferencia de Apertura del SCF Curso 2020, “El inconsciente freudiano, el nuestro y el actual” – Seminario del Campo Freudiano – Sección La Plata de la EOL. Seminario del Campo Freudiano. https://scf-laplata.com.ar/conferencia-de-apertura-del-scf-curso-2020/

 

[2] Ídem.

 

[3]Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, 1964. p. 30.

 

[3] Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, 1964. p. 35.

 

[4]BRODSKY, G. (2020): “Fundamentos 1. Comentario del Seminario 11. Buenos Aires, Grama Ediciones, p. 73.

 

[5]Lacan, J. (s.f.). Prefacio a la edición inglesa del Seminario XI. Escuela de la Orientación Lacaniana. https://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_pase&SubSec=articulos&File=articulos/prefacio_seminar io11.html











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